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Una playa turquesa en plena Región de Los Lagos y un pueblito que parece sacado de Alaska rodeado por ballenas azules. Eso y mucho más es lo que muestra esta selección de la comunidad de viajeros chilenos Faro Travel.
Teniendo un país con más de 4.300 kilómetros de largo, ¿por qué seguir dándose vueltas en los mismos lugares de siempre? Faro.travel buscó los mejores datos de rincones desconocidos en cada región de Chile, para compartirlos justo a tiempo antes de que se llenen de turistas.
Foto: Flickr.com/arnocappellaio
Salar de Surire, Región de Arica y Parinacota
Si estuvieras en Arica y quisieras recorrer los alrededores, probablemente visitarías el lago Chungará. Pero un poco más hacia el sur, en la Reserva Nacional Las Vicuñas, se encuentra el salar de Surire, cuyos asombrosos paisajes protegen flamencos, vicuñas y ñandúes. A unos minutos de allí se encuentran también las termas de Polloquere, que han logrado mantenerse alejadas de la urbanización.
Laguna Roja, Región de Tarapacá
Sangre. Eso es lo que imaginas al ver el color de las aguas de la laguna Roja, cuyo origen aún no está completamente claro. Si bien oficialmente corresponde a la comuna de Camarones, en la Región de Arica y Parinacota, la forma de llegar es desde Camiña, en Tarapacá. Además, junto a ellas hay otras dos lagunas igualmente misteriosas por sus tonos amarillo y verde.
Foto: Flickr.com/cruz_fr
Cifuncho, Región de Antofagasta
En esta caleta ubicada al sur de Taltal no hay mucho más que kilómetros y kilómetros de hermosas playas. Aunque el color del agua no es el mismo, Cifuncho se mantiene como playa La Virgen en sus inicios, sin mucha urbanización en sus alrededores. Hay que conocerla ahora, antes de que se convierta en el nuevo polo veraniego de la región.
Chañaral de Aceituno, Región de Atacama
No sólo es uno de los mejores lugares del país para avistar ballenas azules, jorobadas y francoaustrales (desde septiembre y durante todo el verano), sino también el nuevo epicentro del buceo en Chile continental. Camino a su vecina isla Chañaral también podrás ver delfines e inmensas colonias de pingüinos.
Parque Nacional Fray Jorge, Región de Coquimbo
Estar ahí es como teletransportarse al sur de Chile. ¿Cómo en medio de una región casi desértica puede existir un bosque de estas características? La respuesta se encuentra al recorrer esta Reserva de la Biósfera de la UNESCO, donde la camanchaca proveniente de la costa ha dado paso a un ecosistema que, de otra manera, habría sido imposible crear.
Glaciar la Paloma, Región Metropolitana
Si la nieve no nos acompaña este invierno, la cordillera de todas maneras tiene algo que ofrecer. En pleno Santuario de la Naturaleza Yerba Loca se encuentra el glaciar La Paloma, al que se puede acceder tras varias horas de trekking de nivel intermedio entre ríos, cascadas y montañas.
Te Pito o Te Henua, Isla de Pascua, Región de Valparaíso
Orongo, Ahu Akivi y Anakena suenan como los lugares que sí o sí debes visitar en Isla de Pascua. Sin embargo, a esta lista de sitios solemos olvidar incluir Te Pito o Te Henua, una piedra conocida como “el ombligo del mundo” por el enorme magnetismo que hay en ella. ¡Haz la prueba acercando una brújula!
Foto: Valeria Villalobos
Pupuya, Región del Libertador Bernardo O’Higgins
Cuando Matanzas comenzó a llenarse de casas modulares tipo container, los que habían llegado allí buscando un balneario tranquilo pusieron sus ojos en Pupuya, ubicado a sólo dos kilómetros hacia el sur. Actualmente hay uno que otro lodge y es considerado el paraíso del kitesurf y el windsurf. Apúrate antes de que se llene.
Dunas de Putú, Región del Maule
Más de 30 kilómetros de montañas arenosas dan origen a las dunas de Putú. El paisaje que forman es tan alucinante que las autoridades de la zona presentaron una petición para convertirlas en un Santuario de la Naturaleza, la cual aún no se lleva a cabo.
Saltos del Itata, Región del Biobío
Mientras los turistas se agolpan para fotografiar los saltos del Laja, un poco más hacia la cordillera, cerca de Yungay, el salto del Itata aún permanece fuera del imaginario colectivo de los visitantes de la zona. A principios de 2015 comenzaron a construir en sus alrededores la infraestructura necesaria para atraer a más personas, así que el momento de visitarlo es ahora.
Foto: Flickr.com/simenon
Icalma, Región de la Araucanía
Bajo este nombre no sólo se conoce la laguna, sino también el poblado que se levanta en la orilla. En Icalma todo es paz; basta con mirar alrededor y observar las montañas cubiertas de bosques de araucarias milenarias que se reflejan en la laguna. No por nada en mapudungún su nombre significa “espejo de agua”.
Futrono, Región de los Ríos
Con el lago Ranco hacia un lado e innumerables ríos hacia el otro, Futrono tiene todo lo que imaginas cuando piensas en el sur: gente cálida, olorcito a bosque húmedo por la lluvia y cabañas con estufas a leña. Si no fuera así, ¿por qué Pablo Neruda habría elegido éste como el lugar para planear su fuga de Chile?
Foto: Rodrigo Soto Salazar
Caleta Cóndor, Región de los Lagos
Olvidamos mencionarlo en nuestro artículo de las playas turquesa de Chile. Y es que eso es: una playa con aguas que combinan los tonos verdes con los calipsos al mejor estilo del Caribe, pero con una temperatura bastante más baja. Se puede visitar todo el año, pero lo mejor es hacerlo en verano.
Melinka, Región de Aysén
A primera vista, Melinka podría ser un pueblito de la costa de Alaska. Pero, al desembarcar en esta isla de las Guaitecas, el aire que se respira es propio de la calidez del sur de Chile. Además, Melinka tiene la suerte de ser uno de los pocos lugares del país donde aún se pueden ver ballenas azules (con algo de suerte, claro).
Isla Navarino, Región de Magallanes y la Antártica chilena
Justo al sur del canal Beagle se encuentra esta isla, famosa por tener los senderos de trekking más australes del mundo. Gran parte de su superficie la ocupan los Dientes de Navarino, un conjunto de montañas que, combinadas con los lagos y paisajes naturales de la isla, están convirtiéndose poco a poco en las nuevas Torres del Paine.
