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Netflix, Amazon Prime y Apple: ¿adiós a la televisión? Digital

Netflix, Amazon Prime y Apple: ¿adiós a la televisión?

Compañías estadounidenses como Netflix y Amazon Prime dominan el mercado de transmisión de películas y series en «streaming». Ahora que Apple se suma, la televisión tradicional tendrá que cambiar.


La entrada de Apple al mercado de transmisión ilimitada de videos por suscripción es un desafío para Netflix y Amazon. Con 140 millones de suscriptores en todo el mundo, Netflix lidera esta industria. Más de 100 millones de personas pagan, por su parte, el servicio Prime de la plataforma de ventas en línea Amazon, que también incluye transmisión de video.

Según los medios, Apple aspira a ganar una cifra similar de suscriptores a su servicio de transmisión de video por demanda (también llamado «a la carta” o, en inglés «streaming”) en los próximos cinco años. A través de su plataforma de iTunes, la compañía ha ofrecido películas y series desde 2005, pero como opción de descarga única y pagada, no como parte de una oferta de tarifa plana.

Apple se suma... (picture-alliance/dpa/D. Bockwoldt)

Apple se suma…

Dominan las empresas estadounidenses

Las empresas estadounidenses de entretenimiento Disney y Warner han anunciado también servicios de «streaming” para este año, así que sus productos podrían desaparecer de otras plataformas.

El imperio de Disney no solo incluye dibujos animados, sino todo un estudio de Hollywood, los superhéroes de Marvel y La Guerra de las Galaxias en todas sus variantes. Además del conocido estudio de cine, Warner también incluye canales de televisión como HBO, que produce la exitosa serie «Juego de tronos».

La incertidumbre es aún grande, pero un par de certezas se vislumbran ya. La primera: el contenido exclusivo (o sea, las películas y series populares o los eventos deportivos), estarán cada vez más dispersos en diferentes plataformas. Y la segunda: el negocio de transmisión de videos estará dominado, también en Europa, por un puñado de compañías estadounidenses que operan a escala global.

Un grande como Warner también posee canales de televisión como HBO, que produce la exitosa serie Juego de tronos. (picture-alliance/dpa/TU München/C. Dallago)

Un grande como Warner también posee canales de televisión como HBO, que produce la exitosa serie «Juego de tronos».

Ofrecer lo que todos quieren

«El ‘efecto escalada’ juega aquí a favor de las grandes plataformas», opina Florian Kerkau, director gerente de Goldmedia, una consultora de medios basada en Berlín. Quien ya tiene muchos usuarios, puede permitirse gastar mucho dinero en contenido exclusivo. Y quien tiene contenido exclusivo atrae, a su vez, a nuevos usuarios.

Esta es esencialmente la estrategia de Netflix. El año pasado, la compañía gastó 12 mil millones de dólares en nuevas películas y series. Este año, la cifra debe ascender incluso a 15 mil millones. «Netflix mueve actualmente sumas con las que nadie más cuenta», precisa Kerkau.

Las de Netflix son cifras con las que, también hay que decirlo, nadie más necesita contar. Pues, a diferencia de sus competidores, Netflix es totalmente dependiente de la transmisión de videos. Ese es su único negocio. El año pasado, la compañía obtuvo ganancias por valor de 1.200 millones de dólares. Sin embargo, esto no bastó para pagar su enorme montaña de deudas.

«Muchas series de Netflix se suspenden tras solo un año, porque no tienen el éxito suficiente», explica Dan Rayburn, analista de la consultora Frost & Sullivan, con sede en Nueva York. «Descubrir qué quiere la audiencia y cuánto dinero se puede gastar en su producción es un negocio muy arriesgado», agrega.

Vale también para el streaming: el que más tiene es el que más gana. Darth Vader trabaja ahora para Disney. (picture-alliance/dpa)

Vale también para el «streaming»: el que más tiene es el que más gana. Darth Vader trabaja ahora para Disney.

Streaming y compañía

Para Amazon y el recién llegado Apple, la transmisión de video es solo una entre muchas otras áreas de negocios, y ni siquiera es una particularmente importante.

«Apple es una compañía completamente diferente a Netflix», dice Rayburn. «Tienen todo un ecosistema: los dispositivos, las tiendas, el servicio de pago. Pueden usar los contenidos de video de forma muy diferente a Netflix e impulsar así, por ejemplo, las ventas en otras áreas de negocios».

Mientras Netflix facturó 16 mil millones de dólares el año pasado, Apple facturó 266 mil millones. También para Amazon, que facturó 232 mil millones, la transmisión de video es solo un incentivo entre muchos, para persuadir a sus usuarios de suscribirse a su servicio Prime.

Para Netflix es vital, por tanto, garantizar su liderazgo a través de contenido exclusivo. Y, al menos hasta ahora, lo ha logrado: de las diez series de «streaming” más exitosas en Alemania el mes pasado, nueve se vieron principalmente en Netflix, constata una encuesta de Goldmedia.

Babylon Berlin (2017): la más cara de las series alemanas fue transmitida primero en televisión de pago, y luego en la televisora pública ARD y en servicios de streaming. (picture-alliance/dpa/F.Batier)

«Babylon Berlin» (2017): la más cara de las series alemanas fue transmitida primero en televisión de pago, y luego en la televisora pública ARD y en servicios de «streaming».

Época dorada para los productores

En Alemania, las principales televisoras comerciales, RTL y ProSiebenSat1, han sentido la presión. «Los jóvenes ya no ven televisión lineal tanto como antes», asegura Florian Kerkau. Ambas compañías trabajan para mejorar sus propios servicios de «streaming”, en parte, con contenidos de pago. «Su problema, sin embargo, es que no pueden manejar el filón internacional tan bien como las compañías estadounidenses», señala el consultor alemán.

Para los productores de películas y series alemanas, esta tendencia es, no obstante, una bendición, matiza Kerkau. Han superado años difíciles, en los que las emisoras privadas alemanas apenas les encargaban trabajo y se contentaban con transmitir producciones estadounidenses. Desde que Netflix y compañía sacuden el mercado, las televisoras han vuelto a producir más contenido propio para mantenerse atractivas. Según Kerkau, «nunca se ha producido tanto como hoy».

Con todo, la disposición a suscribirse a un servicio de video es mucho menor en Alemania que en EE. UU. Según una encuesta de la auditora Deloitte, más de la mitad de los hogares estadounidenses (55 por ciento) tenían al menos una suscripción de transmisión de video en 2017. En Alemania, en el mismo año y según Goldmedia, esta cifra llegaba solo al 18 por ciento (aunque este cálculo no incluye la tarifa mensual obligatoria que abonan todos los hogares alemanes para la oferta de radio y televisión pública).

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