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VIH: cómo acercar las políticas públicas a los jóvenes Opinión

VIH: cómo acercar las políticas públicas a los jóvenes

Mirko Salfate
Por : Mirko Salfate Director nacional Instituto Nacional de la Juventud.
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¿Qué funciona y qué no cuando hablamos de acercar las políticas públicas a los jóvenes? Así se llama un informe de 2008 de la Youth Policy Org, una organización internacional dedicada a crear políticas públicas y asesorar a los tomadores de decisiones que trabajen en temáticas de juventud.

Sus resultados son categóricos. El trabajo en islas y el uso de distintas definiciones de juventud que limitan su espectro no funcionan. En tanto, la coordinación de servicios intergubernamentales y el trabajo enfocado a las juventudes como un todo sí sirven en estos contextos. Es decir, es necesario forjar alianzas estratégicas para el diseño e implementación de políticas públicas, pero con organismos que compartan una definición de juventud similar.

Pese a que el informe fue elaborado hace una década, aún tiene mucho sentido cuando se lleva a la práctica. Un ejemplo de eso es la “Unidad móvil de test rápido de VIH”, una política impulsada desde el Instituto Nacional de la Juventud junto al Servicio de Salud Metropolitano Occidente y la Seremi Metropolitana de Salud, además de Organizaciones de la Sociedad Civil como Chile Positivo.

Lo primero que se hizo fue identificar un problema: los jóvenes no acuden a los consultorios o centros de atención de salud para realizarse el test de VIH, que corresponden a los espacios en donde estos exámenes se realizan de manera gratuita.

¿Qué se hizo entonces? Convertir una política intra-muro en una extra-muro, llevando el servicio de test de VIH a espacios abiertos y de mayor concurrencia juvenil a través de un “camión”.

Desde INJUV se mapeó una serie de espacios tanto en la Región Metropolitana como en la de Coquimbo y Valparaíso, estas últimas dos durante el verano. El objetivo fue dirigirse a las distintas juventudes del país, por lo que el camión terminó recorriendo playas, museos, terminales de buses, barrios universitarios, centros de eventos y plazas, entre otros.

¿El resultado? En palabras del doctor Francisco Miranda, director del Servicio de Salud Metropolitano Occidente, “en 35 centros de Salud Familiar, en tres meses, hicimos cerca de 2.500 exámenes, sin embargo, con este dispositivo, en 16 oportunidades realizamos la misma cantidad, sólo en un mes”.

Desde fines de diciembre del año pasado hasta abril de este se pesquisaron alrededor de 10 mil test rápidos de VIH a través de un trabajo territorial que se enfocó en 66 puntos de las tres regiones del país en donde se implementó. Todo esto gracias al trabajo colaborativo entre distintos organismos del Estado y una visión en común sobre lo diversas, distintas y valiosas que son las juventudes que conviven en Chile. Junto al test, se hizo distribución de condones masculinos, femeninos y se implementó una estrategia de educación sexual franca, cercana y pertinente para los jóvenes.

Estamos hablando de una iniciativa que logró ampliar el alcance de estos exámenes a gran escala y que permitió que 10 mil jóvenes fueran protagonistas de su autocuidado acudiendo al camión para realizarse el test rápido de VIH, conociendo su situación serológica, informándose acerca de las precauciones necesarias y adhiriéndose tratamiento en los casos que correspondiera. Eso es algo que queremos aplaudir.

También se ha complementado este trabajo con sondeos de percepción de conducta de riesgo en jóvenes y seminarios junto a estudiantes de la carrera de salud y autoridades de gobierno. A partir de estas experiencias nos estamos integrando de manera más permanente a la política de VIH que lleva el Minsal y esperamos continuar avanzando para llegar a más jóvenes y ampliar nuestras acciones de testeo, prevención y adherencia al tratamiento.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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