Como una excelente noticia para las familias chilenas que asisten cada fin de semana al estadio, calificó el senador de Renovación Nacional (RN), Alberto Espina, la aprobación por amplia mayoría del Senado de la nueva ley de violencia en los estadios.
La nueva legislación, establece entre otras cosas, medidas preventivas para el control de los accesos y normas para erradicar delitos en los recintos deportivos.
El legislador que participó desde el inicio de la ley en la Comisión de Constitución de la Cámara Alta, destacó que la normativa impedirá el acceso de personas que sólo van a cometer actos delictivos a los partidos de fútbol y no a disfrutar del espectáculo.
«Esta ley es un enorme servicio a cientos de miles de familias humildes y de clase media que van a los estadios y que se les había transformado muchas veces en un verdadero infierno producto de los actos de violencia que ocurrían en el entorno», sostuvo.
En tanto, la iniciativa impone un conjunto de exigencias que deberán cumplir los organizadores de espectáculos de fútbol profesional en los estadios, entre ellas, designar un jefe de seguridad; contratar guardias de seguridad privados; instalar sistemas tecnológicos como cámaras de seguridad o detectores de metales; establecer zonas separadas y claramente delimitadas en los estadios, en que se ubicarán los hinchas o simpatizantes y el público general; contar con sistemas de control de acceso e identidad de los espectadores; y disponer de medios de grabación de imágenes, dentro y fuera del recinto deportivo que faciliten la identificación de las personas.
El parlamentario recalcó que además la nueva ley establece la obligación para los clubes de asumir la responsabilidad civil cuando hay una actitud de negligencia.
«Cuando se produce un hecho de esta naturaleza no pueden ser la ciudadanía quien tenga que asumir los costos, sino quienes son los responsables de organizar estos espectáculos deportivos», explicó.
«Gracias a Dios el fútbol no dice relación con colores políticos, ni con situación económica, racial, ni de otra naturaleza, y por lo tanto permitir que los chilenos vayan con sus familias al estadio es un triunfo para la democracia y un triunfo para quienes muchas veces tienen como única distracción ir a disfrutar de un espectáculo de fútbol profesional», aseveró.
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