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Julio Ligorría: el arma secreta de Perú para instalar en el mundo la imagen de Chile como “mal vecino” Lobbista internacional fue clave en la operación comunicacional que acompañó su tesis jurídica ante La Haya

Julio Ligorría: el arma secreta de Perú para instalar en el mundo la imagen de Chile como “mal vecino”

Lima siempre supo que era difícil construir la demanda sin tener un soporte político comunicacional adecuado que validara –a nivel mundial– la reclamación contra Chile. Mientras, nuestro país se refugió en una mirada legalista del problema, relevando sus razones jurídicas. Además, el gobierno de Piñera compró la tesis peruana de las “cuerdas separadas”, completamente funcional a la estrategia global de nuestros vecinos del norte.


A días de que se conozca la sentencia del tribunal de La Haya, en diversos círculos bien informados se comenta el optimismo reinante en Perú, que contrastaría con el pesimismo chileno. Y lo cierto es que Lima ha hecho bien las cosas, con inteligencia, recursos y planificación, incluida la famosa tesis de las cuerdas separadas que neutralizó a Chile y que, de paso, hizo suya también durante este gobierno.

La demanda peruana fue el resultado de un largo proceso político de convencimiento y negociación al interior de la elite peruana, donde se instaló una visión geopolítica de futuro que auguraba una real posibilidad de erigirse como potencia mediana en América del Sur en un horizonte de 50 años. Dentro de ese marco cuajan los argumentos jurídicos para modificar el paralelo como límite marítimo con Chile y la necesidad de aumentar la ZEE (Zona Económica Exclusiva) como plataforma soberana de proyección marítima para el siglo actual.

Con estos y otros antecedentes, la alerta final de las intenciones peruanas estuvo dada por la presentación y aprobación de la Ley de Bases en 2005, la cual permitía armar un caso sólido para solicitar un fallo judicial internacional, que permitiese cuestionar el límite marítimo con Chile, aumentar la ZEE y obtener un triunfo político y estratégico sin disparar un solo tiro, cobrándose de paso una histórica revancha con Santiago.

Esta construcción se transformó en una estrategia hábilmente conducida por la Cancillería y la elite más conservadora e influyente de Perú que no sólo levantó el vector jurídico –al que Chile se ha aferrado como única “tabla de salvación” y certeza plena–, sino que se consideró la necesidad de jugar con las imágenes y percepciones en el lenguaje comunicacional del Siglo XXI, a sabiendas de que ello constituía un contexto con influencia indirecta en otros actores que han seguido con interés el litigio entre dos países de relevancia por su proyección al Pacífico y sus recursos naturales.

De esta forma, las autoridades limeñas sabían que para poder enfrentarse al legalista Chile era necesario contar con una fuerte presencia en los principales medios del mundo, donde Perú colocara sus argumentos y demostrara, además, que ha sido víctima de un vecino que sigue anclado a la victoria militar de finales del Siglo XIX, en la llamada Guerra del Pacífico. “Mal vecino” fue la cuña con la que se buscó la construcción de una opinión pública internacional favorable a la estrategia peruana.

Para estos efectos, se precisaba una planificación que requería monitoreo directo de Presidencia y Cancillería. De esta forma, Torre Tagle, la eficiente y hábil Cancillería peruana, contactó a uno de los latinoamericanos más reconocidos en hacer lobby de alto nivel global, quien venía precedido por varios éxitos comunicacionales en la generación y posicionamiento de imagen.

[cita]El gobierno peruano, consciente de la alta reputación de Chile como el país más estable y exitoso económicamente de América del Sur, necesitaba un plan comunicacional a escala global para minar la reputación de los “ingleses de América del Sur”. Para ello, contactaron a la Agencia de Comunicaciones Interimage Latinoamericana, S.A., con sede en Miami, de propiedad del guatemalteco Julio Ligorría, reconocido lobbista internacional, muy vinculado a la derecha confesional y económica centroamericana tradicional, que es similar a la elite peruana que apoyó con recursos e influencias la construcción de la demanda contra Chile. Fueron estos sectores los que recomendaron al gobierno peruano que tomara la asesoría.[/cita]

El gobierno peruano, consciente de la alta reputación de Chile como el país más estable y exitoso económicamente de América del Sur, necesitaba un plan comunicacional a escala global para minar la reputación de los “ingleses de América del Sur”. Para ello, contactaron a la Agencia de Comunicaciones Interimage Latinoamericana, S.A., con sede en Miami, de propiedad del guatemalteco Julio Ligorría, reconocido lobbista internacional, muy vinculado a la derecha confesional y económica centroamericana tradicional, que es similar a la elite peruana que apoyó con recursos e influencias la construcción de la demanda contra Chile. Fueron estos sectores los que recomendaron al gobierno peruano que tomara la asesoría.

