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Víctima de abuso denuncia a reemplazante de Ezzati en la Conferencia Episcopal: “Me dijo que me suicidara” Ex seminarista, Mauricio Pulgar, revela antecedentes desconocidos

Víctima de abuso denuncia a reemplazante de Ezzati en la Conferencia Episcopal: “Me dijo que me suicidara”

Afirma que el nombramiento para presidir la Conferencia Episcopal corresponde a una “compensación por sus silencios”, ya que asegura que Silva ha sido un encubridor de delitos de abuso sexual. También apunta como cómplice en este tipo de delitos al nuevo vicepresidente de la institución eclesiástica, Cristián Contreras Villarroel.


“Cuando estaba en el seminario, Silva era formador de teología y yo hablé con él, le dije que había problemas, que había acoso”, contó Mauricio Pulgar a El Dínamo. Dice que la nueva cabeza de la Conferencia Episcopal, Santiago Silva, “me dijo que me suicidara, que me matara, que era lo mejor que podía hacer. Esa fue su recomendación”, dice. “Yo me sorprendí, no esperaba nunca una respuesta de ese tipo y menos que lo diga alguien que tú consideras inteligente. Me di media vuelta, tomé mis cosas y me fui del seminario”.

Y así terminó su intención de ser sacerdote cuando entró a los 17 años al seminario Pontificio San Rafael. Luego siguió estudiando ciencias religiosas en la Universidad Católica de Valparaíso y conoció a Humberto Henríquez, que era párroco de Los Andes y a quien en 1997 denunció por abuso sexual.

“En mi caso, él (Silva) no pidió que Humberto Henríquez fuera degradado al estado laical por abuso sexual, reiterados y denunciados. Por el contrario, ayudó a que el obispo de la Diócesis de Valparaíso, Gonzalo Duarte, le diera la incardinación, que es cuando un sacerdote se cambia de diócesis, trabaja en otro lugar y puede tener cargos”, afirmó Pulgar.

Junto con él, otros dos ex seminaristas, Sebastían del Río y M. Soto, lo acusan de encubridor de delitos sexuales. Conocieron a Silva cuando era formador en el Pontificio Seminario Mayor San Rafael de la diócesis de Valparaíso entre 1980 y 2002 y como obispo auxiliar en la misma ciudad durante 2002 y 2015.

Los tres indican que buscaron su apoyo cuando le contaron a Silva los episodios, pero que no obtuvieron respuesta. Y a Pulgar no le sorprende: “Está el caso del obispo Barros y Duarte. Que tengan estos cargos es lo normal, es la forma en que ellos son compensados por sus silencios. Como yo ya no soy católico no me sorprende, pero para quienes sí lo son debe ser doloroso que no elijan a otra persona que tiene las manos limpias”, dice.

Las acusaciones también caen sobre el actual obispo de Melipilla y el nuevo vicepresidente de la Conferencia Episcopal, Cristián Contreras Villarroel. Lo acusan de encubrir delitos sexuales y, en específico, los vinculados al párroco de El Bosque, Fernando Karadima.

La ex esposa de James Hamilton fue en 2005 a contarle a Villarroel los abusos que había sufrido su esposo, pero el obispo le dijo que él no podía comenzar una investigación. Otra de las víctimas, Juan Carlos Cruz, lo califica como “uno de los tipos más siniestros que existe en la Conferencia Episcopal” y afirma que encubrió a Karadima y que ha protegido a Errázuriz y Ezzati.

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