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Hora de definirse para los empresarios: la agenda reformista de Alfredo Moreno y Bernardo Larraín Matte o el trumpismo criollo de José Antonio Kast Un influyente economista dice que en cualquier otro país occidental «nuestra derecha sería la extrema derecha”

Hora de definirse para los empresarios: la agenda reformista de Alfredo Moreno y Bernardo Larraín Matte o el trumpismo criollo de José Antonio Kast

Iván Weissman S
Por : Iván Weissman S Editor El Mostrador Semanal
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La ovación que Kast recibió en Enade pone en cuestión cuán profundo es el apoyo al mensaje de los nuevos líderes gremiales, que buscan que la empresa vuelva a ser un actor legítimo y respetado. La candidatura presidencial del diputado ex UDI ha provocado que parte de la derecha chilena se saque los complejos y muestre su lado más retrógrado. Kast los aleona a “recuperar nuestros espacios, defender lo que creemos y perder los miedos”. A los demás los acusa de ser “cómplices pasivos”. En la CPC y la Sofofa ese discurso los complica. Plantean que confirma todos los prejuicios de quienes opinan que en la derecha chilena nada ha cambiado. El único que saca la voz para criticarlo con nombre y apellido es Andrés Santa Cruz, presidente del gremio de las AFP. El resto, prefiere hablar en off.


Bernardo Larraín Mattte llegó a la presidencia de la Sofofa con un agenda reformista y renovadora. Lo mismo Alfredo Moreno en la CPC.

Ambos entendieron que estamos en medio de una gigantesca ola que cuestiona a la globalización, que desafía a las élites y que tiene en jaque a las democracias liberales tradicionales. Y que Chile vive su propia versión.

Acá, se ha manifestado en un cuestionamiento al modelo que se impuso en dictadura y, de paso, en la casi total pérdida de legitimidad de las clases política y empresarial que “administraron el modelo”.

Parte de ese fenómeno se debe a la tendencia global y, como se manifiesta en nuestro país, parte es también producto de la serie de escándalos políticos y financieros que han remecido a Chile en los últimos 6 años –y respecto a los cuales las élites no han sabido responder–.

¿Y cuál fue la respuesta inicial del empresariado a estos cambios que estamos viviendo?: atrincherarse, algunos; o meter la cabeza en la arena, al mejor estilo avestruz, otros.

Sin embargo, liderados por Larraín Matte y Moreno, este año ha comenzado a generarse un consenso entre algunos de los sectores más influyentes del empresariado respecto a que, para volver a ser actores relevantes y legítimos de esta nueva sociedad que está naciendo, tienen que cambiar. Ser proactivos, tomar la iniciativa e, incluso, atreverse a ser disruptivos.

El presidente de la Sofofa lleva cinco años tratando de convencer de esto a sus pares. Primero, como presidente de Colbún y, luego, como director de Icare.

Hace dos semanas, en el Encuentro Anual de la Industria, aprovechó de cambiar la forma y el tono del discurso empresarial con respecto al Gobierno de Michelle Bachelet, algo que la propia Presidenta agradeció. Larraín Matte ofreció más diálogo y apeló a que la empresa sea un actor constructivo en el debate público, con sentido social.

Moreno no se ha quedado atrás con su discurso. El ex canciller de Sebastián Piñera sostiene que la empresa tiene que implementar “un cambio radical en la forma de relacionarse con la sociedad». Al respecto, apunta a que las empresas deben tener un sentido e instaurar “una cultura de integridad empresarial”.

Convencer al resto de sus pares no ha resultado fácil. La llegada del heredero Matte a la presidencia de la Sofofa fue todo un culebrón, con un guión digno de “House of Cards”. Hubo oposición agresiva no solo a su candidatura sino también a su agenda renovadora.

La molesta irrupción de Kast

Pero parecía que ambos líderes gremiales habían ordenado sus filas y el sector privado estaba unido en el mensaje, cuando irrumpió José Antonio Kast en la carrera presidencial.

No marca más de 4 puntos en las encuestas, pero su presencia mediática y su mensaje conservador sin tapujos, despertaron a un monstruo que estaba dormido y lo ha convertido en el Trump chileno.

Al inicio era como un mosquito molesto, pero la ovación que Kast recibió en Enade pone en cuestión cuán profundo es el apoyo al mensaje de Moreno y Larraín Matte.

Es que la candidatura presidencial del diputado ex UDI ha provocado que parte de la derecha chilena se saque los complejos y muestre su lado más retrógrado.

