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Lo que hay que tener en cuenta si los niños o niñas usan pocas palabras

Lo que hay que tener en cuenta si los niños o niñas usan pocas palabras

A partir de los dos años ya se pueden ver algunos indicios de un Trastorno Específico del Lenguaje, ya que a esa edad los niños deberían ser capaces de producir frases de dos palabras y ampliar su vocabulario.


El Trastorno Específico del Lenguaje (TEL) es un trastorno que afecta a la adquisición del lenguaje desde sus inicios, sin estar asociado a otra patología de base, como discapacidad intelectual, trastorno motor o auditivo, etc. Sin un tratamiento adecuado, el TEL se prolonga durante la infancia y adolescencia, y en algunos casos puede dejar secuelas significativas en la edad adulta.

Cuando existe un trastorno en el lenguaje, “el niño puede sentirse disminuido e inseguro al expresarse verbalmente, afectando así su autoestima. También es posible que afecte sus relaciones sociales , ya que podría tener dificultades para que sus pares entiendan lo que dice y para comprender las instrucciones en los juegos, lo que podría derivar en que se aparte del grupo”, comenta Karla Anavalón, Directora de la Editorial Caligrafix.

No existe una edad determinada en que se presente un TEL, pero  a medida que el niño crece, el TEL se puede ir manifestando de manera más evidente en los diferentes hitos del desarrollo lingüístico esperados para su edad (balbuceo, primeras palabras o cuando comienzan a armar frases). A partir de los dos años ya se pueden ver algunos indicios, ya que a esa edad los niños deberían ser capaces de producir frases de dos palabras y ampliar su vocabulario.

En nuestro país existen test fonoaudiológicos que permiten diagnosticar trastornos del lenguaje, los cuales pueden ser aplicados a partir de  los tres años.

Según Daniela Rojas, fonoaudióloga y académica de la Universidad de Chile, “Para detectarlo, en el ámbito familiar, es importante poner atención cuando uno no comprende lo que el niño dice, además de estar alerta al desarrollo que tienen otros niños de la misma edad. Los niños que presentan un TEL utilizan un vocabulario limitado, expresándose con escasas palabras, elaborando frases incorrectas, o utilizando erróneamente verbos o artículos. Les cuesta pronunciar algunos sonidos o los producen de distinta forma; simplifican reiteradamente palabras complejas, por ejemplo tato en vez de zapato, en edades en que ya no debiese ser tan común. Si usted tiene sospechas, debe acudir a un fonoaudiólogo para que lo evalúe y posteriormente planifique un plan de intervención”, sentencia.

Según Karla Anavalón, «el aprendizaje puede verse afectado en distinto grado, dependiendo de la severidad del trastorno, en materias tanto emocionales, sociales, como académicas. En el área académica se puede ver perjudicada la adquisición de la lectoescritura y la comprensión lectora, y por ende también todas las demás asignaturas, ya que el lenguaje, siendo una herramienta fundamental para poder pensar y procesar información, es el vehículo para el aprendizaje de todas ellas,” señala.

En Chile los TEL pueden ser abordados por medio del sistema de educación como también del sistema de salud. Actualmente las alternativas se centran en las escuelas de lenguaje, los programas de integración escolar y las consultas fonoaudiológicas.

Aunque el fonoaudiólogo es el profesional que encabeza el tratamiento del TEL, podría requerir el apoyo de otros profesionales, tales como educadoras diferenciales, terapeutas ocupacionales o neurólogos, entre otros.

“Las terapias van a depender de las características de cada niño y de su cuadro clínico. Cuanto más temprano se detecte el problema, mejor será el pronóstico de recuperación, debido a la mayor plasticidad cerebral en los primeros años de vida” recalca Magdalena Muñoz, subdirectora de la carrera de Fonoaudiología de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

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