Las disciplinas sobre las que trabajan los comunicadores se fueron multiplicando, complejizando y ampliando enormemente. Los medios digitales o los influencers cambiaron hoy la comunicación.
Los premios Eikon a la excelencia en la comunicación, nacidos hace 21 años en Buenos Aires y desembarcados desde este año en Chile, buscan darle visibilidad a los logros positivos del trabajo muchas veces silencioso de los profesionales de comunicación. A diferencia de los publicitarios, cuyas campañas están a la vista y son fáciles de juzgar, la labor de los comunicadores muchas veces es invisible. Por eso el premio es una forma de destacar sus logros y buscar que trasciendan a la opinión pública.
Desde la era de Ivy Lee en el The New York Times y el mecenas John D. Rockefellwr o Edwards Bernays y la influencia de Freud, las disciplinas sobre las que trabajan los comunicadores se fueron multiplicando, complejizando y ampliando enormemente.
El comunicador Lee se encargó de organizar producciones fotográficas del multimillonario Rockefeller compartiendo cervezas con los mineros y contribuyendo a que esa distensión del clima interno se transmitiera al exterior. Luego empezó a forjar la imagen de generoso mecenas de Rockefeller con la que terminó en las enciclopedias y es recordado aún hoy como una brillante gestión de la reputación.
La irrupción de Internet y -fundamentalmente- las redes sociales, hicieron que Ivy Lee o Bernays hoy no pudieran siquiera reconocer los alcances y campos de acción de sus herederos profesionales.
Sigue siendo importante la reputación en los medios de comunicación, como en la era de Lee y Bernays. Pero los medios digitales o los influencers cambiaron hoy la comunicación, siendo tan o más influyentes en la sociedad que el periodismo tradicional.
Los premios Eikon son organizados por ediciones GAF Santiago, la Revista Imagen (AR) y cuentan con el apoyo académico de la Facultad de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica de Chile, el apoyo de Focco y El Mostrador.