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Infancia y derecho a ser escuchados: «El proceso constituyente se torna en una oportunidad histórica del país en saldar su deuda de participación» Agenda País

Infancia y derecho a ser escuchados: «El proceso constituyente se torna en una oportunidad histórica del país en saldar su deuda de participación»

Loreto Santibáñez
Por : Loreto Santibáñez Editora de Agenda País y Revista Jengibre. Periodista PUC con experiencia en prensa escrita, radio y TV, tanto en Chile como en el extranjero.
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Pese a que el derecho a expresarse libremente, a ser escuchados y a que su opinión sea tomada en cuenta, es parte fundamental de los derechos de niños, niñas y adolescentes, nuestro país muchas veces no considera su visión en cuanto a toma de decisiones.


La Convención sobre los Derechos del Niño busca promover en el mundo los derechos de niños, niñas y adolescentes (NNA). Chile ratificó este convenio internacional en 1990, el que se rige por cuatro principios fundamentales: la no discriminación, el interés superior del niño, su supervivencia, desarrollo y protección, así como su participación en decisiones que les afecten.

Sin embargo, aún son muchos los NNA cuyos derechos son vulnerados en nuestro país, incluyendo el derecho a ser escuchado.

Por eso conversamos con Patricio Cuevas, director de Derechos y Participación de la Niñez en World Vision International; Bernardita Peralta, coordinadora de la Línea Acción Adolescente de América Solidaria Chile; Marcelo Sánchez, gerente de la Fundación San Carlos de Maipo, y Victoria Becerra, coordinadora ejecutiva de la Defensoría de la Niñez.

Patricio Cuevas, de World Vision International, comenzó exponiendo cómo escuchan las voces de los NNA los grandes tomadores de decisiones, porque el derecho de participación es «un derecho humano que tiene que cumplirse e instaurarse, porque no es una condición que sea voluntaria de los estados, sino que ellos han acordado aceptar».

Además, sostuvo que «los niños deben participar en distintas etapas del desarrollo internacional, como superación de la pobreza, disminución de discriminación, disminución de vulneraciones».

«Cada vez que vemos que los NNA ingresan a estos debate de política pública el debate cambia, cambian los temas, porque sus perspectivas son diferentes a los demás», explicó.

Bernardita Peralta, de América Solidaria, confirmó que «La participación es muy importante porque genera beneficios para la sociedad».

En ese sentido, «pensarlos como sujetos de derecho, agentes de cambio, y pensar que son capaces y son actores sociales claves para la construcción de nuestra realidad hoy en día, trae beneficios a nivel sociales pero también a nivel personales. La participación no es solo un acto, es un proceso continuo que nos permite desarrollar ciertas habilidades como el autoconocimiento, la confianza y el desarrollo personal».

Por su parte Marcelo Sánchez, de Fundación San Carlos de Maipo, explicó que «el derecho de ser oído es cómo se establece la forma operativa de cómo los niños son reconocidos como sujetos de derecho».

«Ese reconocimiento como sujetos de derecho tiene implicancia en el marco jurídico normativo de nuestro país. De hecho, los Tribunales de Familia establecen elementos claves donde un juez debe tener un comportamiento determinado respecto de este derecho de ser oído», agregó.

Nueva Constitución

Para Victoria Becerra, de la Defensoría de la Niñez, «el proceso constituyente se torna en una oportunidad histórica que tiene el país de saldar la deuda de participación a la cual tienen derecho, niños y niñas y que históricamente no ha sido considerada».

«Lo que está ocurriendo hoy día en el proceso constituyente, es más de lo mismo que ocurrió en Chile los últimos años, a pesar de haber ya ratificado una Convención de Derechos del Niño hace 30 años. En ese contexto como Defensoría hemos hecho recomendaciones, tratando de visibilizar en primer lugar que justamente en el proceso en el que nos encontramos hoy día como país, es un proceso que viene de los propios adolescentes que inician con sus demandas y que por lo tanto todo esto desemboca y finalmente confluye en el proceso en el que estamos ahora», sostuvo.

Para Patricio Cuevas, de World Vision International, «los adultos son los que han puesto siempre, ya sean instituciones o individuales, a los niños fuera del proceso de conversación o un proceso de debate o toma de decisiones. Por lo tanto, se ha destruido su participación y se ha limitado a la escuela o a la casa».

«Ellos quieren participar, tal vez no todos, pero la mayoría tienen buenas ideas. Quieren salir del espectro al que han sido encapsulados, tienen muy buenas ideas y buenas propuestas», añadió.

Empoderar su voz

Por su parte Bernardita Peralta, de América Solidaria, planteó que «hay un elemento fundamental y es trabajar con ellos y ellas», y que para las organizaciones que trabajan con ellos y ellas «el objetivo es poder empoderar a niños, niñas y adolescentes para que sean ellos los protagonistas de su vida y no este mundo adulto».

«Niños, niñas y adolescentes son el presente y el futuro. Desde ahí hay que ver cómo generamos programas formativos para los distintos espacios educativos, espacios no formales también, para entregar ciertas herramientas a un mundo adulto, pero también y sobre todo con y para adolescentes. Hay que entender que es un proceso de aprendizaje, que es un camino a recorrer tanto para adultos y adolescentes», aseguró.

Este cambio de paradigma cultural y de nuevas estrategias para poder promover espacios de aprendizaje busca que «ya no seamos más los adultos los protagonistas de su día, sino que ellos y ellas sean protagonistas de sus vidas».

Marcelo Sánchez, de Fundación San Carlos de Maipo, explicó que «el Estado ha sido claro respecto del ejercicio de la representación jurídica, de cómo hacerlo más autónomo, generar mejores coberturas, tener aquellos protocolos que establecen que vamos a resguardar los derechos de los niños en su integridad, a la participación, a ser escuchados, ser escuchados de la forma en que los niños pueden expresarse y de que su opinión va a ser considerada por el juez».

«En la medida en que junto con otros elementos de prueba puedan resguardar ese bien superior del niño, entonces creo que vamos avanzando hacia allá. El programa Mi Abogado ha sido un avance significativo, no suficiente, está claro que hay elementos que todavía faltan por perfeccionar», destacó.

Además recordó que «el derecho a tener un abogado, el derecho a representación jurídica de NNA es la llave para muchos otros derechos y es fundamental porque se transforma en un vehículo que garantiza protección integral. Creo que es fundamental que ese desafío, ese compromiso que hoy día tiene en nuestro país por la infancia, se materialice de manera concreta y sea también la punta de lanza para la garantía de muchos otros derechos que necesitamos implementar con urgencia en nuestro país para el desarrollo positivo de nuestra infancia».

Mientras Victoria Becerra, de la Defensoría de la Niñez, comentó que «los adultos tiene un rol y mientras los mismos adultos no conozcan ese derecho a participar, no solamente porque los beneficios que tiene para tener una mejor sociedad claramente, sino por el respeto a los derechos de otras personas. Creo que ahí podremos saldar esa deuda pero también generar espacios que permitan evitar esas vulneraciones en el ámbito proteccional».

«Mientras los niños se sientan sujetos de derecho vamos a poder generar que ellos mismos tengan factores protectores de esas vulneraciones también que existen», aseguró.

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