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El tráfico de llamadas que complica al subsecretario de Hacienda

Luego de solicitar el listado telefónico de los involucrados en el ataque a la hija del alcalde de Ñuñoa -todos pertenecientes al comando del UDI Rodrigo Álvarez, hoy miembro del gabinete- el fiscal Carlos Gajardo se encontró con una sorpresa. Uno de los inculpados, un sujeto apodado “Mandrake”, dueño de una empresa de campañas políticas, fue contactado a su celular desde la central de la Cámara de Diputados, donde a la fecha, el secretario de Estado fungía como presidente. Por esta razón, el perseguidor ofició a la Corporación para conocer el anexo desde dónde se marcó y quiénes tuvieron acceso a él.


La situación del actual subsecretario de Hacienda, Rodrigo Álvarez (UDI), se complica en la investigación que lleva el fiscal Oriente Carlos Gajardo, por la destrucción de publicidad y ataque a la sede -durante la última campaña- de la entonces candidata y actual diputada RN, Marcela Sabat. En esta contienda electoral, el miembro del gabinete fue su principal contrincante en la circunscripción Ñuñoa-Providencia, donde se impuso está última contra todos los pronósticos.

Esto debido a que en la indagatoria el perseguidor tiene probado que miembros del comando de Álvarez destruyeron la sede de Sabat y la publicidad instalada en las calles. Pero además, luego de solicitar el tráfico telefónico de Rodolfo Carter, jefe de campaña de Álvarez y otro sujeto que participó en los hechos el 2 de diciembre de 2009, Gajardo se encontró con una sorpresa: una llamada hecha desde la Cámara de Diputados al celular de uno de los involucrados. A esa fecha, Álvarez era el Presidente de la Corporación.

Reciclaje y ahorro

Desde el ataque al comando de Marcela Sabat hasta ahora, han transcurrido más de seis meses. El fiscal Gajardo ha tomado muchos testimonios, entre ellos a Reinaldo Hernández, quien confesó -a fines del mes pasado- la operatoria que tenía el comando de Álvarez para destruir la publicidad de Sabat. Pero agregó un detalle: los letreros eran robados, para luego llevarlos a un sector de Mapocho, donde se le instalaba la imagen del candidato UDI, es decir, se reciclaban y había un importante ahorro de dinero. Esta declaración fue guardada en una carpeta secreta, debido a la importancia que guarda para el fiscal, según confidenció a El Mostrador una fuente del Ministerio Público.

Hasta ese momento, las pruebas que obran en la investigación, indicaban que Rodolfo Carter, jefe de campaña de Álvarez, contrató a Víctor Arancibia, autoapodado “El Mandrake”, dueño de una empresa que presta servicios a campañas políticas -www.mke.cl- de todos los colores. Nada anormal tomando en consideración el período electoral. Y no necesariamente el candidato Álvarez debió enterarse de las acciones de las personas empleadas para destruir la publicidad de su contrincante. Lo anterior, porque en general se evita “ensuciar” al postulante de acciones de este tipo y se lo mantiene “compartimentado”, es decir, es preferible que no sepa.

Llamada clave

El fiscal entonces, para construir la arquitectura de una futura formalización, solicitó al Servicio Electoral (Servel) los gastos de campaña del subsecretario. Allí quedó probado que se le pagó a Mandrake. Pero además, decretó otra diligencia: pidió el tráfico de llamadas de Carter y Mandrake. Pero en la lista enviada por la compañía de telefonía móvil, apareció un número que se repetía muchas veces. Era el de Reinaldo Hernández, quien apareció por primera vez en el caso. Fue citado a declarar y confesó que robó, destruyó y ayudó a reciclar los letreros de Sabat con la imagen de Álvarez.

[cita]El contacto pudo haber sido hecho desde Presidencia; y segundo: que se hubieran usado recursos públicos para su campaña al parlamento. La respuesta al oficio está en manos de la titular de la Cámara, Alejandra Sepúlveda.[/cita]

Pero en la relación de números telefónicos, el fiscal Gajardo se encontró con otro detalle. El día de los hechos, Mandrake recibió un llamado desde la mesa central de la Cámara de Diputados, de la que Álvarez era entonces  Presidente.

El descubrimiento sumó la sospecha de que el subsecretario de Hacienda bien pudo haber conocido los métodos de su comando.

Por esta razón, Gajardo ofició a la Corporación para que, con día y hora específica, responda desde qué anexo Mandrake recibió la llamada, qué personas pudieron tener acceso al teléfono y quiénes se encontraban en el edificio.

De allí que será relevante para el fiscal conocer dicha información, ya que hay, al menos, dos alcances investigativos. El primero es que el contacto pudo haber sido hecho desde Presidencia; y segundo: que se hubieran usado recursos públicos para su campaña al parlamento. La respuesta al oficio está en manos de la titular de la Cámara, Alejandra Sepúlveda.

Esta no es la primera vez que una campaña de la UDI aparece vinculada a hechos delictuales contra un oponente RN. En la Quinta Región, Franco Curotto, miembro de la campaña de Marcelo Forni, declaró ante la fiscalía local que mantuvo varias reuniones con Eliott Quijada, un histórico neonazi de la zona que fue condenado por amenazar a la postulante RN al Senado, Lily Pérez.

Este medio intentó obtener una versión del subsecretario Álvarez, pero se indicó a través de su asesor, Pablo Santiago, que no haría declaraciones.

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