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«Somos todos quiltros»: SACO cuestiona el mito de la herencia familiar CULTURA

«Somos todos quiltros»: SACO cuestiona el mito de la herencia familiar

Hay mochilas con héroes, patriotas, fundadores e hijos ilustres, hay también sacos con ladrones, traidores, violadores y asesinos. «No decidimos qué maletín recibimos al nacer. No hicimos nada, ni bueno ni malo, para ser parte de este elenco del siguiente capítulo de una novela familiar», asegura Dagmara Wyskiel, directora de la Semana de Arte Contemporáneo SACO, que se celebra en Antofagasta bajo el lema «Origen y mito», en relación con la inmigración. Artistas de diferentes países desmitologizan el concepto de pureza para afirmar que somos «todos quiltros».


¿Quien soy? ¿De dónde vengo? Esas viejas preguntas de la humanidad son el hilo conductor de la séptima versión de la Feria de Arte Contemporáneo (SACO), que se celebra en Antofagasta bajo el lema «Origen y mito».

Para su directora, la polaca Dagmara Wyskiel, la esperanza es que dichas preguntas faciliten la integración del otro, ya sea mujer, extranjero u otra «minoría», en plena época de Revolución Feminista y masiva legalización de miles de migrantes que llegan a Chile –incluyendo a Antofagasta, donde hay una importante colonia colombiana– desde otros países latinoamericanos.

«¿Qué tanto influye lo pretérito, lo genealógico, el saber quién era mi abuelo, en lo que proyecto ser?», se pregunta el «Texto curatorial» del evento.

«Hay mochilas con héroes, patriotas, fundadores e hijos ilustres, hay también sacos con ladrones, traidores, violadores y asesinos. No decidimos qué maletín recibimos al nacer. No hicimos nada, ni bueno, ni malo, para ser parte de este elenco del siguiente capítulo de una novela familiar. Y, sin embargo, tenemos que llevar este historial como parte de nuestra identidad toda la vida…».

«Todos somos editores de nuestras propias historias», complementa Wyskiel, «tanto a escala personal, de la familia, del barrio, de la ciudad, del país. En el fondo reescribimos nuestras historias. Como puse en el texto curatorial, somos quiltros todos. Esa frase es bastante simbólica, porque desmitologiza el concepto de la pureza, en contexto, por ejemplo, de raza, también frente a la realidad de fuerte inmigración en el norte de Chile. Creo que es muy importante hablar sobre ese fenómeno, como también frente a lo que está pasando en Europa. Un tema muy local y muy global a la vez».

En este contexto, diversos artistas presentan sus obras, en una cita que se extiende hasta el 14 de septiembre, en 12 exhibiciones –11 en Antofagasta y una en San Pedro de Atacama– abiertas a toda la comunidad.

Dagmara Wyskiel

Actividades

Esta semana se realiza la Semana de la Educación en Arte (SEA), donde Margarita Sánchez (Bienal de La Habana), Fernando Godoy de Tsonami Arte Sonoro y Rodrigo Gómez de Festival Internacional de Fotografía en Valparaíso | (FIFV) realizarán revisiones de portafolios, charlas y talleres dirigidos a los artistas del norte del país.

Sin embargo, el momento más esperado por los antofagastinos es la tradicional muestra internacional que se realiza todos los años, en el Muelle Histórico Melbourne Clark y que SACO7 abrirá el próximo jueves 9 de agosto a las 12:00 horas con obras de Valeria Fahrenkrog (Chile – Alemania), Juan José Alfaro (Costa Rica), Barbara Schall (Brasil), Gergana Elenkova (Bulgaria), Thiago Guedes (Brasil), Tomasz Matuszak (Polonia) y Rodrigo Toro (Chile).

Todas las exhibiciones en sala finalizarán el miércoles 5 de septiembre y la exhibición «Origen y mito» en el Muelle Histórico continuará hasta el 14 viernes del mismo mes.

La ciudad ideal

Joaquín Cociña y Teobaldo Lagos son dos de los artistas participantes. Lagos está presente con el fruto de su residencia “Inmigración – origen y mito”, convocatoria realizada por SACO junto al Goethe-Institut de Alemania, mientras Cociña fue responsable junto a su socio habitual Cristóbal León de la realización de un taller.

«Dagmara se preocupa de abordar temáticas de inmigración, como la difusión de culturas, hibridaciones, temas que para una ciudad como Antofagasta», donde además de los migrantes está su condición de ciudad fronteriza que incluye «transferencia, traducciones y desplazamientos entre Perú, Bolivia y Chile, son interesantes de ser abordados», comenta Lagos.

Él postuló con su proyecto «Auditorio», «que consiste en llevar la palabra, en tanto unidad efímera, y de contacto entre el consciente y el inconsciente, al espacio público», específicamente «la palabra de inmigrantes», con el fin de escucharlos «más allá de la estereotipación y la marginación».

Lagos tuvo contacto con pobladores de Antofagasta, investigó sobre sus materiales de construcción y a partir de estos realizó una exposición de fotos en una mesa del mismo material en la biblioteca regional con su «viaje» por la ciudad, «una ciudad que se construye» a gran velocidad más allá de cualquier planificación, a pesar de lo cual replica la urbanización previa.

También construyó un espacio con audios con entrevistas a los mismos migrantes pobladores y niños del liceo Mario Bahamondes de Antofagasta, de muchos alumnos con antecedentes migratorios, con quienes habló, entre otros, del espacio público y su «ciudad ideal».

Los curadores nepotistas

«Saco puede transformarse en el espacio contemporáneo de arte más importante de Chile, en el sentido de poder hacer una bienal o una escuela de arte», esta última, una entidad inexistente en el norte del país, señala por su parte Cociña.

«Algo muy importante del tema de origen y mito es que mucha producción artística en Chile tiene que ver con inscribirse en estructuras culturales ya existentes, pero debiéramos preocuparnos de revisitar y remitificar nuestros orígenes, que son mixtos y extraños, como todos los orígenes. Cualquier esfuerzo en esa línea me parece interesante, por muy oscuros que sean los lugares a los que uno llega».

En el caso de su taller «Curatoría Familiar», consiste en la realización de una exposición sobre la base de un proceso en que los participantes se comportan como curadores, y seleccionan y trabajan sobre obras de familiares. Estas obras pueden ser reales, en el sentido de que tienen un familiar artista, o pueden transformar a una persona de su familia en un artista mediante algunas operaciones y elementos muy concretos como texto curatorial, iluminación, montaje, etc.», explica.

El taller surgió a partir de la itinerancia de su película de animación «La Casa Lobo», que incluyó la creación de un «Centro Cultural Casa Lobo», donde al principio solo exponían ellos y sus familiares.

Cociña relata que el trabajo resultó muy interesante, porque los alumnos rápidamente llegaban «a un lugar súper profundo de sus propios orígenes. En la educación artística se habla de problemas muy generales –memoria, olvido, etc.–, pero finalmente los problemas que le atañen a uno tienen que ver con la propia historia».

Uno de los alumnos, por ejemplo, trabajó a partir de la billetera de su abuelo fallecido, que laboró muchos años en un pueblo salitrero, María Elena.

«Él creó la ficción de que su abuelo era un artista de avanzada del norte, y su última obra era el despliegue con todas las cosas que tenía», en una mezcla de instalación y video. «Así revisitó la historia de su abuelo de manera muy interesante», señala.

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