Opinión
Con motivo del Día Mundial de las Ciudades, de este 31 de octubre, es oportuno reflexionar sobre la forma en que
estamos avanzando en nuestra hoja de ruta para constituir ciudades inteligentes desde la experiencia de Santiago. En esta dirección, resulta fundamental que existan espacios de colaboración y confianza, en donde se puedan articular soluciones en que participe el sector público, el sector privado y la mirada académica. Este ecosistema de innovación, emprendimiento y desarrollo productivo es una de las cualidades más valiosas del programa estratégico regional de Corfo, Sé Santiago Smart City.
Nos hemos propuesto el objetivo de ser un espacio en que podamos identificar problemas, reflexionar y articular potenciales soluciones a una escala de ciudad, pero también promover soluciones en una escala de políticas locales, aplicables en comunas y
barrios, es decir, desde el propio territorio en que se presentan las problemáticas y pueden transformarse las prácticas urbanas con intervenciones inteligentes, simples, creativas, que tienen la astucia de mirar las cosas desde una perspectiva distinta.
No es casualidad que este ecosistema de apoyo a las ciudades inteligentes se forme al alero de Corfo, que ha desempeñado un papel crucial apoyando el desarrollo de industrias productivas y que cuenta con una amplia batería de concursos, fondos y programas de apoyo a los emprendimientos que se insertan en ellas. Y si vinculamos un ecosistema que favorece el desarrollo de una ciudad inteligente, que además pone su atención en emprendimientos que pueden tener el potencial de incidir o transformar la ciudad, la comuna y el barrio, estamos ante un círculo virtuoso que debemos potenciar y fortalecer. Se trata de poner las necesidades locales en sintonía con ideas de negocio que proponen soluciones transformadoras de prácticas urbanas.
Pudimos conocer algunas de estas iniciativas en el 2° Congreso Internacional de Gobiernos Locales y Ciudades Inteligentes organizado por la Asociación de Municipalidades de Chile, con el propósito de profundizar nuestras conversaciones con el mundo municipal. Sin duda, existe un rol público compartido: coincidimos en la visión de mejorar la calidad de vida de las personas en su ciudad, haciéndola más amable, habitable y sustentable aprovechando de mejor forma los recursos que existen.
Para avanzar en esta dirección es fundamental integrarse a ecosistemas de colaboración, participar en redes de trabajo, compartir buenas prácticas y aprender de las experiencias comparadas. Desde el programa, estamos trabajando con numerosos emprendimientos destacados que han recibido apoyo en Corfo que poseen un enfoque smart city y tienen el potencial de ofrecer soluciones ante problemas complejos de la ciudad y mejorar la calidad de vida en el Gran Santiago, sus comunas y barrios, porque tenemos una convicción: los emprendimientos inteligentes pueden cambiarle la cara a una ciudad.
Probablemente uno de los mayores riesgos sea la tendencia a etiquetar como smart algunas intervenciones cosméticas que nuevamente, sin desmerecerlas en su contribución a soluciones puntuales y acotadas, pueden hacernos perder el sentido de fondo, que es la oportunidad de incidir en transformaciones en el sistema de la ciudad y en la forma en que construimos convivencia y comunidad, con una ciudadanía activa y participativa que también es capaz de modificar hábitos y conductas para aportar al relato de una ciudad más inteligente, con ciudadanos más inteligentes que en su toma de decisiones diaria contribuyen a generar una mejor cultura de vida urbana. Los emprendimientos y Start Ups relacionados con la movilidad, el medioambiente y la seguridad representan una oportunidad en esta dirección.
Los problemas y complejidades de una ciudad nunca se acabarán, sino que evolucionan junto a su crecimiento, nuevos fenómenos sociales y cambios demográficos, como el envejecimiento de la población o el aumento de la inmigración. Por tanto, necesitamos de ecosistemas entre el sector público, privado y académico, como el que promueve nuestro programa. Aspiramos a que estos espacios de reflexión y colaboración se hagan fuertes, transversales e incidentes, llevando propuestas de cambio a las políticas públicas nacionales y locales para hacer frente a los cambios en el territorio.
