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¿Pensando en irte a vivir fuera? Estos son los lugares del mundo donde las personas viven más tranquilas, plenas y seguras.
Como cada año desde 2012, The World Hapiness Report hizo un listado con los lugares más felices del mundo. De los diez que lo encabezan siete pertenecen a Europa y cinco a los denominados “países nórdicos”.
Buen acceso a la salud, altas expectativas de vida, educación de calidad y bajas tasas de delincuencia son parte de las características que unen a estos diez países. Así es que, si estabas pensando en escaparte a otro lugar por un tiempo, primero lee esta selección realizada por Faro, la comunidad de viajeros chilenos.
Que haya salido el país más feliz del mundo por segunda vez desde 2012 no es casualidad. Igualdad, buen acceso a la salud, educación gratuita y de calidad, y un increíble sistema de bienestar son parte de las políticas con que el Estado ha logrado que los daneses sonrían las 24 horas del día.
Había logrado el primer puesto del ranking en 2015, pero ser más feliz que un danés es una tarea difícil. Su gran sistema de salud, la percepción de la generosidad entre sus habitantes, la contención social y la libertad en la toma de decisiones han sido las claves para que Suiza ocupe este lugar.
¿Qué hace a los 330 mil habitantes de Islandia estar en esta lista? No sólo su reciente (e inédito) éxito en la Eurocopa, sino también el hecho de tener una de las tasas de esperanza de vida más altas del mundo, su casi completa alfabetización, los bajos índices de corrupción y un alto PIB per cápita, entre otras cosas.
Con un índice de delincuencia casi inexistente, libertad para disfrutar de sus increíbles paisajes (tengan o no dueño), un alto nivel de calidad de vida y un gran sistema de educación, Noruega no sólo es feliz, sino también es considerado el mejor país del mundo para vivir.
Si hay algo que está claro es que la felicidad se debe construir desde los primeros días de vida, y en eso Finlandia da cátedra. Por eso, quizá uno de los mayores aportes sea el hecho de contar con el mejor sistema de educación del mundo, que ha sido imitado por decenas de países de todos los continentes.
Que constantemente haga llamados al extranjero ofreciendo oportunidades laborales para comenzar una nueva en Norteamérica, es un claro síntoma de que Canadá tiene a sus habitantes felices y satisfechos. Y no podemos negar que la disponibilidad de recursos, sobre todo económicos, ha contribuido con que así sea.
Partamos porque es el país con las jornadas laborales más cortas del mundo: sólo trabajan 29 horas a la semana; es decir, menos de seis al día. Si a esta mezcla perfecta de trabajo y tiempo libre le añadimos buenos sueldos y paisajes hermosos, ¿cómo no ser feliz?
Quienes han postulado a las visas Working Holiday son testigos en primera persona de lo bien que se vive en Nueva Zelanda. Y, si bien el costo de la vida puede resultar un poco elevado, los índices de empleabilidad son altos y sus habitantes no sólo se sienten seguros, sino también satisfechos con sus vidas.
Dicen que el dinero no hace la felicidad, pero sí es un medio para tener mejores estándares de vida y, por ende, ser más feliz. Y, además de tener un ingreso promedio mayor al de los países de la OCDE, los australianos se sienten satisfechos con la calidad medioambiental, la educación y el gran sentido de comunidad.
Este país está por sobre el promedio mundial en la mayoría de los aspectos que definen la felicidad según la OCDE. Tienen jornadas laborales de sólo 36 horas a la semana, se sienten satisfechos con la situación general del medioambiente, viven seguros y tienen una alta esperanza de vida, en parte, gracias a su sistema de salud.
