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Andrade y humor político: «Esto no es un chiste, es un problema serio»

Andrade y humor político: «Esto no es un chiste, es un problema serio»

«Esto demuestra todo el interés que hay de la ciudadanía con la política. Cuando ésta sea buena, no va a ser material para un show», sostuvo el diputado PS.


Las rutinas humorísticas del Festival de Viña del Mar no han pasado inadvertidas para el mundo político. El diputado del PS y próximo presidente de la Cámara, Osvaldo Andrade, asegura que en estas presentaciones «una crítica amarga a una sociedad que está llena de privilegios».

«Dan cuenta de algo evidente, que es que la ciudadanía tiene una crítica muy áspera y ácida respecto al sistema político, los partidos y los parlamentarios. Lo que hacen los humoristas, con el talento que tienen, es transferir un estado de ánimo de la opinión pública hacia la política y eso hay que tomarlo como un dato. Esto no es un problema de justicia o injusticia, de empezar a defender si estuvo bien o mal, es algo de lo que hay que hacerse cargo», sostiene el parlamentario en entrevista con La Tercera.

«Este es un problema serio. Mire, ofrecer la cabeza de un parlamentario sangrando sería un show televisivo tremendo, tendría un rating enorme. Al margen de las bromas y todo, me lo tomo en serio como fenómeno social, y de eso hay que preocuparse. Aquí hay una crítica amarga a una sociedad que está llena de privilegios, y no son sólo los políticos. Aquí los medios se cargan al chancho, y están equivocados. También es la iglesia, los empresarios. Cuando una sociedad es tan desigual como la chilena, vamos a tener problemas, y esto pone en riesgo las instituciones», agrega.

Consultado por si esta expresión de rechazo tiene que ver con el desinterés de la ciudadanía con la política, el ex timonel del PS dice que es al revés: «Esto demuestra todo el interés que hay de la ciudadanía con la política. Si la política fuera intrascendente, a los humoristas les iría como el forro, porque no tendrían ninguna cercanía con las preocupaciones ciudadanas. Esto desmiente el hecho de que a la ciudadanía no le importa la política. Sí le importa, pero le importa la buena política. Cuando la política sea buena, no va a ser material para un show».

«El problema está planteado. Mire, a los políticos nos gritan ladrones en la calle. ¿Usted cree que eso es sano? Aquí no se trata de hacer un análisis sanitario, esto es algo político y social (…) a mí no me costaría nada, si alguien me insulta, darme vuelta y responderle. Además, como soy grandote… Pero no va a faltar el gallo que me va a grabar y van a decir además que soy prepotente. Entonces me las tengo que comer no más. Pero pasar de los insultos a las vías de hecho hay que tener cuidado, por eso hay que preocuparse. Porque después de esto, ¿qué impide que una persona cualquiera, un desquiciado, venga a sacarle la cresta a un político? Por eso digo que esto no es un chiste, es un problema serio», concluye.

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