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Chile se encuentra dentro de los primeros seis países de la región en sufrir este tipo de estafas donde, a través de identidades corporativasnfalsas y enlaces fraudulentos, los ciberdelincuentes buscan robar información, credenciales y dinero a los usuarios.
Claro está que los retos en ciberseguridad y contra fraudes son cada día más desafiantes para todo tipo de organizaciones. Y es que por un lado la superficie de ataques continúa extendiéndose a gran velocidad, mientras los cibercriminales hacen lo propio utilizando cada vez más conocimientos y tecnologías que les permitan llevar a cabo sus delitos.
Con el paso del tiempo el abanico de ciberataques se hace cada vez más extenso, peor aún, comienzan a mejorar posicionándose cada vez más como mecanismos masificables y efectivos.
Según información proporcionada por la firma de ciberseguridad NovaRed y su socio tecnológico Appgate, durante 2022 se desactivaron 27,900 casos de fraude en Latinoamérica, de los cuales 59% correspondió a ataques de phishing.
La suplantación de identidades corporativas, que comprende la creación de perfiles falsos de empresas en RRSS, constituye uno de los ciberataques con mayor crecimiento en el último tiempo dado a la facilidad para llevarlo a cabo y su bajo costo, por lo que el riesgo que representa para las marcas es cada día más alto.
“Además de los problemas ocasionados al consumido, al por ejemplo ser desviado a páginas de compra falsas3 solicitan información adicional para robar sus datos personales, este tipo de fraude representa una pérdida de credibilidad y confianza de parte del usuario hacia la marca”, explica Hermann Obermöller, gerente de Servicios Gestionados de NovaRed.
Y es que la facilidad de los ciberdelincuentes por adaptarse a las nuevas tendencias les ha permitido utilizar la ingeniería social para engañar directamente al usuario.
De hecho, desde Appgate señalan que el año pasado el 29% de los incidentes de ciberseguridad correspondió al uso no autorizado de marca.
La mayor cantidad de estafas presentadas en la región durante 2022 se presentaron en Brasil (34%), Argentina (33%), Ecuador (10%), Colombia (5%), Costa Rica (5%) y Chile (4%).
Según los expertos, dado a la creciente importancia y uso de los dispositivos móviles, las aplicaciones móviles falsas o maliciosas se mantienen como un dolor de cabeza tanto para las marcas como para los usuarios.
Durante el año pasado, el número de amenazas cibernéticas que provinieron de apps móviles fraudulentas y sus complementos mostró un aumento y se espera este año ocurra lo mismo.
En estos casos, los ciberdelincuentes analizan la huella digital de la compañía víctima utilizando diferentes máscaras que terminan por engañar al usuario para realizar estafas.
Dado a que los ataques continuarán en expansión, siendo cada día más eficientes y sofisticados, las organizaciones tienen el deber de protegerse y proteger a los usuarios para evitar día a día las pérdidas económicas.
“Es importante que las compañías cuenten con sistemas de protección de marca capaces de detectar y eliminar el uso malicioso de su marca a través de las RRSS, Apps móviles fraudulentas, la mala publicidad y las tarjetas comprometidas, así como también el monitoreo de la Dark Web”, explica Obermöller.
En ese sentido, agrega que además de la precaución de los usuarios, el llamado es a realizar campañas de concientización desde el sector público y privado para entregar información sobre cómo diferenciar una App falsa o fraudulenta de una legítima, o un perfil falso de uno legítimo, y así evitar ser víctima de fraudes.
