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¿Qué actividad extraprogramática elijo para mis hijos?

¿Qué actividad extraprogramática elijo para mis hijos?

Además de fijar objetivos para las actividades extraprogramáticas, es importante que los niños tengan tiempo de ocio para que se relajen y desarrollen la creatividad, de acuerdo a la psicóloga y directora ejecutiva del Programa de Parentalidad Positiva Triple – P Chile, Francisca Puga.


¡Lo logramos! Pasamos la etapa más complicada del inicio del año escolar de nuestros hijos, el período en que los apoyamos en su regreso a la rutina, en ordenar sus horarios y enfocarse en los nuevos desafíos académicos. Ahora es cuando muchos padres conversamos con nuestros niños sobre la posibilidad de realizar alguna actividad extraprogramática en su tiempo libre.

Francisca Puga, psicóloga de la Universidad Católica y directora ejecutiva de Triple P Chile –Programa de Parentalidad Positiva que entrega a los padres ideas simples y concretas para mejorar la conducta de los hijos y la relación con ellos– señala que lo primero es plantearse cuál es el objetivo de la actividad extraprogramática: ¿ocupar al niño?, ¿que se relaje?, ¿desarrollar sus talentos?, ¿que amplíe su círculo de amistades? “La respuesta depende de cada familia. Es importante que los padres se tomen unos minutos para pensar por qué quieren que su hijo o hija haga una actividad extraprogramática y, en base a esto, evalúen cuál es la mejor opción”.

La psicóloga explica que algunos papás quieren que sus niños realicen alguna actividad fuera del colegio, porque necesitan que estén bajo el cuidado de otros y en un lugar seguro, una vez que salen de clases. Otros, porque el niño o niña requiere potenciar alguna habilidad en relaciones sociales, en actividad física, coordinación, motricidad fina o gruesa. “También hay familias que quieren que la actividad permita al hijo o la hija a disfrutar haciendo algo que le gusta por más tiempo del que dispone en el colegio. Así también, algunos buscan fomentar el interés por algo en particular, ayudar al niño o niña a explorar algún hobby, deporte o actividad que le entusiasme y a la que quiera dedicarle más tiempo”.

La profesional señala que la edad en que hay que comenzar con alguna actividad extraprogramática dependerá del objetivo que se quiera cumplir, ya sea entretener al niño o ayudarlo a desarrollar habilidades. “Sólo una vez que toma el ritmo de la rutina escolar, es bueno que tenga algo extra, puede ser desde kinder o primero básico, y no más de dos actividades o dos días con programas adicionales”, aconseja. También –enfatiza– es importante que tenga tiempo de “ocio”, o espacios en los que no sea necesariamente guiado por un adulto, pueda jugar, crear libremente o buscar por sí mismo actividades que hacer.

¿Cómo hacerlo con los hijos que tienen jornadas largas y tareas, para no agobiarlos? “Un criterio importante es que el niño o niña tiene que contar con espacios para disfrutar, independiente del objetivo que se busca con la actividad extraprogramática, Si, por ejemplo, le está yendo mejor en matemáticas porque se está quedando al taller de reforzamiento, hay que buscar otra actividad para que lo pase bien y se relaje. Por otro lado, si no está disfrutando la actividad extraprogramática, vale la pena volver a considerar el objetivo y evaluar si es la mejor alternativa”.

En cuanto a “negociar” con los hijos sobre qué actividad realizar, la psicóloga sostiene que es importante conversar sobre las alternativas que existen, en especial cuando ya son más grandes: “En tu colegio proponen estas opciones, cuál prefieres, para qué crees que te serviría la que me estás diciendo”. “Tú quieres eso, pero no tengo tiempo para irte a buscar, ¿cómo lo hacemos?”. Esas son las preguntas que se deben plantear y resolver con los niños. “Sin embargo, entre los padres también se debe ver qué actividades son factibles que el niño realice y preguntarse: ¿lo puedo ir a buscar, me alcanza la plata?, por ejemplo. O evaluar si la actividad fomenta habilidades, estilos o intereses que me parecen bien, porque un hijo puede querer ir a participar de un club de videojuegos y yo, como mamá o papá, no quiero, porque podría pasar muchas horas en el computador”, puntualiza.

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