Defendió vínculo laboral con Antofagasta Minerals mientras encabezó comisión de Minería
«Quiero recordar que esa fue una información que yo hice pública hace más de dos semanas. Decidí entregar año a año todos los clientes que yo tuve en mi trabajo personal privado”, afirmó y emplazó a que se “vean las actas de la comisión de minería, despache todos los oficios de fiscalización y concurrí con mi voto a cada uno”.
La sombra del lobby ha sido el talón de Aquiles del ministro de la Segpres, Jorge Insunza, desde que llegó al gabinete el 11 de mayo, debido a su nutrido pasado asesorando y gestionando intereses de una variada gama de empresas. Hoy el tema reflotó una vez más, puntualmente por el vínculo laboral que tuvo con Antofagasta Mineral mientras ejercía la presidencia de la comisión de Minería de la Cámara de Diputados, pero la autoridad optó por jugarse las cartas escudándose en que la normativa vigente no establece la dedicación exclusiva de la actividad parlamentaria y no asumir la dimensión ética de la situación.
«En Chile no tenemos prohibición de que los parlamentarios tengan sociedades para realizar otros trabajos profesionales, por ejemplo existen muchos parlamentarios que son parte de oficinas de abogados, que tienen otras empresas”, precisó Insunza.
Una frase no menor si se considera el sueldo que reciben los parlamentarios, cuestionado a nivel de opinión pública y que ha sido afecto a críticas en el seno del Congreso que apuntan a la necesidad de reducirlo.
La relación entre el mundo privado y el sector público, la delgada y difusa línea que separa el dinero y la política, que con los casos Penta, SQM y Caval tiene en el suelo la credibilidad de la autoridades públicas. Un tema que tiene una arista ética no menor y a veces tanto o más importante que la legal, porque un hecho puede estar apegado a la ley, pero no por eso es correcto o se ve bien, punto que durante la administración de Sebastián Piñera la Nueva Mayoría fustigó con razón y dureza por el evidente conflicto de intereses que existían en muchos rostros de ese gobierno, pero que ahora se vuelve contra varias figuras del oficialismo.
A través de la consultora Virtus, de propiedad de Insunza y su esposa Claudia Jara desde el año 2007, la empresa Antofagasta Mineral recibió hasta octubre del 2014 una minuta de análisis. La consultora está registrada en la declaración de patrimonio que hizo el ministro mientras ejerció como diputado PPD.
“Si el punto es que los parlamentarios debieran tener una dedicación exclusiva, es algo que sería bueno que el país discutiera, pero hoy no está en nuestra legislación (…) se pueden desarrollar otras actividades, algunos tienen empresas, algunos tienen radios, otros son parte de oficinas de abogados, hay una multiplicidad de actividades”, se defendió el ministro, quien a reglón seguido recalcó en el caso de Antofagasta Minerals “no he hecho lobby, he hecho análisis político y por eso creo que cabe hacer una distinción”, que eso era totalmente compatible con sus funciones como diputado y que por eso, “puedo estar aquí frente a ustedes con total tranquilidad en esa materia”
Para el ministro Insunza la situación no implica desde ningún punto de vista una desprolijidad ni un error de su parte, más allá de la legalidad o del interés político de la UDI al emplazarlo públicamente por este antecedente. “No, porque es análisis político, eso es un trabajo que yo hacía es una opinión fundada, un juicio que uno entrega sobre la apreciación de la realidad y eso tiene valor para distintos actores, en el sector privado y público (…) era una opinión mía, que no implicaba ninguna otra acción o gestión, el lobby implica una gestión de intereses, yo no hacía eso”.
Una estrategia distinta
No hay que olvidar que la Presidenta Michelle Bachelet hizo un drástico cambio de gabinete hace casi un mes, precisamente para sacar del seno de La Moneda cualquier franco de duda y cuestionamiento sobre la probidad de las autoridades en ejercicio, luego que Rodrigo Peñailillo fuera criticado por una serie de boletas que emitió durante el 2012 al operador Giorgio Martelli por supuestos informes profesionales, que se deducen fuero un mecanismo para justificar pagos para la precampaña de entonces. Lo mismo con pagos de viajes a Nueva York, del celular y de un monto de más de 300 millones a varios miembros de su entorno político cercano mientras se preparaba el aterrizaje de Bachelet a Chile.
La situación de Insunza empaña ese intento de La Moneda, que se evidenció un esfuerzo por no repetir errores pasados.
El ex ministro del Interior tuvo un mal manejo de la situación, además que siempre se le vio nervioso, a la defensiva –basta recordar cómo le tiritaba el ojo cuando públicamente respondió sobre 4 boletas nuevas que se conocieron- nunca asumió a cabalidad el tema, la información se fue conociendo a cuenta gotas, lo que desangró a La Moneda y la Nueva Mayoría y además, dilató por semanas la muestra de los supuestos informes, que fueron criticados por su calidad.
Insunza esta mañana optó por la estrategia contraria. “A partir de esta tarde, voy a ir subiendo a mi página web personal cada uno de los informes que entregaba, para que cada uno los conozca y se despejen las dudas”, dijo.
Pidió que se haga “una revisión exhaustiva de cada una de las actas de la comisión de minería y vean si encuentran una frase en que yo haya expresado una posición que favoreciera a esta empresa o a otras”, recalcó, debido a que Codelco también fue cliente del ex diputado a través de la empresa Sistema Consultores, entre 1997 y el año 2014 con un contrato por 300 mil dólares, aunque Insunza tuvo partición en ella solo hasta el 2006, cuando asumió como diputado.
«Quiero recordar que esa fue una información que yo hice pública hace más de dos semanas. Decidí entregar año a año todos los clientes que yo tuve en mi trabajo personal privado”, afirmó y emplazó a que se “vean las actas de la comisión de minería, despache todos los oficios de fiscalización y concurrí con mi voto a cada uno”.
El ministro dijo que puede pararse ante las cámaras con “toda la transparencia y la conciencia tranquila de la eticidad de cada uno de mis actos».
