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Cristina Fernández recluida desata la peor liquidación de bonos argentinos


Los bonos argentinos registran la peor caída en los mercados emergentes debido a la preocupación de que el gobierno está ausente en momentos en que las reservas en moneda extranjera se desploman, la inflación avanza y el peso se devalúa.

La deuda del país perdió 7,5 por ciento desde el 19 de diciembre, el último día que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner apareció en público después de haberse sometido a una operación para extirpar un coágulo sanguíneo cerca de su cerebro en octubre. Los bonos de los países en desarrollo avanzaron un promedio de 0,9 por ciento en ese mismo período.

Durante la ausencia de Fernández, las reservas en moneda extranjera de Argentina cayeron hasta un mínimo en siete años, el peso en el mercado negro perdió 17 por ciento frente al dólar y la inflación se aceleró hasta 28 por ciento, la más alta en por lo menos dos años. Su desaparición de la escena pública está alimentando la especulación de que el gobierno no tiene ningún plan para hacer frente a la amenaza de una crisis en la balanza de pagos, según Guillermo Calvo, economista en la Universidad de Columbia, Nueva York.

“Es necesario adivinar lo que ella está pensando”, dijo en una entrevista telefónica Calvo, que fue economista principal en el Banco Interamericano durante cinco años hasta 2006. “Hay confusión y eso no contribuye en absoluto a la confianza de los inversores”.

El portavoz presidencial Alfredo Scoccimarro no respondió una llamada telefónica de consulta. En ausencia de la presidenta, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, ha llevado a cabo conferencias de prensa diarias en las que dijo que Argentina apuntalará las reservas este año incrementando las exportaciones.

‘No inspira confianza’

Las reservas han disminuido un promedio de US$1.300 millones mensuales en este último año, cayendo ayer por debajo de US$29.700 por primera vez desde 2006. Fernández utiliza los fondos pagar a acreedores extranjeros y financiar el gasto. El gobierno dijo en septiembre que en 2014 recurrirá a un récord de US$9.860 millones de reservas para realizar pagos de deuda externa.

En tanto el peso cae en el mercado ilegal de la calle hasta 11,65 pesos por dólar, el gobierno permitió que el tipo oficial de cambio devalúe el peso hasta 6,825 por dólar ayer en un intento de que las exportaciones sean más competitivas y reducir una brecha récord de 70 por ciento entre los dos tipos de cambio.

El gobierno de Fernández también enfrenta una presión creciente de los sindicatos para subir los salarios del sector público en tanto la inflación avanzó hasta 28,4 por ciento en diciembre, según estimaciones de economistas privados que fueron publicadas por legisladores de la oposición. El gobierno dijo que, en el mismo período, los precios al consumidor subieron 10,9 por ciento.

“No inspira confianza que el ejecutivo no reconozca estos problemas ni tenga una estrategia para atacarlos”, dijo en una entrevista desde Nueva York Siobhan Morden, responsable de estrategia de renta fija para América Latina en Jefferies. “Para tomar decisiones difíciles, se necesita que alguien esté al mando”.

Sebastian Vargas, economista en Barclays Plc con sede en Nueva York, dijo que Fernández sigue al mando y que ha reducido su exposición pública mientras el gobierno implementa políticas de negociación con los acreedores que no aceptaron los canjes de deuda a los que anteriormente ella se había opuesto.

“Siempre se mostró inflexible y por esa razón, en tanto ordena a sus ministros que resuelvan estos problemas, mantiene un perfil bajo”, dijo Vargas en una entrevista telefónica.

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