Publicidad
Larraín on tour: almuerza con RN, va al Congreso y detalla los más de US$5 mil millones de déficit en ausencia de Eyzaguirre MERCADOS

Larraín on tour: almuerza con RN, va al Congreso y detalla los más de US$5 mil millones de déficit en ausencia de Eyzaguirre

Entre sobreejecuciones en salud, financiamiento de proyectos de 2017 que se arrastran a 2018 y otros gastos del Estado, el jefe de Hacienda y Rodrigo Cerda (Dipres) dieron a conocer los gastos comprometidos y las presiones por las que pusieron el grito en el cielo, ante lo que señalan como un escenario de deterioro fiscal. Larraín puso énfasis en que la deuda pública se ha duplicado y que también ha aumentado fuertemente el gasto en intereses. El gran ausente en la sesión fue el ex ministro de la cartera, Nicolás Eyzaguirre, y el ex director de Presupuestos, Sergio Granados, también convocados.


Se dice que el que se explica se complica y el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, tuvo que explicarse en el Congreso, luego de asegurar que US$5.500 millones no tenían financiamiento. A pesar del público emplazamiento que le hizo su antecesor, Nicolás Eyzaguirre, finalmente este último se restó de la cita en el Parlamento, igual que  Sergio Granados, ex Dipres de la administración anterior .

Así, este miércoles 2 de mayo, pasadas las 15:30 hrs.,  Larraín y el director de Presupuestos, Rodrigo Cerda, asistieron a la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados para explicar y detallar sus dichos sobre los señalados millones de dólares que, aseguraron, existen actualmente sin financiamiento.

En la instancia, Larraín comentó que después de revisiones realizadas tras asumir el Gobierno, la deuda pública se ha duplicado y que también ha aumentado fuertemente el gasto en intereses, apuntando a que en 2013 bordeaba el 12% del PIB y que a fines de 2017 este llegó a casi 24%.

Sostuvo que es por esto que las agencias calificadoras recortaron la nota de riesgo a Chile.

«En el presente, nosotros tenemos estos compromisos de gastos que nos establecen una situación más compleja, pero nosotros no vamos a retroceder en nuestras propuestas», reconoció el ministro en la sesión de ayer y agregó que «nuestro plan de balance de 6-8 años lo mantenemos, va a ser más complejo, pero lo mantenemos». Insistió en lo que ha venido impulsado desde el primer día que arribó a Teatinos 120: que para la administración de Sebastián Piñera «es prioritaria la austeridad fiscal. Esto nos hace ir más allá».

Así, se comprometió en ese sentido a presentar nuevas medidas en las próximas semanas, pero alertó que este problema no se arregla solo con austeridad fiscal. «Vamos a hacer esfuerzos en materia de austeridad, pero estos esfuerzos tienen que ser complementados con crecimiento. Tenemos que recuperar este norte, porque esto recupera las cuentas fiscales. Necesitamos las dos patas», comentó al respecto.

En más de una ocasión se ha señalado que la siguiente etapa de ahorro fiscal significará un recorte de programas sociales, tal como se planteó en un momento durante la campaña presidencial del año pasado, razón por la cual Larraín salió a calmar las aguas sobre este punto. «Vamos a intentar, en la medida de lo posible, que esto afecte lo menos posible a las personas. Que esto sea una apretada de cinturón en el sector público, para no afectar a las personas, a los programas y a los proyectos que les llegan a ellos. Particularmente, los (proyectos) bien evaluados, que no los vamos a tocar. Nos vamos a hacer cargo del problema a través de la austeridad, y también de recuperar el crecimiento económico”, declaró el titular de Hacienda a la salida de comisión ya entrada la tarde.

Más temprano, el secretario de Estado tuvo un almuerzo con parlamentarios de derecha, particularmente con la bancada de RN, a cuyos miembros, en un ambiente distendido –según algunos asistentes–, les explicó los alcances del plan de ajuste fiscal y detalló lo que luego profundizó en la comisión. El objetivo era calmar a los parlamentarios, pero también que entendieran a cabalidad el plan de Hacienda para responder ante los gastos sin financiamiento.

Al término de la comisión, el diputado Alejandro Santana (RN) destacó que lo que ha dicho el gobierno «es que se va a hacer cargo», que se iban conformes con las explicaciones de Larraín y manifestó que el jefe de las arcas fiscales nunca tuvo la intención de alarmar, sino que «transparentar» la situación con la que se encontró el 12 de marzo.

El diputado Giorgio Jackson (RD) fue menos condescendiente y optó por un tono crítico. «Me parece que el Gobierno compromete cosas contradictorias, como cumplir tanto la reducción del déficit fiscal, el aumentar el gasto en las áreas que comprometió y la disminución de impuestos a las grandes empresas. Tiene que elegir a quién le va a cumplir, a la ciudadanía y a las cuentas fiscales o a las grandes empresas», manifestó.

Presiones de gastos

Durante la sesión de la comisión el foco de las dudas estuvo siempre en los US$5.500 millones que se indicó que no tenían financiamiento, razón por la cual tanto Larraín como Cerda detallaron que se trata de presiones de gastos y que son los comprometidos anteriormente. «Para ser semánticamente claro, esto es gasto comprometido al 12 de marzo», sentenció el titular de Hacienda.

Cerda, por otro lado, puntualizó que lo que se incluye como gasto comprometido son obligaciones legales, por ejemplo, pago de pensiones, subvenciones educacionales, y su variación proyectada en términos de cobertura, así como gastos operacionales del sector público. Aclaró, además, que «lo que estamos haciendo es replicar la metodología que aplica la Dirección de Presupuestos desde hace muchísimos años».

El jefe de la Dipres agregó que «en ese contexto, nosotros tenemos un presupuesto de 73 mil millones de dólares, y tenemos la programación financiera hacia adelante, 2019-2021. Esperamos que aumenten los gastos comprometidos en 2019 en 1.900 millones de dólares, por lo que que el gasto público casi alcanzaría un aumento de 7 mil millones de dólares hacia 2021».

Se refirió asimismo al arrastre de proyectos, apuntando que «si algo se aprueba en 2017 pero entra en 2018, el arrastre nos queda y tenemos que incluirlo en el 2018. Eso significa que tenemos que aumentar nuestro límite de gasto, por eso se llama presión de gasto».

Larraín intervino ejemplificando que «se están sobreejecutando 80 millones de dólares en enero y febrero en salud, son gasto corriente. Lo que hemos hecho es suponer que vamos a poder contener esta presión de gasto, pero es imposible suponer que la vamos a poder eliminar». Cerda añadió, en tal sentido, que «obviamente tenemos que hacernos cargo, pero tenemos que discutir cómo».

Publicidad

Tendencias