Publicidad
Camila Rojas ante la segunda vuelta: “Creo que Guillier juega el rol del polizón que no hizo la tarea y al final va a pasar el ramo” Recalca que es necesario mantener “los dos pies en la calle”

Camila Rojas ante la segunda vuelta: “Creo que Guillier juega el rol del polizón que no hizo la tarea y al final va a pasar el ramo”

Macarena Segovia
Por : Macarena Segovia Periodista El Mostrador
Ver Más

La diputada electa de Izquierda Autónoma reconoce que el Congreso es un lugar “incómodo” para el frenteamplismo, y espera que continúe siendo así “mientras represente a unos pocos”. La ex presidenta de la Fech señala que es necesario –a la interna– hacerle el contrapeso a Revolución Democrática y que uno de los mayores desafíos para su sector “es el rearme de la izquierda, no solo al interior del Frente Amplio, sino en Chile, porque el FA no se reconoce como una organización de izquierda, no lo hizo en sus inicios y, por sus características, es difícil que lo vaya a hacer. Por eso, es importante que la izquierda al interior del FA se proponga como objetivo rearmarse para Chile, una izquierda de este siglo, con vocación de mayoría, que quiera ganar, y esa izquierda está en disputa”.


Oriunda del Puerto de San Antonio, Camila Rojas, es una de las diputadas más jóvenes de la bancada frenteamplista. Parte de la camada de ex dirigentes estudiantiles, la hasta hace un año presidenta de la Fech es la única parlamentaria electa representante de Izquierda Autónoma (IA), organización del Frente Amplio (FA) heredera de la SurDa de los 90 y liderada por el sociólogo Carlos Ruiz.

La “Cami” es reconocida por ser una de las mujeres fuertes del FA, feminista, dirigenta social y administradora pública por la Universidad de Chile. De origen humilde, “lejos de esas élites familiares, que abundan” en el nuevo bloque comentan sus cercanos–, cimentó su campaña parlamentaria en dos pilares: una agenda nacional basada en la restitución de los derechos sociales y una agenda local que tiene como objetivo una nueva ley de puertos y la derogación de la Ley de Pesca.

Asegura que los diputados del FA deben estar “con los dos pies en la calle” y recalca que el Congreso es un lugar que incomoda al frenteamplismo y “está bien que nos incomode, ojalá que nos siga incomodando, mientras sea un espacio que siga representando los intereses de unos pocos y no la mayoría”.

Respecto al balotaje de segunda vuelta y la posición del Frente Amplio, señala que “fue un error no haber visto como una oportunidad la discusión de segunda vuelta, pateando y dando libertad de acción, en donde termina pesando la posición de cada uno, y ahí los rostros pesan más”.

-Como Izquierda Autónoma plantearon que, además de dar el debate, este debía centrarse en aspectos programáticos, para tensionar a la Nueva Mayoría en puntos muy específicos y estratégicos, en virtud de la apertura de un nuevo ciclo. En ese contexto, ¿ha habido avances desde la NM?
-Si hay algo que tenemos en común en el FA es que sacamos un programa, que tiene la necesidad de hacer transformaciones profundas en salud, educación, pensiones. Beatriz les decía los ‘intransables’ en su último debate presidencial, por lo tanto, cuando IA apuesta a que estos puntos sean el centro de la discusión, es en la búsqueda de que se le dé unidad al bloque. Evidentemente Guillier y el oficialismo no lo han recogido, nosotros hemos dicho que no nos sentimos representantes del legado de Bachelet, porque, en esta disputa con la derecha, lo que termina pasando es que terminamos todos defendiendo las reformas que hizo Bachelet, y no somos de esa idea. Creemos que en este Gobierno no se hizo lo que había que hacer en educación, no se avanzó lo que se tenía que avanzar en salud, entonces, cuando tenemos esa mirada crítica al bachetelismo, y ponemos el programa por delante y decimos que estas son las reformas que queremos ante Guillier, y no hay luces de que vayan a ser posibles, finalmente Guillier termina llevándose los votos gratis. El otro día una amiga ponía el ejemplo de ese chico en la universidad, o en el colegio, que pasa de curso sin haber hecho ni una tarea, nada, entonces yo creo que Guillier juega el rol de ese compañero, el free rider (colado), del polizón que no hizo la tarea y al final va a pasar el ramo. Entonces, por eso nosotros quisimos poner el contenido por delante.

