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Estudio de LyD establece que pobreza en mujeres se dispara en período de edad productiva


Un estudio elaborado por la investigadora del Programa Económico y Social de Libertad y Desarrollo (LyD), Paulina Henoch, explica las causas del mayor porcentaje de pobreza en las mujeres que en los hombres.

Según la última encuesta Casen, el 53,8% de los pobres tienen sexo femenino. Sin embargo, las diferencias entre hombres y mujeres comienzan a manifestarse recién a contar de los 18 años. «Las mujeres no nacen siendo más pobres, ni tampoco esta diferencia se acentúa en la etapa de la educación, donde la tasa de pobreza es prácticamente la misma entre hombres y mujeres», explica la experta.

En el estudio Paulina Henoch, hace ver que en el grupo etario entre los 18 y los 29 años es donde se comienza a manifestar una diferencia importante en la tasa de pobreza, acentuándose en los últimos 10 años también en el rango de los 30 a los 44 años y desde el 2006 en el rango entre los 45 y los 59 años, para acortar la brecha y quedar sin diferencias significativas en el rango de los 60 años y más.

¿Por qué este resultado? De acuerdo al análisis, tres serían las variables que inciden: las condiciones laborales, las características individuales y la estructura familiar.

En el primer punto, se ve que la participación de la mujer en el mundo laboral es significativamente baja en relación a los hombres. En el caso del primer tramo – de 18 a 29 años – la inactividad de las mujeres de ese grupo alcanza un 52%. En el tramo siguiente – 30 a 44 años – continúa siendo relativamente alta en relación al hombre.

Sin embargo, la mayor diferencia está en que la ocupación de los hombres entre 30 y 59 años es por sobre el 86% mientras que en las mujeres, se encuentra en torno a 46%.

En cuanto a las características individuales, según el nivel de educación, está demostrado que entre los 18 y los 29 años las mujeres presentan más años de escolaridad promedio, pero la tendencia cambia en los años siguientes.

Respecto a la estructura familiar, los hogares con jóvenes (18 a 29 años) tienen mayor proporción de jefatura femenina (33,1%) y tienen en promedio más niños por hogar. Los hogares con jefatura femenina entre 30 y 59 años tienen en promedio más adultos mayores. Es decir, los hogares con jefatura femenina jóvenes tienen al cuidado los niños y los mayores a los abuelos.

El estudio concluye que para disminuir la pobreza femenina «es necesario aumentar la incorporación de la mujer al trabajo, lo cual debe ir de la mano con leyes que favorezcan la empleabilidad femenina».

Upi/jp/cvl

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