Kast los aleona a “recuperar nuestros espacios, defender lo que creemos y perder los miedos”. Critica el discurso conciliatorio: “Algunos de ustedes han sido cómplices pasivos, porque invitan a estos señores y no los contradicen. Algunos de ustedes incluso los financian”, dijo en Casa Piedra la semana pasada. Opina que el empresario tiene que ser militante en defensa de sus ideas. Propone, asimismo, bajar impuestos y se confiesa antirregulación. Todos, argumentos coherentes con el neoliberalismo más extremo que tan cuestionado ha sido en Chile, para bien o para mal, en los últimos 6 años.

Su exposición en Enade no solo fue ovacionada, además fue interrumpida 17 veces por los aplausos de los empresarios, de acuerdo a un reportaje de La Tercera.

En la CPC y la Sofofa ese discurso los complica. Al interior de ambos gremios señalan que confirma todos los prejuicios de quienes opinan que en la derecha chilena nada ha cambiado y que Kast expresa lo que el resto de los empresarios no se atreven a decir.

El único que saca la voz para criticarlo con nombre y apellido es Andrés Santa Cruz, presidente del gremio de las AFP. El resto, prefiere hablar en off.

“Obvio que nos complica. Confirma los prejuicios que tienen contra los empresarios”, manifiesta un empresario del retail que apoya lo que están haciendo Moreno y el presidente de Colbún.

La lectura de un ex alto ejecutivo de una multinacional y cercano al mundo de la Nueva Mayoría, es que la reacción al discurso de Kast representa al sector más conservador del empresariado, que tiene nostalgia pinochetista. “La mayoría de ese grupo detesta a Bachelet y su gobierno y quieren decírselo de la manera más dura posible», sostiene.

Otro empresario que fue testigo, opina que hay una doble lectura de lo ocurrido en Enade: empresarios más afines a Kast que a Piñera, muy contentos con el primero, aplausos espontáneos, etc., etc. Y eso se puede interpretar como empresarios ultraconservadores, incluso en lo económico, o empresarios contentos porque alguien le contesta al discurso provocador y moralista de la izquierda.

Una persona cercana a los Matte y que también estaba presente en Casa Piedra, manifiesta que los que hicieron berrinches fueron los propios partidarios que Kast llevó a Enade y añade que no es una muestra representativa. Afirma que la mayoría de los empresarios está por recuperar las confianzas, mayor transparencia y dialogar en un espíritu constructivo.

Andrés Santa Cruz decidió responder directamente al mensaje de Kast. «Es gratis decir lo que quieren escuchar. Yo creo que hay una parte importante del empresariado que está con Alfredo Moreno y Bernardo Larraín Matte en compartir una mirada del rol que tiene que tener la empresa en el siglo XXI, que no parece ser el mismo discurso del señor Kast. El empresariado está en favor del diálogo. Es la forma en que este país ha salido de sus crisis y conflictos», señaló el presidente de la Asociación de AFP.

El economista Alejandro Fernández, socio de la influyente consultora Gemines, afirma que “es un hecho que la derecha chilena solo es comparable, en el mundo, a los fanáticos religiosos del Partido Republicano en Estados Unidos, aunque con una identidad de clase que, en Estados Unidos, ciertamente no existe. En cualquier otro país occidental, nuestra derecha sería la extrema derecha”. Y estima que la derecha de Chile contiene un voto duro que, probablemente, representa a algo así como el 20,0% a 25,0% del electorado, “pero que, por lo mismo, no tiene capacidad de crecer hacia el centro, salvo en circunstancias especiales”.

Impacto en candidatura de Piñera

Un político cercano a Sebastián Piñera dice que Kast “tiene un grupo de personas fiel, ligado al mundo empresarial. Fui al debate del Congreso y uno de los invitados era César Barros, una persona influyente. Es evidente que es gente que se siente bien con la derecha conservadora, pero no solo del mundo empresarial, veo otra gente valóricamente cercana al Opus Dei, que le encantan sus ideas, los sintonizados con el tema militar, con el no al aborto, católicos, un perfil empresarial que abunda. Pero afortunadamente Kast no levanta cabeza, no le esta quitando votos importantes a Piñera y Piñera no va a sacrificar el centro por ir a buscar a esos empresarios», plantea.

“El voto de Piñera es racional, no es voto emocional. Ese voto puede que se lo lleve Kast. No descarto que salga cuarto en la primera vuelta, pero me sorprendería”, es la lectura de un asesor político con llegada al empresariado.

“Si en Vitacura, Lo Barnechea, Las Condes, saca 20 puntos o más, entonces sí estaríamos frente a un fenómeno político estilo Trump acá en Chile», puntualiza. Aunque agrega que, cualquier cifra por encima de 4 puntos y que termine arriba de Goic, sería un hecho significativo.

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