-A pesar de esto, ¿ya definieron si van a votar o no por Alejandro Guillier?
-Como Izquierda Autónoma estamos en la reflexión todavía, pero en el escenario actual se cierran las oportunidades de por quién votar. Con Piñera, que es cada vez más nefasto, un compañero nuestro lo decía, al final el mejor jefe de campaña de Guillier ha sido Piñera, porque también ha estado dando luces muy poco claras sobre lo que hará en su Gobierno, cometiendo error tras error, y Guillier termina acumulando. Nos gustaría que fuera otro el contexto de discusión, que el FA, con el 20% que sacó de votación, pudiera haber discutido de igual a igual con el oficialismo y que la discusión no se diera por cargos sino por programas. No fue así.

-Muchos dicen que ha sido tibia la posición del Frente Amplio respecto a que pueda haber un Gobierno de derecha. Los votos marcados, la ambivalencia de Sebastián Piñera respecto a la gratuidad, o ante la AFP estatal, ayudan a disipar la línea –más superficial– de lo que sería un Gobierno de continuidad o uno de la derecha, ¿qué significa para el FA que haya un Gobierno de derecha?
-Sobre todo, significa que haya un riesgo en donde la Nueva Mayoría se mimetice con el Frente Amplio, pondría ese como el peligro principal de que esté Piñera a la cabeza. Claramente, Piñera es nefasto por otras cosas más, los retrocesos que podría haber en materia de beneficios sociales, no de las grandes reformas, pero sí la gratuidad, bonos, porque en términos ideológicos, digamos que ambos son administradores del modelo (risas), entonces no es tan diferente. Pero aceptando que Piñera no es alguien que quisiéramos tener de vuelta, creo que el riesgo más grande para las fuerzas de cambio es, muy posible, terminar mimetizándose con las fuerzas de la Nueva Mayoría. Eso ya se vivió en el Gobierno anterior de Sebastián Piñera, donde toda la Concertación se hizo parte de la movilización social y después quienes acumularon más fueron ellos. Insisto, esto poniéndolo en lo que significa para el FA, más allá de todos los otros retrocesos que puede significar (…). Además, es súper ridículo tener un Presidente así, que tira esos chistes.

-En el FA se ha planteado la tesis de que se debe tensionar a la Nueva Mayoría hacia los principios frenteamplistas, para lograr una nueva alianza, ¿crees que es el camino que hay que seguir?
-Es una disputa que tenemos que dar sí o sí. Es gente que de alguna manera confió en el proyecto de la Concertación, creyendo que iban a venir cambios, la alegría, y hoy están decepcionados. Claramente, vamos a estar abiertos a tensionar a ese mundo, a ofrecer nuestras propias propuestas y proyecto político. Pero creo que el otro complemento de aquello es que hoy la abstención es muy alta y hay un mundo que no fue a votar, al que el Frente Amplio debe convocar. Ensanchar las espaldas de esta democracia que es más bien reducida. Esas bases de la Concertación, si creen en cambios, deberían estar más con nosotros que con ellos, pero hay una tarea mucho más grande, que es convencer a esta otra gente de organizarse y participar.

Rearticular la izquierda, más allá del Frente Amplio

-Entrando al quehacer del FA, ¿cuáles son los principales desafíos y objetivos del Frente Amplio, entendiendo su diversidad ideológica, cuáles son los quehaceres prácticos, la orgánica, y a nivel político?
-Hay que avanzar en la forma en que se toman decisiones, en el cómo congeniamos la posición de los partidos, con los comunales, con el mundo independiente sobre todo, porque hay quienes militan en una organización, también en su comunal, y su opinión en el comunal no es la misma que la del partido a nivel nacional. Hay todo un trabajo orgánico a resolver. Y en términos políticos, vamos a tener que tener líneas que nos permitan funcionar en el Congreso. Cuando el FA se define antineoliberal, qué significa eso en salud, educación, de manera que podamos actuar de forma unitaria y, cuando no se pueda actuar como bloque, al menos tengamos claridades de cuáles son los elementos que nos tensionan. El Congreso es un espacio que tiene que tensionarte, te pasan una ley que va amarrada a otras, entonces tener estas líneas generales del FA va a ser fundamental para nuestro trabajo cotidiano.

