La Primera Sala de la Corte Suprema condenó al Centro de Formación Técnica (CFT) Barros Arana -continuador legal de uno llamado Pitágoras, de Concepción- a pagar una indemnización de casi 6 millones de pesos a un alumno al que le impidieron titularse de la carrera que cursó completamente por perder sus antecedentes académicos.
El afectado es José Luis Matamala Garcés, quien cursó entre los años 2000 y 2002 la carrera de Sanamiento y Protección del Medio Ambiente e incluso realizó su práctica profesional en una institución de salud de Curanilahue.
Sin embargo, ese año el CFT Pitágoras cambió de dueño y de nombre a Barros Arana, pero extravió los datos del alumno, lo cual le impidió recibir su título profesional, pues además la carrera dejó de existir.
Los ministros Milton Juica, Adalis Oyarzún, Sergio Muñoz, Guillermo Silva y la abogada integrante Maricruz Gómez determinaron confirmar las sentencias de primera y segunda instancia en contra del establecimiento educacional, toda vez que se incurrió en una negligencia al perder el expediente del demandante, asegurando que el hecho de cambiar de dueño no los exime de su responsabilidad de traspasar los antecedentes de los estudiantes.
«Esta situación es calificable de irregular por parte de la institución de educación superior, la que como continuadora legal de aquella que impartió la carrera que cursó el demandante, debe ser responsable de mantener la documentación de sus alumnos que los habiliten a obtener el título por el cual han estudiado y pagado, al menos por el plazo que la legislación o ellas mismas se impongan en su reglamento, el cual, no se ha acreditado en estos autos», dice la resolución,
La sentencia divide el monto indemnizatorio en 983 mil pesos por concepto de daño emergente y 5 millones de pesos por daño moral.
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