Publicidad

El histerismo se apodera del comando de Piñera

Gabriel Angulo Cáceres
Por : Gabriel Angulo Cáceres Periodista El Mostrador
Ver Más

La granada de Eduardo Frei al mencionar el informe de Transparencia Internacional desató la furia de la derecha que salió en bloque a desmentir la acusación de uso de información privilegiada, la que es efectivamente imprecisa. Pero lo hicieron en un tono destemplado, que los instala mediáticamente a la defensiva justo en el flanco más débil del empresario según las encuestas: su credibilidad. Más allá del episodio, en el entorno piñerista evalúan mal la presentación general del abanderado, y apuntan a sus asesores más cercanos como responsables del errático diseño.


El ambiente en la reunión del comité estratégico del comando de Sebastián Piñera, la mañana del jueves post debate, no estaba nada bueno. Seguramente, porque pese a que los «expertos» se abocaron con ansiedad a buscar la forma de utilizar a su favor la salida de libreto de Eduardo Frei, al traer a colación el episodio de la compra de acciones, lo cierto es que no se podía pasar por alto el mal desempeño del candidato en la performance televisiva. Nada que decir de la coordinación. Para las 11:00 de la mañana los máximos dirigentes de la colectividad y del propio comando comenzaron a bombardear con mensajes relativos al mal comportamiento de su adversario de la Concertación, a la espera de que Transparencia Internacional hiciera el resto.

En la cita, Frei y el informe de Transparencia Internacional al que aludió en el debate y la posibilidad de que el equipo del candidato oficialista se haya confabulado con El Mostrador para hacerlo público justo el día del debate, fueron tema. En este sentido, el piñerismo concluyó que tanto el medio como el senador DC se «mandaron un condoro grave», aunque peor el del aspirante a La Moneda que «mintió», pues ambos se hicieron cargo del contenido del documento elaborado en Chile. Y en el que, según el comando de Piñera con el abanderado a la cabeza, «metió mano» la Concertación, porque el capítulo chileno del organismo internacional habría difundido el documento en el que figura mencionado el empresario sin el visto bueno de quienes debían aprobarlo. En este punto no faltaron las cabezas calientes que lanzaron al ruedo las ideas más descabelladas para salvar el punto. Uno de ellos incluso llegó a plantear querellarse en contra de Frei, aunque fuentes del comando aseguran que eso sólo fue «en tono de broma».

Así, la estrategia analizada en el comité, en el marco del manejo de crisis, apuntaba al hecho de que dado que el candidato de la Concertación puso en tela de juicio la «credibilidad de Transparencia Internacional, tendrá que ser este organismo el que se vea obligado a poner las cosas en orden, haciéndose cargo del error y explicando que fue una injusticia la cometida con Piñera». Claro está que no esperarían sentados a que todo cayera por su propio peso, sino que los representantes del sector en la entidad tendrían la tarea de presionar desde el interior del capítulo chileno para que se pronunciara, tras la reunión del jueves en la tarde. No por nada uno de los coordinadores de los grupos Tantauco, Cristián Larroulet, integra el consejo de la instancia. Esto es lo que ocurrió con la misiva que suscribieron el propio Larroulet, Patricia Matte y Gonzalo Develau donde calificaron de sesgado e inexacto el informe de la entidad, de modo de presionar a su presidenta Karen Poniachik para que lo rectificara. 

El punto en el que la derecha  tiene parte de razón es más bien jurídico. Eso, porque efectivamente el abanderado no llegó a ser procesado por uso de información privilegiada, bajo cuyo título aparece el episodio de la compra de acciones de LAN en el polémico informe, sino que se le sancionó con una multa -que optó por pagar en vez de seguir adelante con el proceso, como sí lo hizo su socio Enrique Cueto- por no abstenerse de comprar tras haber tenido acceso a la FECU, que informaba los resultados semestrales de la aerolínea. El uso de información privilegiada «es un delito», dicen en el entorno de Piñera y el no abstenerse «es una falta».

Mala performance

Pero la tensión en los equipos de Piñera no se debía sólo a la osadía de Frei de lanzarle al rostro e inesperadamente un tema que el empresario quisiera poder dejar atrás. Aunque en el comando insisten, tal vez demasiado, que «no hay ánimo de derrota», lo cierto es que terminado el debate no fueron pocos los que cabizbajos reconocieron que la del candidato no fue una buena presentación. Incluso no faltó quien se admirara de que haya sido Marco Enríquez-Ominami el que le sacara en cara a Frei el tema de la población El Volcán de Puente Alto, siendo que el alcalde de esa comuna es el RN Manuel José Ossandón.

Aunque el discurso oficial es que Piñera no lo hizo mal, lo cierto es que en el entorno del empresario están concientes de que fue una de sus peores performances, cuestión más que evidente si se compara sobre todo con la del 2005. En esto se le atribuye toda la responsabilidad al coordinador general de la campaña, Rodrigo Hinzpeter, y en menor medida a Ignacio Rivadeneira.

La molestia pasa, principalmente, por el hecho de que desde la presentación del candidato hasta la «línea editorial» para abordar los temas habría sido monitoreada por Hinzpeter. A pesar de que durante los días previos al debate hubo propuestas distintas a las del brazo derecho de Piñera, pero «Sebastián no escuchaba a nadie más y siempre se quedaba con lo que decía Rodrigo». Y dado los magros resultados, debiera haber «una pasada de cuenta» al coordinador general. Entre otras cosas, porque no es su primer traspié.

Y si bien en el comando se tranquilizan generando el clima de que el crecimiento de Marco Enríquez le resta votos a Frei y no a Piñera, discurso que levantaron desde la última encuesta CEP, los críticos a la forma como se está llevando la campaña advierten que eso no es así. Incluso se habla de una encuesta que se habría realizado tras el debate y según la cual el empresario sería el peor evaluado. Incluso, quienes han tenido acceso al sondeo, advierten que un porcentaje significativo, cercano al 35 por ciento, asegura que cambiaría su voto desde Piñera hacia ME-O. Por lo que algunos están poniendo en duda la efectividad de los equipos del abanderado de la derecha.

Publicidad

Tendencias