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Bachelet busca punto de inflexión y apuesta por capitalizar políticamente crisis de las AFP con paquete de medidas La Moneda intenta golpe comunicacional que marque la agenda en crítico tema de pensiones

Bachelet busca punto de inflexión y apuesta por capitalizar políticamente crisis de las AFP con paquete de medidas

Marcela Jiménez
Por : Marcela Jiménez Periodista de El Mostrador
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En Palacio advirtieron que la demanda ciudadana por pensiones más justas escalaría con mayor rapidez y más fuerza que lo que fue el movimiento estudiantil el año 2011, que tuvo literalmente en las cuerdas a la administración de Sebastián Piñera con la exigencia de educación gratuita y de calidad. Igual como sucedió el 2013 con dicho tema, el diagnóstico en el Gobierno determinó que la exigencia de un cambio al sistema de AFP se tomará la campaña presidencial y que La Moneda no podía quedarse abajo, reaccionando tardíamente, sin marcar al menos una ruta.


No había otra opción, no había espacio político para mirar al techo. La evaluación interna en La Moneda hace días apuntó a que la realidad de las bajas pensiones y la demanda ciudadana por reformar el actual sistema de AFP, era una bola de nieve que caería inapelablemente sobre la administración bacheletista si no se tomaban cartas en el asunto y así lo hizo anoche la Presidenta. La cadena nacional, en la que anunció un paquete de propuestas en esta área, es parte de una estrategia proactiva de Palacio para marcar un punto de inflexión político, salir del fondo del pozo de las encuestas y, para ello, asumió cambios en su hoja de ruta.

Para nadie es un misterio que el tema de las pensiones nunca estuvo contemplado en las prioridades del Gobierno, no fue parte de los ejes estratégicos del programa, no era parte del check list de desafíos y promesas que el segundo mandato de Bachelet debía cumplir antes de marzo del 2018. La Comisión Bravo, creada en el 2014, su informe final y el discreto debate posterior que venía haciendo lentamente desde junio del año pasado el comité de ministros asignado para este tema, permitían a La Moneda cubrir dicho aspecto.

Pero la marcha nacional del 24 de julio cambió las cosas. Casi un millón de personas marchando en distintas ciudades del país instaló una nueva realidad, de la cual en La Moneda tomaron nota. Ya la semana pasada los análisis asumían que era inevitable introducir cambios en la hoja de ruta, muy a contrapelo del discurso que se había instalado este año de la obra gruesa, de abocar los esfuerzos gubernamentales a consolidar lo realizado hasta ahora sin impulsar más cambios.

Ello, porque en Palacio advirtieron que la demanda ciudadana por pensiones más justas escalaría con mayor rapidez y más fuerza que lo que fue el movimiento estudiantil el año 2011, que tuvo literalmente en las cuerdas a la administración de Sebastián Piñera con la exigencia de educación gratuita y de calidad. Igual como sucedió el 2013 con dicho tema, el diagnóstico en el Gobierno determinó que la exigencia de un cambio al sistema de AFP se tomará la campaña presidencial y que La Moneda no podía quedarse abajo, reaccionando tardíamente, sin marcar al menos una ruta.

No fue gratuita la forma ni el momento para dar el golpe a la mesa e irrumpir en la agenda con la propuesta presidencial. La Presidenta Bachelet hizo los anuncios 24 horas antes del cacerolazo ciudadano que está convocado para la noche de este miércoles, en la semana en que sondeos públicos, como Cadem, ya arrojaron que la aprobación del Gobierno seguía a la baja, atravesando ya la barrera sicológica del 20% y en días en que se esperan los resultados de la mítica encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP), que marca la realidad política cada seis meses.

“Mejorar las pensiones de manera permanente, aumentando su eficiencia y su solidaridad, es una tarea muy compleja, porque con el futuro de los trabajadores y con el futuro de nuestra economía no se juega. Aquí no hay espacio para soluciones fáciles y las promesas sin fundamento, al final, nos perjudicarán a todos (…) escuchamos sus propuestas así como también las demandas de la sociedad. Ha llegado el momento de actuar”, sentenció Bachelet en la cadena que se emitió a las 21:00 horas de anoche, que fue previamente grabada, en la tarde, y cuyo contenido se mantuvo en estricta reserva y bajo siete llaves hasta el último momento.

[cita tipo= «destaque»]Una de las principales críticas que desde el seno del Gobierno y en la propia Nueva Mayoría se le ha realizado a la administración bacheletista, es que generalmente aparece reaccionando a los conflictos, no se anticipa, que escalan sin control, dañando la imagen presidencial y el apoyo ciudadano, que La Moneda siempre aparece respondiendo al ritmo de la coyuntura y que había perdido las riendas para controlar el debate de la agenda pública, como sí lo hizo en su primer año, el 2014, hasta que explotó el Caso Caval.[/cita]

La Mandataria propuso aumentar gradualmente las cotizaciones en 5 puntos porcentuales, en un plazo de 10 años y con “cargo exclusivo al empleador”, aspecto en el que recalcó que el Estado tendrá un rol destacado por ser el principal empleador del país. Explicó que dicho aumento “permitirá crear un pilar de ahorro colectivo solidario. Una parte de él permitirá aumentar las actuales pensiones y otra parte será destinada a lograr más equidad en las pensiones futuras de los actuales trabajadores que cotizan».

