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Consejos para cuidar la vista en la tercera edad

Consejos para cuidar la vista en la tercera edad

La vista de las personas también envejece. Los tejidos oculares sufren una serie de variaciones que, con el paso del tiempo, cada vez se hacen más presentes. Para estos casos, es que surge la necesidad de recurrir a los lentes progresivos que permiten recuperar la agudeza visual.


Si bien el cuidado de la vista debe ser algo permanente a lo largo de nuestra vida, pasados los 50 años la visita al oftalmólogo debe estar dentro de las prioridades. Y es que, según especialistas, es común que una persona ya a sus 40 años presente alguna dificultad en sus ojos, situación que se acentúa considerablemente cuando se entra de lleno en la tercera edad.

Hay procesos fisiológicos como la presbicia o vista cansada que resultan muy comunes en la adultez. Esta afección consiste en una dificultad para enfocar objetos a corta distancia por una pérdida de elasticidad del músculo ciliar y el cristalino, los encargados de accionar el mecanismo de «acomodación» del ojo. De ahí la importancia de consultar a un médico al menos una vez al año, además de realizarse un examen oftalmológico tanto para prevenir como para controlar patologías existentes.

Para estos casos, los lentes progresivos permiten la visión de cerca y de lejos sin necesidad de cambiar de lentes o quitárselos. En Rodenstock, fabricantes de cristales oftálmicos y armazones de anteojos, los lentes progresivos se desarrollan y fabrican con ayuda de los métodos de cálculo y producción más avanzados del mercado. José Pablo Pérez, profesional óptico y Product Manager de Rodenstock, recomienda usar los lentes progresivos cuando ya no pueda estirar más el brazo al leer para mantener el libro a una distancia confortable. “En tal caso, se necesita que los lentes cuenten con un elemento adicional para facilitar la lectura, lo que puede lograrse de manera óptima e invisible con lentes progresivos”.

Existen otras condiciones que deben considerarse en una edad avanzada como la presencia de cataratas, glaucoma y sequedad ocular, esto último como un síntoma asociado a otros problemas de base. También pueden encontrarse problemas en la retina relacionados, por ejemplo, a la diabetes.

Algunas consideraciones en el uso de lentes progresivos:

    – Toma tiempo acostumbrarse al uso de lentes progresivos, por ejemplo, al subir escaleras. Sin embargo, luego de un tiempo esto se puede realizar de manera completamente normal.

    – Se puede leer confortablemente con este tipo de lentes, en especial si el rango cercano tiene la amplitud de campo visual que entregan lentes progresivos de Rodenstock. Otra de las ventajas de estos lentes es que también pueden tener un foco claro y agudo en distancias intermedias, lo que no es posible con anteojos de lectura o con anteojos bifocales.

    – Es recomendable que en condiciones normales se agende una cita con el oftalmólogo una vez al año. Y frente a la presencia de alguna enfermedad, previamente controlada, visitarlo cada 6 meses.

    – No comprar lentes ni anteojos en la calle. Solo usar lentes ópticos de buena calidad y expendidos por los lugares autorizados para esto, es decir, ópticas autorizadas.

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