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En colegio del barrio Yungay se canta el himno chileno y el peruano

En colegio del barrio Yungay se canta el himno chileno y el peruano

Se trata de la escuela República de Alemania donde no solo se imparte Historia de Chile, sino también Sudamericana.


«¡Yo soy peruano!», dicen a coro 15 niños peruanos al interior de una sala. «Nosotros somos colombianos», exclaman otro menor. Todos ellos son parte del cuarto básico de la Escuela República de Alemania, establecimiento público ubicado en el barrio Yungay de Santiago.

También hay alumnos ecuatorianos, bolivianos, dominicanos, españoles y argentinos.

(Leer también Escuela República de Alemania: Ejemplo de inclusión multicultural en la educación (El Mostrador Cultura)

Según consigna El Mercurio, 51,5 por ciento de los alumnos son de otras nacionalidades y el 48,5 por ciento son chilenos.

Por tal razón, no es extraño que se hayan cambiado algunas prácticas: por ejemplo, «los lunes se canta tanto el himno nacional como el himno de Perú», explica el director, Antonio Pacheco.

De hecho, el 40% de los extranjeros de la escuela son peruanos.

Sabiendo que el número de estudiantes de distintas nacionalidades seguirá creciendo, están evaluando entonar el Himno de Las Américas.

De igual modo, el combate naval de Iquique se enseña con algunos matices. «Después de la muerte de Arturo Prat, Miguel Grau crea un protocolo para entregarle sus pertenencias a la viuda, Carmela Carvajal. La Armada chilena más tarde tuvo un gesto similar de respeto tras la muerte de Grau. Esos valores son los que destacamos, los valores que encarnaron Prat y Grau, más que el tema bélico», afirma el profesor Juan Carlos Llanos.

Asimismo, han adaptado algunas asignaturas: No solo se enseña Historia de Chile, sino también Historia de Sudamérica.

Y se realiza una fiesta de integración en noviembre, donde apoderados y alumnos comparten bailes y gastronomía de cada nación.

Algunos problemas que se presentan son: los malos resultados en las pruebas estandarizadas del Ministerio, lo que esperan mejorar; y la regularización de niños que no cuentan con permisos de residencia, ya que en ocasiones sus padres están «sin papeles».

Sobre la convivencia, el director señala: «Afortunadamente, no hemos tenido experiencias de peleas entre niños donde pese la nacionalidad como motivo».

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