El gobierno de Alan García cerró el acuerdo con la empresa, acuerdo que mantuvo Ollanta Humala y que –según datos extraoficiales– le ha significado un costo anual de US$ 200 mil, más gastos y otros ítems caratulados como reservados.

Ligorría en persona asesoró al gobierno limeño. Acudió en varias oportunidades al Palacio de Miraflores y a Torre Tagle para presentar el plan, la estrategia e incluso los contenidos, los que, una vez construidos, eran difundidos tanto por Perú como por Interimage actuando en nombre del Perú.

Embajador ante Obama

Julio Ligorría, nacido en Guatemala en 1956, ha impartido cátedras y seminarios de Gerencia Política y Estrategia en: Florida International University, Latin American and Caribbean Center; Instituto Tecnológico de Monterrey, en Ciudad de México; Universidad Iberoamericana de México, para el diplomado de Gerencia Política; Escuela de Postgrado en Gerencia Política de la George Washington University, y en el Centro Interamericano de Gerencia Política. Funda Interimage Latinoamericana en 1988, de la cual es su presidente. Según su propia definición, brinda servicios en el área de consultoría en comunicación y asuntos públicos a empresas multinacionales y gobiernos en el ámbito latinoamericano.

Su oferta es clara: “Brindamos un servicio de particular utilidad en estos tiempos: asesoría a personajes del mundo político. Nuestra experiencia en el manejo estratégico y táctico de campañas presidenciales en diferentes épocas y sociedades nos ha dado la experiencia para convertirnos en un aliado importante a la hora de buscar la máxima empatía entre los políticos y los electores. En esta especialidad, nuestros esfuerzos se orientan al análisis permanente de situaciones y factores que los políticos y hombres públicos deben enfrentar, a fin de proporcionarles no sólo una orientación profesional y confiable, sino para ejecutar los más audaces planes para el manejo de opinión pública”.

Interimage diseña estrategias de opinión pública y su implementación: el manejo y solución de crisis corporativas y políticas: planificación estratégica, diseño y desarrollo de imagen corporativa, y asesoría a personalidades del mundo político y empresarial. Para sostener su presencia en la región desarrolló alianzas con empresas de consultoría en varios países latinoamericanos, incluidos Perú y Chile: Miami (CEO Advisors); México (Zimat-Gollin Harris); Nicaragua (Grupo ESE); Panamá (StarComm Holdings/Publi 4); Perú (DATUM); Chile (Crisis ICC, propiedad del periodista Francisco Javier Celedón); España (Interimage/ No-Line).

La especialidad de Ligorría es –tal como lo describe en su presentación oficial de su página web– “Asuntos Gubernamentales: es un hecho incuestionable que la mayoría de temas de interés giran, en América Latina y gran parte del mundo, en torno al Gobierno. Mantener una buena relación mediante contactos de alto nivel forma parte de las exigencias contemporáneas de los grandes gestores del desarrollo social. Por eso Interimage también pone a su disposición una dinámica de comunicación a alto nivel en prácticamente todo el continente. El amplio conocimiento del manejo de la cosa pública permite a Interimage y su grupo de asesores en todo el continente, poder presentar proyectos importantes en todos los ámbitos de acción gubernamental y política”.

Ligorría asegura lobby al más alto nivel: “Ofrece servicios que van desde el cabildeo –o lobbying–, investigación en materia legislativa, monitoreo y análisis, preparación de temas para introducirlos en círculos de discusión a alto nivel, hasta el servicio de previsión de crisis –early alert–. Nuestro acceso a legisladores, asesores de Gobierno y políticos, garantiza la calidad de nuestros servicios, de la misma forma que nuestros contactos con analistas y líderes de las más variadas tendencias nos permiten establecer la realidad acerca de la percepción provocada por la actuación de quienes se desarrollan en el ambiente político de nuestros pueblos. El concepto clave en el manejo de la imagen en asuntos gubernamentales es la visión que se quiere compartir con las masas”.

La lista de asesorías de Julio Ligorría es extensa e incluye a varios presidentes latinoamericanos, como Alejandro Toledo (Perú), Rafael Correa (Ecuador) y Ramiro de León Carpio (Guatemala), además de precandidatos, gobiernos y empresas.

En agosto del 2013, Julio Ligorría fue nombrado embajador de Guatemala en EE.UU. por el presidente Otto Pérez, de quien fue previamente uno de sus asesores. Un mes después le presentaba sus credenciales al presidente Barack Obama (en la foto).

Sus consultorías incluyeron el Corredor Interoceánico, un proyecto –elaborado por el mismo Otto Pérez– que busca ser una alternativa al canal de Panamá. Con su nuevo cargo en EE.UU., Ligorría dejó la asesoría.

