Académica explica la importancia de actuar rápida y correctamente ante una asfixia por inmersión y cómo prevenir que les ocurra a los niños.
Por más refrescantes y divertidas que pueden ser en verano las piscinas, playas y lagos, también suponen un riesgo importante para los niños y niñas que disfrutan de estas. En este sentido, la asfixia por inmersión se presenta como un peligro importante a considerar por padres y cuidadores.
Según Yudett Lucero, académica de la Escuela de Enfermería UNAB, la asfixia por inmersión es la situación en la que un niño experimenta una obstrucción de las vías respiratorias debido a la entrada de agua en los pulmones, lo que puede ocurrir cuando un niño está sumergido bajo el agua y es incapaz de respirar.
“Esto puede llevar a la falta de oxígeno en el cuerpo y si no se actúa rápidamente, puede provocar lesiones graves o, incluso, la muerte”, advierte la docente.
Sin embargo, Lucero explica que una asfixia por inmersión no siempre implica que el niño haya estado sumergido durante un tiempo prolongado bajo el agua, incluso períodos cortos de inmersión pueden ser peligrosos y generar consecuencias graves a la salud.
Asimismo, añade que cualquier objeto que contenga agua puede suponer peligro de asfixia, “es importante recordar que en los niños pequeños la proporción existente entre la cabeza y el cuerpo es inversamente proporcional, por lo cual esto facilita la caída al recipiente con agua”.
En caso de enfrentarse a una asfixia por inmersión, Lucero indica que es crucial actuar rápidamente, pues corresponde a una emergencia médica.
Dentro de los pasos a seguir para actuar frente a esta situación, se encuentran:
“Es importante tener algún tipo capacitación en reanimación cardiopulmonar para actuar de manera efectiva frente a estas situaciones. Además, se debe tener presente que incluso si el niño parece recuperarse, siempre es esencial que sea evaluado por un profesional médico para descartar posibles complicaciones”, subraya.
Para prevenir la asfixia por inmersión, la académica señala que es fundamental garantizar la seguridad del niño en los entornos acuáticos, para ello señala las siguientes recomendaciones: