Día del autismo

Hoy sabemos que hay tantas variedades de Trastorno del Espectro Autista (TEA) como personas que lo tienen. Ello dependerá del desarrollo personal, del apoyo que se pueda o no tener, de la discapacidad intelectual asociada y/o también del nivel de desarrollo del lenguaje. Lamentablemente no tenemos en Chile datos actualizados sobre el número de personas TEA, algo fundamental ya que la prevalencia es necesaria para poder caracterizar y focalizar medidas. Esperamos que el proyecto de ley que duerme en el congreso pueda revertir pronto esta situación e incluir los avances en investigación, que no han sido pocos en el último tiempo.  

 Algo muy interesante es la creciente evidencia respecto a cómo el TEA puede ser diagnosticado de manera confiable a partir de los 14 meses y los beneficios que han mostrado estudios de intervención temprana realizados con niños, incluso menores de 15 meses, como evidencia el paper Actualización en diagnóstico e intervención temprana del Trastorno del Espectro Autista de la Revista Chilena de Pediatría.

 El diagnóstico precoz se convierte así en una herramienta fundamental, idealmente realizada por un equipo multidisciplinario que incluye neurólogos y/o psiquiatras infanto-juveniles, psicólogos, fonoaudiólogos y terapeutas ocupacionales, en base a entrevistas y observaciones estructuradas.

 Las personas con necesidades especiales necesitan respuestas especiales, hemos mejorado en los últimos años en términos de evaluación diagnóstica, intervención y apoyos necesarios en sus diferentes contextos, pero queda un largo camino. Tenemos que favorecer aprendizajes tempranos, mejorar la adaptabilidad y aumentar la calidad de vida de los niños con TEA, para seguir avanzando en investigación en otras etapas del ciclo vital.