Las críticas por su desempeño de las últimas semanas gatillarían su inminente salida
Solo sería cosa de tiempo para que Marcela Labraña deje su cargo al frente del Servicio Nacional de Menores. Después de sus declaraciones sobre la niña de 11 años que murió en un centro del Sename, producto de un paro cardiorrespiratorio, las evaluaciones en el Gobierno no han sido buenas. Sus palabras habrían molestado incluso a la propia Presidenta Michelle Bachelet. Un grupo de diputados evalúa interpelar a la ministra de Justicia, Javiera Blanco, por el estado de la institución que trabaja con los menores.
Las últimas declaraciones de la directora del Servicio Nacional de Menores (Sename), Marcela Labraña, causaron un impacto profundo en el gobierno.
Después de la muerte de Lisette –la pequeña de 11 años que falleció producto de un paro cardiorrespiratorio en un centro del Sename– las palabras que pronunció ante la prensa le pusieron una lápida a su gestión y causaron indignación no solo en parlamentarios y trabajadores del organismo, sino que también habrían provocado molestia en la ministra de Justicia, Javiera Blanco, y la propia Presidenta Michelle Bachelet.
El problema –comentó Labraña después de la muerte de la niña, ocurrida el lunes 11 de abril– es que el cuadro de angustia de la niña se acrecentó el domingo anterior, cuando ella esperaba que la visitara un pariente muy cercano, que nunca llegó. “Tenemos que entender que estamos hablando de una niña de 11 años. Cuando a un hijo uno no lo va a buscar al colegio, se pone ansioso, imaginen a una niña que está esperando todo un mes o mucho más tiempo y esa persona no llega. Eso genera un estrés”, dijo Labraña.
Todos entendieron que su diagnóstico era que había muerto de pena; una explicación que para muchos expertos pareció inaceptable. Tampoco fue bien visto que el Sename, incluso vía comunicado, entregara antecedentes privados de la vida de la niña, como el abuso que había sufrido por parte de un familiar. Se trata de materia reservada.
Desde entonces, no ha habido muchas lecturas. La evaluación sobre el desempeño de Labraña no es buena, sobre todo porque el organismo que lidera ha tenido duros golpes durante su existencia. En efecto, la Ley de Garantías de Derechos de la Niñez, que envió Bachelet al Congreso en septiembre del año pasado, borra la figura del Sename de la forma en que se ha conocido hasta ahora.
La situación del Sename ya ha sido conocida en diversos reportajes de la prensa, pero hace cuatro años fue el propio Poder Judicial el que recogió testimonios inéditos a través del llamado Informe Jeldres –llamado así porque la investigación fue encabezada por la jueza Mónica Jeldres–. Como lo relató Ciper en 2013, abrir cualquiera de esas páginas era estremecedor. Daban cuenta de situaciones como “que en un hogar de niñas de Arica se detectó una red de explotación sexual organizada por las guardadoras; mientras que en Punta Arenas, en un hogar de monjas, se denunció violencia y medicación de los niños sin autorización ni supervisión médica”.
Para algunos parlamentarios, el caso de la pequeña Lisette solo ha servido para comprobar que se ha avanzado poco en una protección integral a la infancia. Un grupo de diputados está redactando una petición para formar una Comisión Investigadora Sename 2 –la primera fue postinforme Jeldres–, para establecer qué cambios se han producido entre esa primera comisión (año 2014) y ahora.
La misma comisión trabaja en una eventual interpelación transversal a la ministra de Justicia, Javiera Blanco, iniciativa que lideraría el diputado René Saffirio, también de la DC. Esta instancia requiere las firmas de 40 de los 120 diputados. De concretarse, sería la primera vez que un parlamentario interpela a un ministro de su propio conglomerado de Gobierno.
