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Haití cantó, bailó y lloró

«Haití no va a morir, no debe morir (…) Séquense las lágrimas para reconstruir Haití», dijo el mandatario, quien no pudo contener el llanto durante una ceremonia realizada debajo de la torre construida con motivo del bicentenario de la independencia del país, con el palacio destruido a la izquierda y un campo de refugiados improvisado a la derecha.


Miles de personas se congregaron este viernes en Puerto Príncipe para conmemorar el primer mes desde del terremoto ocurrido el 12 de enero pasado.

Un grupo, integrado en su mayoría por la comunidad protestante haitiana, se reunió frente al palacio presidencial, mientras que los católicos lo hicieron junto a la destruida catedral de la capital.

En ambas ceremonias hubo gente rezando, entonando cantos religiosos, aplaudiendo y llorando.

Los representantes de la comunidad protestante hablaron debajo de la torre construida con motivo del bicentenario de la independencia del país, con el palacio destruido a la izquierda y un campo de refugiados improvisado a la derecha.

Ese fue el lugar elegido por el presidente haitiano, René Préval, para dirigir unas palabras a sus conciudadanos, después de haber causado cierta polémica por su ausencia de la vida pública.

«Haití no va a morir, no debe morir (…) Séquense las lágrimas para reconstruir Haití», dijo el mandatario, quien no pudo contener el llanto durante la ceremonia.

Un tambor y una orquesta

Los católicos oraron bajo el edificio destruido de la catedral donde el mes pasado murió el arzobispo de la ciudad, monseñor Joseph Serge Miot.

Frente a la catedral, BBC Mundo encontró a un haitiano que contemplaba la fachada derrumbada del edificio y le preguntó si creía que en el futuro la ciudad tendrá otro templo de esta naturaleza.

«Sí, por supuesto», dijo Jean Benet y justificó su respuesta con un poco de fe y otro poco de historia. «Ya tuvimos una catedral destruida por un incendio en la época de (Jean Bertrand) Aristide, en 1991»

«Esta era de 1914 e iba a cumplir un siglo, pero el terremoto lo evitó. Pero creemos que tendremos una catedral más linda todavía».

Mientras la misa católica fue acompañada por el solitario sonido de un tambor, los protestantes eligieron una orquesta de músicos que hizo bailar a los presentes frente al palacio presidencial.

El ambiente de fiesta contrastaba con la situación en que se encuentran los refugiados que han encontrado asilo temporario frente a la ex sede de gobierno.

Cinco años

«La escala del desastre es masiva, harán falta más de cinco años para que la población vuelva a ponerse en pie», dijo a BBC Mundo Harjeet Singh, representante de la ONG Action Aid Internacional.

«La principal necesidad es procurar refugio. La comida ha comenzado a llegar a la gente, al igual que las medicinas, pero todavía hay muchos haitianos durmiendo en la calle o bajo una sábana, sin carpa de ningún tipo», concluyó Singh.

La convocatoria protestante continuó en la tarde, mientras la católica se dispersó antes de las 16.53, el momento en que ocurrió el terremoto de 7 grados en la escala de Richter que hasta el momento se cree que dejó más de 230.000 muertos y más de un millón de personas sin hogar.

Para ese momento los haitianos ya habían rezado, cantado, bailado, aplaudido y llorado lo suficiente.

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