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Horas no lectivas: no perderse en los titulares

Por: Grupo de Políticas Públicas, Enseña Chile


Señor Director:
Hasta fines de diciembre el Senado y Gobierno tienen plazo para ingresar indicaciones al  proyecto de ley que crea un sistema de desarrollo profesional docente. Este aumenta el tiempo no lectivo y asegura un mínimo de su uso para la preparación de la enseñanza. El titular suena bien, pero no resuelve el problema profundo y estructural, porque aunque es una mejora no alcanza a compensar el déficit de tiempo con el que los profesores se desempeñan actualmente, no garantizándose el tiempo para el desarrollo de la enseñanza y trabajo colaborativo, aspectos claves de las condiciones del trabajo docente.

El diagnóstico de OCDE de 2014 nos indica que los profesores chilenos son los que más tiempo pasan en la sala de clases, un 91% de jornada laboral la pasan frente a sus estudiantes.
El desgaste de pasar tantas horas enseñando repercute en la sostenibilidad personal y profesional de los docentes. Este tema podría influir en la cifra preocupante de que casi el 20% de los nuevos profesores se retira de la profesión luego del primer año y alrededor del 40% antes de cumplir 5 años trabajando en las escuelas y liceos (Valenzuela y Sevilla, 2013)

Hoy el proyecto de ley aumenta el porcentaje de horas fuera del aula, proponiendo un 65% de sus horas dentro de la sala (lectivas) y un 35% de sus horas para la preparación de la enseñanza y otros (no lectivas). Además se le asegura al profesor que tendrá “Un porcentaje de a lo menos el 40% de las horas no lectivas para las actividades de preparación de clases, de evaluación de aprendizajes y a la atención de estudiantes y apoderados, así como también a otras actividades profesionales relevantes para el establecimiento que sean acordadas en el Consejo de Profesores”.

¿Qué significa el titular?, para un profesor con 36 horas semanales de contrato (promedio de horas según Voces Docentes) y las propuestas presentadas, el titular significa:

1. Que los docentes tendrán 12,6 horas no lectivas.
2. El 40% de esas horas no lectivas corresponden a 5,04 hrs. semanales, que se aseguran para la preparación de clases, evaluación de aprendizajes y a la atención de estudiantes y apoderados, así como también a otras actividades.
3. Según lo declarado por los profesores (Aliste et al, 2013) en general dedican a lo menos 4 horas a la atención de estudiantes y apoderados. Este tiempo sí o sí se destina a esta labor dado que es una actividad que se puede realizar solo en el establecimiento y es una demanda prioritaria para la escuela y las necesidades de estudiantes y familia.
4. Por ende para la preparación de la enseñanza y evaluación nos quedan un poco más de una hora, para todos los cursos y niveles. Es decir, para la preparación de la enseñanza se aseguraría no más de dos minutos por clase.

¿Por qué se asegura solo un 40%?
La situación es seria y no plantea solución simple y barata, este problema nos empuja a pensar no solo en aumentar la proporción sino que también el uso de estas horas para garantizar la entrega de oportunidades de aprendizaje a los estudiantes y trabajo colaborativo que fortalezca a las comunidades sin sacrificar la vida personal de nuestros profesores.

La reforma apunta en la dirección correcta, pero evidentemente es insuficiente. La profesión docente va mucho más allá de pararse frente a un curso: una buena clase requiere preparación, planificación, decisiones profesionales, conocer el entorno educativo a través de entrevistas a alumnos y apoderados, y poder trabajar colaborativamente junto a otros profesores. Por lo anterior, es fundamental que los profesores tengan el tiempo suficiente para ejercer una de las labores más nobles de la sociedad, y no encontrarse, como bien dice Nicanor Parra, con la cara abofeteada y sin voz después de una semana de trabajo.

Grupo de Políticas Públicas, Enseña Chile

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