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Eficiencia energética: una real oportunidad Opinión

Eficiencia energética: una real oportunidad

Vannia Toro y Sebastián Novoa
Por : Vannia Toro y Sebastián Novoa Por Vannia Toro, académica Usach Sebastián Novoa, Director Ejecutivo ECOM y vicepresidente de Asociación Chilena de Comercializadores de Energía
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En un mundo donde la reducción de costos y la necesidad de innovar a nivel tecnológico son esenciales para fortalecer la competitividad, la eficiencia energética emerge como un factor clave para las empresas. Más allá de cumplir con las regulaciones, el uso racional y eficiente de los recursos es la forma más segura, sustentable y económica de cubrir las necesidades energéticas, y esto resulta fundamental en la industria, que en la última década ha debido adaptarse a las contingencias geopolíticas y de los mercados internacionales, las fuertes alzas de precio de la energía y el problema de la falta de suministros energéticos.

En ese contexto, la implementación de la Ley de Eficiencia Energética ha concretado un nuevo hito con la reciente incorporación de nuevas empresas al listado oficial de Consumidores con Capacidad de Gestión de la Energía (CCGE), hecho que brinda una oportunidad única para que estas organizaciones lideren el camino hacia una economía más sostenible, resiliente y competitiva.

La eficiencia energética se presenta como una herramienta esencial en la búsqueda de soluciones a los desafíos ambientales y económicos que enfrentamos en la actualidad. Esto, considerando que el 78% de las emisiones provienen del consumo de energía en el país, y de ellas un 14% tiene como origen la industria. En esa línea, la Ley N°21.305 no sólo establece requisitos obligatorios para la medición, reporte y mejora de la gestión energética de las empresas, sino que también fomenta el uso responsable de estos recursos energéticos.

Una de las mayores ventajas de priorizar las acciones de eficiencia energética es la reducción de consumos energéticos. Esto no solo se traduce en ahorros directos en los costos operativos, sino que también libera recursos financieros que pueden ser reinvertidos en innovación y crecimiento. Además, abarca un compromiso profundo con la sostenibilidad ambiental, ya que al reducir la demanda de energía, las empresas disminuyen su huella de carbono y contribuyen en el combate contra el cambio climático.

Desde nuestra experiencia, en Emoac, en la implementación de sistemas inteligentes de administración de energía, hemos cuantificado que las empresas que adoptan sistemas de eficiencia energética observan un ahorro cercano al 5% tan solo en el inicio de las primeras acciones y medidas generales operacionales. Una vez que se estandariza la operación, sumado a implementación de tecnologías que permitan gestión continua y recambio tecnológico, se puede alcanzar una reducción de hasta 25% en los costos asociados a consumo energético.

Por ello, la activación de los Consumidores con Capacidad de Gestión de la Energía (CCGE) debe ser vista como oportunidad de ir más allá que, simplemente, cumplir con la normativa o asumir un rol declarativo sobre la sostenibilidad; integrar la eficiencia energética en las operaciones abre la opción de fortalecer las capacidades de gestión, impulsar la innovación, reducir los costos, mejorar el rendimiento económico, fortalecer la competitividad y contribuir de forma tangible a las metas medioambientales.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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