Una reciente investigación elaborada por el medio guatemalteco El Periódico, sitúa a Ligorría como asesor ante los bancos internacionales, con el objetivo de atraer inversionistas. “Él se promocionaba como representante de Carlos Slim, el hombre más rico del mundo (…); sin embargo, a Slim no le interesó el proyecto cuando se lo presentaron durante una reunión privada con el mandatario (Otto Pérez), realizada en Casa Presidencial el 10 de julio pasado (2013). Slim es de la tesis que los corredores interoceánicos en Guatemala y Nicaragua no son viables”, señala el medio.

Uno de los episodios más conflictivos en la historia de Ligorría ocurrió en marzo del 2002. El gobierno panameño pidió a Guatemala que investigara dos empresas de Ligorría (Interimage y Macnilam Comunicaciones), ya que sospechaba que estaban involucradas en un plan de desestabilización de ese país.

La ofensiva comunicacional de Piñera en la recta final

Mientras tanto, esta semana, en Santiago, Piñera –según fuentes de Palacio– ha dado instrucciones para retomar el control comunicacional en torno al fallo y con ello mitigar las tenues críticas que han comenzado a emerger las últimas semanas.

En este rediseño, el Presidente busca crear un clima de unidad nacional y organizó una acelerada agenda de reuniones con el mundo político, empresarial y de la prensa, algunas bajo absoluta reserva. El lunes Piñera se reunió en La Moneda con todos los jefes de partidos políticos chilenos y la posterior puesta en escena le sirvió (foto con todos los dirigentes en el patio) para no aparecer solo ante un eventual fallo adverso. La convocatoria a sesión del Cosena, conocida anoche, se enmarca en este diseño para ponerse bajo el paraguas del Estado.

Un claro giro respecto a lo que venía haciendo el canciller Moreno, cuya estrategia ha sido de mantener un férreo control comunicacional, dosificando información muy acotada sobre el caso, a fin de evitar repercusiones molestas que tensionaran el ámbito comercial, área vital en su manera de concebir la naturaleza de la relación con Perú.

La estrategia de Moreno fue aprovechada por Perú y sus lobbistas para deslizar que el resultado no le complica a Chile porque la relación es sólida. Incluso –sostienen en círculos de la Cancillería limeña– el gran triunfo peruano se dio por la estrategia comunicacional que logró un tipo de reacción chilena pasiva, sobre todo en esta administración, con lo que la demanda se reviste de la condición de “justa” dada la nula molestia chilena.

Los llamados a la mesura que el propio canciller Moreno les expresó a directivos de los medios nacionales en reiteradas reuniones, buscaba justamente no “agitar” las aguas con Perú, mientras que en el vecino país la política era totalmente opuesta y todo se informaba.

Moreno también optó por tener reuniones reservadas con algunos estamentos de las FF.AA., que también hicieron saber su molestia por la escasa participación en decisiones de alto nivel. Al fin y al cabo, señalan fuentes castrenses, se trata de un tema donde está en juego la soberanía nacional. Pero Moreno hizo caso omiso a los requerimientos e incluso –sostienen otras fuentes de Defensa– enfrió totalmente las relaciones con los ministros del ramo, particularmente con Andrés Allamand.

Lo que ha hecho desde este lunes el Presidente Piñera ha sido una ofensiva en la recta final, tratando de instalar el concepto de que su administración sólo siguió la línea argumental iniciada por Bachelet, algo que es cierto formalmente, por la mantención del embajador Van Klaveren a la cabeza del equipo jurídico.

Piñera efectivamente ha logrado alinear a la mayoría del mundo político en que se acatará el fallo sea cual fuere el resultado, cumpliendo así el mandato del Pacto de Bogotá, que da autoridad a La Haya para resolver en controversias limítrofes.

Sin embargo, el Presidente se ha visto obligado a reivindicar la aplicación de la tesis de las “cuerdas separadas” –que personeros como el presidente del Senado Jorge Pizarro han criticado en los últimos días–, señalando que una acción diferente habría dificultado el clima con el cual se conocería el fallo. Esto, en alusión a que durante la administración Bachelet las relaciones con Lima fueron tensas, frías y distantes. Cabe recordar que, aplicando las “cuerdas separadas”, Chile condecoró con la máxima distinción nacional al ex presidente peruano Alan García, quien firmó la demanda ante La Haya. Como si fuera poco, la Municipalidad de Santiago lo nombró “hijo Ilustre”.

En La Moneda, cercanos al Presidente Piñera, reconocen que recién ahora el Mandatario se ha dado cuenta de que Perú logró el control de la agenda comunicacional y política, rayándole con éxito a Chile la cancha del juego político.

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