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Reconocimiento de derechos de las mujeres desde la educación temprana, la base del aprendizaje para un cambio sociocultural Niñez

Reconocimiento de derechos de las mujeres desde la educación temprana, la base del aprendizaje para un cambio sociocultural

La importancia de adquirir conocimiento desde pequeños sobre el feminismo es primordial para realizar un cambio estructural en la sociedad y la cultura. En este sentido, la educación que se recibe a la temprana edad juega un rol central en enseñar la importancia de respetar los derechos de la mujer, la igualdad de género y crear una visión de mundo que se construya sin machismo.


La educación es fundamental para concientizar e instaurar el feminismo en la sociedad. El aprendizaje, sobre todo en la edad más temprana, va marcando las pautas en cómo las personas van a percibir y actuar frente a ciertos temas que involucran la actual social.

Según expertos, a través del tiempo, se ha ido tomando conciencia sobre el desafío actual de Chile en materia educacional. En específico, sobre el enfoque de la educación que están recibiendo niños, niñas y adolescentes. Sin embargo, aún existes diversas áreas que como país se debe enfrentar.

En esta línea, para hacer frente a esta realidad, se necesita un trabajo colaborativo, en donde participen, distintos actores.

“La educación feminista desde temprana edad es fundamental para lograr un cambio sociocultural significativo. Esto se debe a que permite desafiar los roles de género tradicionales, fomentar la igualdad de género, prevenir la normalización de la discriminación de género y empoderar a las mujeres y niñas para alcanzar sus metas y aspiraciones”, explica Maria Fernanda Arboleda Sánchez, psicóloga con enfoque de género de Psyalive.

Durante la primera infancia se van adquiriendo muchas de las ideas que se mantienen a lo largo de la vida, por lo que la idea de igualdad de género se tiene que ir instaurando a medida que los menores van moldeando su personalidad.

“Desde temprana edad es importante hacer ver la importancia de la igualdad de género, y hoy en día desde el jardín infantil e incluso desde antes, se está comenzando a trabajar el tema. Los niños son mucho más sensible al tema”, destaca Liliana Fuetes, académica de Estudios Pedagógicos de la Universidad de Chile.

“Tiene que ser una educación igualitaria y no machista. Es una cuestión de respeto a las personas sean del género que sean. Respetando las diferencias que indudablemente existen”, agrega.

En este sentido, la educación formará una parte importante en la percepción del mundo, lo que ayudará a fomentar una educación en base al feminismo ayudará a generar pensamientos y conductas alejadas del machismo.

“La educación que reciben niñas y niños es diferente, promoviendo y prolongando así  la vida de las desigualdades sociales que resultan perjudiciales para ambos géneros, pero que para nosotras, a largo plazo, significa ser víctimas de violencia de género, económica y padecer los efectos de la pirámide de la violencia que termina en muertes a manos de un victimario, al cual educaron con los beneficios de sentirse poderoso”, explica Javiera Rodríguez González, vocera del área de educación de Tremendas.

Desafíos en la educación feminista

A pesar de que el país ha ido avanzando para disminuir la brecha de género, en educación hay todavía mucho por trabajar. Hoy en día, problemas como el centralismo, la falta de representación y las diferencias sociales pesan a la hora de pensar en un Chile con una educación feminista.

“En los últimos años ha cambiado considerablemente la visión de la educación que se da a niños, niñas y niñes. Sin embargo, Chile es un país bastante conservador al respecto, y es distinto en cómo se va la infancia en Santiago y en regiones, ya que se demora en llegar la información hacia los sectores más alejados”, explica Fuentes.

Asimismo, Arboleda destaca que hoy en día la falta de representación e inclusión se puede ver en los libros de texto, los materiales de enseñanza y en el contenido curricular.

Sumado a esto, los estereotipos y los prejuicios de género “todavía siguen arraigados en la sociedad que se ven reflejados en el planteamiento de actividades y en el discurso de docentes y administrativos”, señala.

Además, hay una falta de capacitación y de recursos para que los educadores se formen en temas de feminismo y brecha de género, lo que afecta directamente a la educación de los menores y también el acceso a la educación para las personas disidentes de géneros.

Por otra parte, Rodríguez afirma que “una de las falencias principales es que no hemos sido capaces de entregarles las herramientas y estrategias para que sean ellos y ellas mismas quienes armen su discurso, y hemos decidido darles una pauta hecha de cómo deben sentirse y comportarse en este nuevo proyecto social”.

En ese sentido, las expertas coinciden que existe un futuro prometedor para el feminismo, el cual se va a ir esparciendo por las distintas áreas de la sociedad, incluyendo la educación. Por ejemplo, han habido cambios en programas educacionales con el fin de abordar el feminismo y la violencia de género, por lo que se espera que estas iniciativas sigan creciendo.

 

 

 

 

 

 

 

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