Abordó varios de los puntos más cuestionados del sistema de AFP: el cobro de las comisiones en los periodos de rentabilidades negativas, punto en el que Bachelet afirmó que propondrá que esos cobros sean devueltos a las cuentas de los afiliados; incorporar a «representantes elegidos de los cotizantes, de manera que puedan participar desde definiciones clave, como las políticas de inversión, la elección de los directores y de las compañías en que se invierten los recursos o las campañas de información» y modificar «las diversas formas de comisiones ocultas o las comisiones de intermediación, que quitan recursos a las cuentas de los afiliados sin justificación real». Tres ítems que representan un claro guiño para responder a la demanda ciudadana.

Bachelet reiteró que se seguirá avanzando en la creación de una AFP estatal, iniciativa sobre la que ya había dicho el viernes que se le pondría urgencia; asimismo, añadió que la actual cotización del 10% seguirá siendo depositada en las cuentas individuales de propiedad de cada trabajador y que se fortalecerá el «actual pilar solidario de invalidez y vejez, que permita asegurar la pensión mínima a aquellos que no han trabajado o que carecen de cotizaciones».

Carta bajo la manga

Las últimas semanas han estado marcadas en La Moneda por la incertidumbre interna que han generado en el Ejecutivo los intensos rumores de un cambio de gabinete, ajuste que ha sido pedido en reiteradas ocasiones por dirigentes y parlamentarios de la Nueva Mayoría como forma de marcar un reimpulso a la alicaída gestión gubernamental. Debido a ese clima, el hecho de que varios ministros suspendieran sus agendas de actividades para la tarde de ayer desató una suerte de histeria colectiva en las huestes gubernamentales –según calificaron varios en Palacio–, que vaticinaban una serie de modificaciones en el elenco de ministros y subsecretarios.

Pero la cancelación de actividades tenía que ver con la carta bajo la manga que La Moneda se iba a jugar horas después.

La Presidenta convocó a una sorpresiva reunión a las 16:00 horas en La Moneda al comité de pensiones, en el que se encuentran los ministros de Hacienda, Rodrigo Valdés; de Interior, Mario Fernández; de Trabajo, Ximena Rincón; de Economía, Luis Felipe Céspedes; de Desarrollo Social, Marcos Barraza; el vocero Marcelo Díaz y la titular del Sernam, Claudia Pascual, y después de afinar los últimos detalles en esa cita, grabó la cadena nacional que se emitió en la noche.

Desde La Moneda explicaron ayer por la tarde que este cambio en la hoja de ruta apuntaba a generar “un golpe comunicacional” fuerte, que le permita a la Mandataria recuperar liderazgo político a través de este debate. Así, no es casual que de las palabras de Bachelet no solo se desprenda el intento por acoger propuestas y miradas de todos los sectores, sino que también el esfuerzo claro por llevar la batuta de la discusión y marcar la ruta.

“Ha llegado la hora de emprender estos cambios sin demora. Los ciudadanos nos lo demandan y existe un amplio acuerdo entre los expertos y entre los actores involucrados. Esta es una tarea no solo para hoy, esta es una pieza clave en la construcción del país que queremos (…) debemos sustentar los cambios al sistema de pensiones en un gran pacto nacional. Un pacto que le dé sustento, un pacto que incorpore las mejores ideas, un pacto que reparta con justicia los beneficios y las responsabilidades del esfuerzo común. Por cierto, lo haremos de manera cuidadosa y responsable, porque no estamos haciendo una propuesta más. Queremos un sistema bueno y sostenible desde ahora y para las próximas generaciones”, sentenció la Presidenta.

En el Gobierno se reconoció ayer que habían perdido terreno en esta materia, que era necesario tomar la iniciativa y la delantera, sobre todo después que Piñera se adelantara públicamente en marcar posición y explicar sus propuestas de un sistema tripartito y fortalecimiento del pilar solidario. En Palacio asumieron que le habían regalado ese espacio a la principal figura y candidato de la oposición para el 2017 y que La Moneda aparecía sumida en un sinfín de reuniones sin arrojar luces concretas.

Una de las principales críticas que desde el seno del Gobierno y en la propia Nueva Mayoría se le ha realizado a la administración bacheletista es que generalmente aparece reaccionando a los conflictos, no se anticipa, que escalan sin control, dañando la imagen presidencial y el apoyo ciudadano, que La Moneda siempre aparece respondiendo al ritmo de la coyuntura y que había perdido las riendas para controlar el debate de la agenda pública, como sí lo hizo en su primer año, el 2014, hasta que explotó el Caso Caval.

Los anuncios de anoche marcan un giro en tal ámbito. Son una forma proactiva de recuperar terreno, de instalarse en el debate y poder manejarlo. Los ministros Valdés y Rincón hoy aterrizarán las propuestas en un punto de prensa conjunto en La Moneda.

El paquete propuesto por la Presidenta ahora será el eje del cónclave programático que realizará el oficialismo el 18 de agosto, donde parlamentarios, partidos y el Gobierno discutirán precisamente el tema de las pensiones, aunque ahora con la cancha ya rayada por Bachelet.

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