[cita tipo=»destaque»]»Yo creo que hay una cultura generalizada de evadir el debate y la discusión profunda, es una mala costumbre, y al menos yo y mi esfuerzo colectivo nos la jugamos para que eso cambie. Tenemos una alianza en donde hay posiciones mayoritarias y minoritarias, pero eso hay que transparentar. Hoy no es tan claro si hay gente que quiere votar por Guillier, otros que no, otros que van a anular, pero no sabemos cuál es la sustancia ni el peso de esa decisión, porque no quisimos darla de forma más clara y sustantiva, y ahí lo que pesa es el que habla más fuerte».[/cita]

-¿Han discutido sobre el trabajo parlamentario? ¿Van a constituir una bancada unitaria o cada fuerza se dividirá? Porque Revolución Democrática es por sí sola una bancada.
-Hasta ahora no se ha hablado como FA. Existen conversaciones, pero ha sido hace tan poco, que es una discusión que aún está flotando y que vamos a tener que decidir en un momento. En cierta medida, las agendas propias van a existir, pero debería existir un actuar unitario en hartos de los temas que se discuten en el Congreso. Hoy en día RD tiene una hegemonía dentro del FA y hay que resolver cómo lograr que no pese solamente cuántos diputados se tiene, sino que las otras organizaciones tengan un rol. Hay mucha gente que no se siente identificada con RD y es del Frente Amplio, entonces, cómo logramos congeniar esos intereses.

-Mientras discutían sobre el programa, se develó una tensión entre las distintas formas de resolver la política al interior del FA. Por un lado, esta lógica más asambleísta, horizontal, chocó –en algunas ocasiones– con el apremio del tiempo, o con posturas que iban en contra de los principios del FA, como el caso del aborto o la postura ante la migración. ¿Cuánto poder deberían tener los partidos u orgánicas al interior del FA?
-Entre más claridad de tus objetivos y las líneas que defiendes, más fácil es ordenar a los partidos del FA, bases comunales y los independientes. En la estructura actual, donde tenemos diputados electos, no es tan atractivo ingresar a un bloque que tiene estos niveles de desorganización, porque vas a una asamblea, no sabes si lo que dices va a tomar algún cauce, entonces hay que llegar a la mixtura donde lo territorial y lo que dicen los partidos se logra congeniar. Eso pasa por tener líneas de acción claras del Frente Amplio. Hay decisiones más controvertidas, que no tienen que ver con programa, como el caso de Mayol, ahí yo creo que hay dificultad a la hora de solucionar esos temas.

-Cómo van a manejar el denominado “díscolo» o «discolaje” al interior del FA. Se han visto discusiones entre los diputados Boric y Jiles, el mismo Florcita Motuda planteó que él no merecía ser electo. Mayol va a seguir siendo un actor fuerte, hasta va a sacar un libro del Frente Amplio. ¿Está preparado el FA para manejar conflictos, para dar rienda suelta a la diversidad?
-Va a ser difícil, hay juventud y muchas personalidades, es más, le estamos aportando harta diversidad al Congreso, lo ideal es que no pesen las individualidades sino el proyecto colectivo, las opiniones del Frente Amplio. Esta idea de negarle a la gente que diga algo no tiene sentido. Seguramente la Pamela Jiles va a seguir diciendo lo que ella piensa, pero mientras más espacios de debate haya en el FA, más fácil es que salgamos con posiciones comunes; si esos espacios están negados, cada uno va a salir diciendo lo que se le ocurre. El mejor ejemplo de esto es la segunda vuelta. Si mantenemos esta figura de aquí a los próximos cuatro años, yo creo que vamos a tener muchas aventuras personales en el camino.

