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Ministro Lavín reacciona y decide prohibir el uso de publicidad en textos escolares

Miguel Paz
Por : Miguel Paz Subdirector de El Mostrador
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Luego de la polémica provocada por la publicación de textos escolares que incluyen avisos comerciales que podrían influir sobre menores sin discernimiento, el titular de Educación culpó de la medida a las administraciones concertacionistas para luego afirmar que instruyó que, en el futuro, los textos escolares no hagan alusión a una marca específica, sino que la enseñen a través de marcas ficticias.


Luego de que este martes El Mostrador informara que textos escolares aprobados por el Ministerio de Educación incluyen publicidad, el Gobierno decidió prohibir el uso de avisos comerciales en libros para estudiantes. La medida se debió a la polémica que generó la publicación de este medio dando a conocer que libros de estudio de «Lenguaje y Comunicación», usados por estudiantes de los primeros años de enseñanza, incluían avisos comerciales de distinto tamaño en la unidad de «Medios y publicidad».

El problema central -que generó una reacción sin precedentes de los usuarios de las redes sociales, los presidentes de las comisiones de educación de la Cámara de Diputados y el Senado y expertos en educación y publicidad, calificando la situación de «inaceptable»- se debió a que los textos de estudio incluían avisos comerciales que en vez de alentar a los niños a identificar los mensajes publicitarios, fomentaban la repetición de esloganes y mensajes que promovían el consumo de productos de manera contraria al objetivo de la unidad «Medios y publicidad», que busca que los niños identifiquen mensajes publicitarios para no sucumbir ante ellos.

A raíz de las informaciones dadas a conocer ayer, la presidenta de la comisión de Educación de la Cámara de Diputados, María José Hoffmann (UDI), dijo que “la publicidad en textos escolares es inaceptable y exige regulación del Ministerio”. La parlamentaria agregó que el uso de publicidad a temprana edad genera fidelidad futura, lo que debiera ser regulado y excluido de cualquier proyecto educativo.

El senador Mariano Ruiz Esquide, del partido Demócrata Cristiano, sostuvo que el hecho constituye «una manipulación de los niños y su familia que debe ser sancionada». «Es un hecho atentatorio a la formación de los jóvenes. No es posible que existan avisos publicitarios escondidos y aceptados, asociados a marcas publicitarias de telecomunicaciones, alimentos y bebidas», agregó Ruiz Esquide.

De manera similar, el senador del PPD Jaime Quintana, quien preside la Comisión de Educación de la Cámara Alta, calificó como preocupante la situación ya que «la intromisión de las marcas en los textos escolares puede provocar que nuestros niños, claramente un target muy apetecido por las empresas, potencien su necesidad de adquirir estos productos, generando una necesidad que hasta el momento no existía y una frustración si no pueden acceder a tener lo deseado».

Todas estas versiones repitieron en distinto modo las frases de expertos en educación como Mario Waissbluth -quien dijo que cuando leyó el artículo le dio «un ataque de ira»- y publicistas como Martín Vinacur, quien al ser consultado para el artículo original dijo que “la publicidad infantil supone tratar a los niños como consumidores antes que como niños. Se trata de una manipulación llana y lisa para programar consumidores y eternizar una conducta cultural. La publicidad para niños es una de las aberraciones del sistema, es la transformación de la infancia en un producto de consumo bajo la excusa de reconocerlos como sujetos soberanos de sus deseos y elecciones”.

Lavín que sí, que no

Ayer el ministro de Educación Joaquín Lavín se defendió de las críticas y justificó la inclusión de los avisos en la unidad de «Medios y publicidad» haciendo hincapié en que se trata de “un contenido que permite que los niños enfrenten mejor la publicidad“. Además dijo que «los niños deberían (aprender) a través de una forma reflexiva, y eso es lo que se enseñan en estos libros, a cómo enfrentar la publicidad». Además recordó que se trata de «los mismos libros que esa cartera viene repartiendo desde el año 2002».

La información aportada por el secretario de Estado fue reconocida a El Mostrador por la ex ministra de Educación Mariana Aylwin, quien señaló que el uso de avisos en la unidad de estudio mencionada, fue aprobada en el año 2002 dentro de la reforma educativa. Pero aseguró que en ese período nunca se vio algo «ni remotamente cercano a lo que dieron a conocer ustedes».

Sin embargo, con el paso de las horas y a medida de que la polémica fue escalando, el ministro Lavín decidió recular y dijo a los periodistas que envió un oficio a la jefa de la Unidad de Curriculum y Evaluación del Ministerio de Educación, Loreto Fontaine, en el que restringe el empleo de la publicidad en los libros que se distribuyen en colegios privados.

«Hoy día he instruido que, en el futuro, los textos escolares cuando pasen esta materia, no hagan alusión a una marca específica, sino que la enseñen a través de marcas ficticias. Creo que es lo mejor, porque así se pasa la materia y no se predispone a los alumnos a favor de una marca específica», dijo Lavín.

Estos cambios se producirán a partir de la próxima impresión de textos escolares.

Revisa las imágenes que aparecen en los textos escolares

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