Sustentabilidad
La energía solar ha sido un elemento clave en la posición mundial de nuestro país, como uno de los destinos más atractivos para inversión de energías limpias.
Undécimo entre cuarenta mercados analizados por segundo año consecutivo se encuentra nuestro país, de acuerdo con la última edición del Índice de Atractivo País para Energías Renovables (RECAI). El primer puesto se lo llevó China, seguido por Estados Unidos y Francia.
Chile, que en América Latina sólo es superado por Argentina (9° lugar), y que en 2012 poseía 5MW de potencia solar, pasó a liderar la región, por sobre Brasil y México en cuanto a crecimiento. La principal razón para este atractivo en los últimos años han sido los Pequeños Medios de Generación Distribuida (PMGD), consistentes en pequeños parques solares con una potencia instalada menor o igual a 9 MW.
“No es casualidad que Chile sea un líder mundial en la implementación de energías renovables, sobre todo la solar. Tanto el Estado como los privados comparten un compromiso de, paulatinamente, dejar de ser dependientes de combustibles fósiles e ir optando por opciones cada vez más limpias. Las características de nuestro territorio son ideales y deben ser aprovechadas al máximo” dice Jorge Leal Saldivia, country manager de Solek.
La aparición y crecimiento de los PMGD ha sido posible porque Chile ha promovido diferentes mecanismos que han impulsado la entrada de este tipo de fuentes, como la aprobación de leyes que fijan cuotas de energía renovable, exención del pago por uso de los sistemas de transmisión, definición de bloques en las licitaciones a las distribuidoras y, sobre todo, un precio estabilizado.
Esto, sumado a los bajos precios de los paneles solares provenientes de China. Lo anterior permite que en la actualidad los pequeños parques de energía sumen alrededor de 1000 MW, cerca del 4% del total de la capacidad del sistema.
Adicionalmente, un estudio del Centro de Energía de la Universidad de Chile concluye que los principales beneficios sistémicos anuales de los PMGD, son una disminución de la generación a carbón en 8,7%; una disminución en las emisiones de gases de efecto invernadero en 1,5 millones de tCO2e, que se traducen al precio social en $49 millones USD.