-¿Por qué le tienen miedo a abrir la discusión en el FA? Si es el mismo pecado que se cometió en el proceso de la Concertación.
-Yo creo que hay una cultura generalizada de evadir el debate y la discusión profunda, es una mala costumbre, y al menos yo y mi esfuerzo colectivo nos la jugamos para que eso cambie. Tenemos una alianza en donde hay posiciones mayoritarias y minoritarias, pero eso hay que transparentar. Hoy no es tan claro si hay gente que quiere votar por Guillier, otros que no, otros que van a anular, pero no sabemos cuál es la sustancia ni el peso de esa decisión, porque no quisimos darla de forma más clara y sustantiva, y ahí lo que pesa es el que habla más fuerte.

-Siguiendo la línea del que habla más fuerte, ¿cómo quedaron los equilibrios de fuerza en el Frente Amplio y qué pasa con los que no obtuvieron representación parlamentaria?
-Nosotros no nos sentimos representantes de esa izquierda más clásica, pero estamos en esa ala, y es una tarea importante, porque en esta elección RD comprueba su hegemonía, se instala como la fuerza con más candidatos electos, la candidata presidencial fue suya. Ahora, cómo nos organizamos los demás, ya sea con o sin escaño, va a ser una cuestión que, al menos durante este primer año, va a estar bien presente. Porque también tenemos que jugar un rol. Más allá de que IA tenga un diputado, y podríamos estar tranquilos con eso, es necesario que asumamos un rol con otras organizaciones del FA también, con las que no obtuvieron ningún escaño, y con las que sí lo obtuvieron pero no son Revolución Democrática. Esa reorganización está en construcción.

El gran desafío es el rearme de la izquierda, no solo al interior del Frente Amplio, sino en Chile, porque el FA no se reconoce como una organización de izquierda, no lo hizo en sus inicios y, por sus características, es difícil que lo vaya a hacer. Por eso es importante que la izquierda al interior del FA se proponga como objetivo rearmarse para Chile, una izquierda de este siglo, con vocación de mayorías, que quiera ganar, y esa izquierda está en disputa.

Diputación con los dos pies en la calle

-¿Cuáles son los principios programáticos de tu agenda como parlamentaria?
-Una línea tiene que ver con derechos sociales, salud, previsión, educación, vivienda, eso es clave, va a ser nuestra agenda permanente, con los dos pies en la calle, con ese vínculo. Y en el caso local, en el distrito, vimos una agenda que tiene una vertiente nacional, pero una mirada local también. Son tres ejes: ley de puertos, anulación de la Ley de Pesca y protección del borde costero.

-¿Cómo lo van hacer con varios de estos temas, que son de potestad más del Ejecutivo y no tanto de los parlamentarios? Hasta el mismo alcalde Sharp dijo que Alejandro Guillier no dio ninguna base para avanzar en una ley de puerto.
-En campaña nos cuestionamos justo lo de la ley de puerto, porque había un consenso generalizado, desde Chahuán, Lagos Weber, todos estaban de acuerdo con la ley de puerto, pero no ha pasado nada en veinte años. Desde que se concesionaron ha habido reformas, pero no una ley importante que beneficie a las ciudades al menos. Entonces hay harto a quien convencer en ese sentido. Nosotros apostamos a que, mientras más presión generas, más posible es que los temas se tomen, por eso es tan importante estar con los dos pies en la calle.

-Tú te has calificado como una feminista, y el Congreso es un lugar bastante arraigado en el Chile republicano, bastante machista y patriarcal, ¿crees que es posible impulsar una agenda legislativa profundamente feminista, acorde a las demandas que hoy se articulan en la calle, en el mundo social y en el mismo cambio de las subjetividades?
-Creo que es posible, pero muy difícil, no solo por el contexto en el que estamos, bajo una cultura en extremo machista, misógina, donde generalmente las vocerías son ocupadas por hombres, donde la película se la llevan los hombres, pero es posible. Hay temas bien concretos. No creo que el feminismo se resuelva mediante las instituciones, pero hay cosas en concreto que se pueden aportar, como la tipificación del feminicidio, el acoso callejero, la violencia en el pololeo, que son materia legislativa y, por lo tanto, esperamos poder aportar en una mirada y un enfoque transversal y feminista. Pero la lucha feminista va mucho más allá y mi rol en esto va a ir mucho más allá de lo institucional.

Publicidad

Tendencias