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El empeño de los ciudadanos canadienses por apadrinar a familias sirias refugiadas Inmigración

El empeño de los ciudadanos canadienses por apadrinar a familias sirias refugiadas

Los defensores de esta modalidad están convencidos de que los particulares pueden lograr más que el gobierno: elevar el número de refugiados admitidos, guiar a los recién llegados de manera más eficaz y solucionar el puzzle de cómo reubicar a musulmanes en naciones occidentales.


En Canadá ciudadanos comunes y corrientes están intentando dar una solución a uno de los problemas más apremiantes del mundo, consternados con los reportajes de las noticias sobre niños que se ahogan y la exclusión de inmigrantes desesperados; su gobierno les permite organizarse en grupos pequeños y reubicar personalmente, en la práctica apadrinar, a una familia de refugiados.

Según detalla un artículo de la edición en español de The New York Times (NYT), sólo en Tornoto, madres que van a buscar a sus hijos a los campos de hockey, amigos que pasean juntos a sus perros, integrantes de clubes de lectura, amigos del póker y abogados han formado círculos para aceptar familias sirias. Las autoridades canadienses aseguran que la cifra oficial de apadrinamientos ronda los miles, pero los grupos tienen muchos más miembros.

Los defensores de esta modalidad están convencidos de que los particulares pueden lograr más que el gobierno: elevar  el número de refugiados admitidos, guiar a los recién llegados de manera más eficaz y solucionar el puzzle de cómo reubicar a musulmanes en naciones occidentales.

El temor es que todo ese esfuerzo termine mal y que los canadienses pequen de ingenuos. Por eso la necesidad de revisar a los sirios, una cuestión que ofende a muchos apadrinadores y a los mismos refugiados que, ante la sospecha de que pudiesen resultar peligrosos, aseguran ser ellos las víctimas del terrorismo.

En Estados Unidos reconocen lo difícil pesquisar las actividades terroristas en medio del caós bélico que vive Siria. Prueba de ello es que varios miembros del Estado Islámico involucrados en los ataques de 2015 en París llegaron a las costas de Europa desde Siria aparentando ser refugiados.

Barreras culturales

Aunque varios de los refugiados en Canadá tienen antecedentes de ser de clase media y alta, igualmente tienen dificultades para integrarse. De hecho les falta dinero y las barreras culturales hacen que las posibilidades de que encuentren empleo sean inciertas. De hecho muchos ni siquiera sabían que existía el país.

herren_tvnAdemás, los voluntarios no pueden anticipar con certeza a qué se puedan enfrentar: expectativas acerca de si las mujeres sirias deberían trabajar, tensiones sobre cómo gastar el dinero, familias que aún sean dependientes después de terminar el año, discrepancias con los grupos de apadrinamiento.

Una crisis que no para

Según detalla el NYT, En muchas partes del mundo la reacción frente a la crisis de los refugiados es de vacilación y hostilidad. Y es que se trata de 21 millones de personas que han sido desplazadas de sus países, cerca de cinco millones de los cuales son sirios.

De hecho, Grecia ya envió de regreso a Turquía a inmigrantes desesperados; Dinamarca confiscó sus objetos de valor, y Alemania, tras aceptar a medio millón de refugiados, está lidiando con la resistencia que despiertan en algunos sectores de la población. Ese rechazo explica en gran medida la motivación que llevo a los británicos a dar el paso de votar para dejar la Unión Europea.

refugiados-canadaLos discursos políticos también hacen lo suyo. En EE.UU., incluso antes de que la masacre de Orlando despertara nuevos temores hacia el terrorismo, la mayoría de los gobernadores estadounidenses se inclinaron por bloquear a los refugiados sirios porque algunos podían ser peligrosos. Donald Trump, el candidato presidencial republicano, ha llamado a prohibir de manera temporal la entrada de todos los musulmanes al país y recientemente advirtió que los refugiados sirios provocarían “grandes problemas en el futuro”. El gobierno del presidente Obama prometió aceptar 10.000 sirios para el 30 de septiembre, pero hasta ahora solo ha admitido a cerca de la mitad.

Sin embargo, al otro lado de la frontera, el gobierno canadiense apenas puede con la demanda para aceptarlos. Muchos voluntarios sintieron que debían actuar al ver la fotografía que tomó Alan Kurdi del niño sirio que arrastró la marea a una playa de Turquía el otoño pasado. Hay personas impacientes por apadrinar que han estado buscando más familias. El nuevo gobierno se comprometió a aceptar 25.000 refugiados sirios y después aumentaron decenas de miles más.

Pero el ministro de inmigración canadiense, John McCallum, intenta poner paños fríos a esa ansiedad. “No puedo dar refugiados tan rápido a todos los canadienses que quieren apadrinarlos”, dijo.

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