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El Día del Vino y la sustentabilidad Opinión

El Día del Vino y la sustentabilidad

Arnaud Hereu
Por : Arnaud Hereu Enólogo viña Odfjell, certificada Orgánica y Biodinámica por Código de Sustentabilidad de Vinos de Chile
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Con motivo de la celebración del Día del Vino en Chile durante septiembre es interesante mirar cómo ha evolucionado la vitivinicultura en Chile las últimas décadas y los nuevos desafíos que hoy enfrenta el sector.

Durante la mayor parte del siglo XX, Chile tuvo una vitivinicultura enfocada en una producción de vino a granel donde el objetivo era el volumen y, por ende, su producción alcanzaba calidades más bajas. Luego, en los años 80, se produjo la gran revolución en Chile con la introducción de nuevas tecnologías, los estanques de acero inoxidable y otros adelantos, que permitieron comenzar a elaborar vinos de mayor calidad y empezar lentamente a mostrar al mundo de lo que Chile era capaz de hacer.

Primero los cabernets sauvignon premium del Maipo, luego los carmeneres, hasta llegar a la actualidad, cuando ya nos estamos atreviendo a explorar con nuevas variedades y extender las regiones de producción hasta zonas remotas, no pensadas hace un tiempo. Tenemos condiciones únicas como país, una geografía diversa que nos ha llevado a no dejar de explorar y descubrir siempre nuevas posibilidades.

Creo que hoy y en los próximos años debemos hacer un esfuerzo adicional en posicionarnos como Chile “un país vitivinícola sustentable”. La calidad en nuestros vinos creo que está, pero aún nos falta mucho para instalarnos a nivel internacional como un país de grandes vinos. Debemos urgentemente dejar de ser una nación identificada solo como “Best value” en un mundo donde cada vez es más relevante el cuidado del medio ambiente.

Ya se han dado los primeros avances con el “Código de Sustentabilidad” desarrollado por Vinos de Chile, en el cual muchas bodegas están participando hoy, pero deberían ser muchas más y profundizar este protocolo en varios aspectos; como reducir el uso de productos químicos y en el campo ahondar en el impacto social que genera una vitivinicultura que cuida de sus productores, generando una cadena de valor compartida. Miremos el ejemplo de zonas como Cauquenes, quienes han podido beneficiarse con el incremento del valor de la uva Carignan.

Con el código de sustentabilidad, muchas viñas ya se han ido familiarizando con conceptos de reciclaje, cuidado del medio ambiente y pensando más allá de solamente producir vinos. Además el Estado ha mandado señales en tal sentido. Por ejemplo, el hecho que Chile es el primer país sudamericano en prohibir la bolsa plástica… Vamos por el buen camino.

Pero no podemos quedarnos solo en esos pequeños avances, sino que debemos ponernos la camiseta de la sustentabilidad y generar nuevos procesos más armoniosos con el medio ambiente y la gente, y un modelo de negocio que se desarrolle pensando en lo que hacemos hoy y lo que dejaremos a las futuras generaciones.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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