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De día colegios, de noche centros de educación técnica y espacios de formación: la modalidad argentina gratuita para fortalecer la educación Educación

De día colegios, de noche centros de educación técnica y espacios de formación: la modalidad argentina gratuita para fortalecer la educación

En 2019, Argentina celebró los 70 años de gratuidad universitaria. Desde sus inicios, el sistema educativo ha trabajado por la democratización ya no sólo del acceso a la educación superior sino que también en el fortalecimiento de otras instancias de formación técnica-profesional. El objetivo de la modalidad técnica es, según el Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET), “educar por y para el trabajo”. En este marco, la mayoría de las escuelas públicas argentinas, que funcionan de día para la educación primaria y secundaria, de noche ofrecen diversos cursos, trayectos y capacitaciones gratuitos que incluyen certificación de validez nacional. 


A pasos de la mítica Bombonera, la cancha de Boca Juniors, el Centro de Formación N°34 Profesional Profesor Roberto Albergucci de la obra Don Bosco funciona de día como colegio de educación secundaria (enseñanza media) y desde las 18.30 horas ofrece cursos, trayectos y capacitaciones de diverso tipo a cualquier persona que quiera inscribirse.

¿Los requisitos? Tener la primaria (enseñanza básica) completa y entregar los pocos documentos que se solicitan en la inscripción.

Este espacio no es el único: sólo en Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) existen alrededor de 50 similares y este tipo de modalidad educativa se replica en todo el país. Tomás Sánchez (35) es el coordinador de una de las sedes del  Centro de Formación Profesional N°34 y se mostró contento y orgulloso de dar cuenta de esta modalidad. El lugar en que trabaja tiene más de 20 años de funcionamiento y desconoce cuántos tienen el resto de los centros que realizan la misma labor, aunque no son menos que esos años.

Carpintería, marroquinería, maquillaje social y artístico, confección de ropa interior y de bebés, gastronomía, idiomas, vitrofusión, soldadura y otras forman parte de la oferta gratuita que varía según el CFP y por un lado ponen en valor los oficios y aprendizajes complementarios y por otro generan vacantes laborales, ya que se necesitan decenas de docentes provenientes de estas áreas.

Según explicó Sánchez, estos espacios ofrecen cursos (de duración cuatrimestral o en ocasiones anual), trayectos (que se dividen en módulos y suelen durar un año y medio) y capacitaciones (de menor duración).

Estudiantes del tramo avanzado de gastronomía | Foto: CFP Albergucci – San Pedro La Boca

Por ejemplo, en el caso del CFP N°34, el protagonista es la gastronomía. Y uno de sus trayectos, el de gastronomía, incluye módulos básicos y avanzados. Quienes cursan el tramo completo, cuya duración es de tres cuatrimestres (un año y medio lectivo), se forman como panaderos, cocineros y pasteleros y son habilitados con un certificado para ejercer en toda Argentina.

“Los CFP estudian con atención el perfil profesional que se quiere construir en sintonía con el modelo país y sus necesidades, por ejemplo si hoy se proyecta que en 20 años necesitamos equis personas capacitadas en informática, se considera esto en la oferta formativa y se diseñan perfiles según esas necesidades”, contó el traductor y pedagogo en inglés.

Ofrecidos de manera totalmente gratuita para todas las personas que se inscriban, el estudiante sólo debe poner las manos a la obra porque los materiales necesarios, por ejemplo en el caso de gastronomía los ingredientes o en carpintería la madera, los brindan los establecimientos. Cada sede cuenta con autonomía propia para decidir qué cursos ofrece, quiénes conformarán el cuerpo docente y otras decisiones. Y la mayoría de ellas son colegios que de noche son utilizados con estos fines, pero existen otros casos en que se utilizan sedes de sindicatos, comercios, centros culturales y otros.

A través de la Ley N° 26.058, y un trabajo articulado del Ministerio de Educación y el Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET) se regula esta modalidad mediante normativas, pero al ser un país federal el ministerio de educación de cada provincia regula lo que sucede en su jurisdicción.

Pero más allá de la formación educativa, la mayoría de los centros de formación comparten una misma visión: aspirar a convertirse en algo más que un espacio de estudios.

Estudiantes del curso de electricidad | Foto: CFP Albergucci – San Pedro La Boca

“Contamos con tutores y trabajadores sociales y la idea es acompañar a los estudiantes en todo lo que quieran lograr, construir comunidad”, señaló Sánchez. “Hay gente que llega sin terminar la escuela y quieren saber cómo lograrlo entonces buscamos cómo orientarlo, hay gente que necesita hacerse estudios médicos y tratamos de guiarlos”, agregó.

Como los centros de formación técnica-profesional se ubican en cada barrio “hay mucha articulación barrial” y en el caso particular de La Boca, existen numerosas instituciones que trabajan por la integración barrial entonces constituir parte de ese entramado social conlleva a un conocimiento compartido de servicios de asistencia “desde lugares de acceso a la justicia, centros de salud, educación, entre otros”, comentó Sánchez.

De lunes a viernes entre las 18.30 y las 22 horas funcionan los cursos, trayectos y capacitaciones, pero además se desarrollan otras actividades los fines de semana y/o ciertas tardes, además de los recreos. Jóvenes de 19 o 20 años hasta adultos mayores de 65 años conviven en las mismas aulas.

Estudiantes del curso de carpintería | Foto: CFP Albergucci – San Pedro La Boca

“Cada cierto tiempo organizamos meriendas con el sólo fin de compartir, conocernos, hay personas que llegan buscando orientación laboral, otras por curiosidad, hay distintas búsquedas y niveles educativos alcanzados, hay mucha diversidad, vienen personas con discapacidad, adultos”, mencionó el coordinador.

En julio y diciembre se realiza el cierre de ciclos educativos con ferias que incluyen la muestra del aprendizaje de las y los alumnos, ocasión en que se ofrecen a la venta a precio accesible producciones que van desde muebles hasta tortas con decoraciones finas e invita a las y los habitantes del barrio, familias y amistades de los estudiantes a conocer la propuesta educativa.

Los CFP que ofrecen gastronomía suelen además generar ingresos durante todo el año. Como los materiales necesarios los otorgan los establecimientos, las y los estudiantes calculan los costos y en base a eso venden budines (queques), pan, tortas, pre pizzas y otras preparaciones a un precio que les permite recuperar lo invertido y a su vez dar a conocer sus habilidades ya que el fin último de estos espacios “es la inserción laboral”.

“Creemos en la integralidad de la propuesta, en generar un ambiente cálido y comunitario de formación desde buenos valores y al final de los cursos nos suele pasar que nos llegan vacantes laborales, preparamos a los alumnos y logramos la obtención de un puesto de trabajo”, cerró el coordinador del espacio.

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