El fiscal Cristián Cáceres en el marco del primer día del juicio oral en contra del autor de un brutal triple homicidio que conmocionó a Curacaví, relató a los integrantes del Tribunal Oral en lo Penal de Melipilla los hechos contenidos en la acusación de la Fiscalía Occidente que dan cuenta de las últimas horas de Rose Marie Dávalos, Raúl Santa María e Isabel Méndez.
Según los antecedentes de la investigación, estos fueron asesinados por Danny Dávalos Echeverría debido a un conflicto de carácter patrimonial, pues el acusado se negaba a hacer abandono de la parcela en la que vivía y administraba por encargo de su hermana y su cuñado, quienes eran dueños de la propiedad.
El persecutor explicó que el sábado 3 de julio de 2010 Rose Marie Dávalos y Raúl Santa María visitaron la parcela en compañía de su asesora del hogar, Isabel Méndez. En el lugar sostuvieron una discusión con Danny Dávalos en la cual le habrían insistido en que debía dejar la parcela debido a sus constantes descuidos, ante lo cual el acusado reaccionó propinándoles una serie de disparos con un arma calibre 22 que les causaron la muerte. Tras cometer este triple crimen, el acusado procedió a cargar los cuerpos en una camioneta que luego abandonó a un kilómetro de distancia.
La prueba de la Fiscalía Occidente consta de 21 testigos y 14 peritos, no obstante lo cual en la audiencia se comunicó la existencia de una convención probatoria acordada con la defensa del acusado, en la cual ambas partes reconocen y dan por probado que Danny Dávalos Echeverría en efecto cometió los tres homicidios descritos en la acusación.
A su turno, la Defensoría Penal Pública sostuvo que el acusado sería inimputable dada la preexistencia de una patología mental que altera su sentido de realidad.
Ante estas afirmaciones, el fiscal Cáceres aseveró que el Ministerio Público cuenta con pericias que acreditarían que Dávalos Echeverría es responsable de sus hechos ante la justicia. En este sentido, precisó que se está solicitando una pena de presidio perpetuo simple por los tres delitos de homicidio simple junto a una pena de cinco años y un día por el delito de porte ilegal de arma de fuego.
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