Angélica Reyes comenzó vendiendo pasteles en su pequeño negocio de calle Tobago, en Vitacura, pero con el tiempo se dio cuenta de que la venta de bebidas atraía mucho público y ese giro provocó un reimpulso de su emprendimiento familiar. Fue ahí cuando decidió apostar por una amplia oferta de retornables en formatos personales y familiares, productos que hoy son el puntal de su almacén.