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Miranda Xiao: la china que estuvo seis meses observando a las chilenas para lograr venderles carteras Mujeres Inmigrantes

Miranda Xiao: la china que estuvo seis meses observando a las chilenas para lograr venderles carteras

Alejandra Valle
Por : Alejandra Valle Periodista, porteña. Conductora de televisión, editora de revistas, con un largo currículum en diversas plataformas de información. Directora en www.elmostrador.cl/braga @siliconvalle
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Oriunda de una ciudad en el sur de China llamada Ji’an, su verdadero nombre es Luixin, pero se lo cambió para hacerlo más amable y porque lo que más ha hecho desde que llegó, hace tres años, es mirar, dedicarse a observar a esta gente tan distinta a los trabajólicos chinos. “En Chile cuidan más la calidad de vida”, opina esta experta en marketing que está cumpliendo su sueño: seducir a las mujeres modernas con sus diseños.


Miranda Xiao lleva tres años en Chile. De esos, seis meses sólo estuvo observando. Necesitaba entender a estas mujeres del otro lado del mundo. De un lugar tan extraño, tan distinto a su natal ciudad de Ji’an en la provincia de Jianq’xi, un centro económico cercano a Hong Kong. Sus jefes confiaron en ella para empezar un nuevo negocio de carteras, en Sudamérica, y ella no podía defraudarlos. Su empresa, hasta ese momento, sólo estaba en el mercado africano. Así que había que aprender.

Anduvo en metro, iba al mall, a las oficinas, tomaba nota, les mostraba fotos a las mujeres de los modelos que estaban haciendo allá al otro lado del mundo. Les preguntaba si preferían las carteras grandes, medianas o pequeñas, si les gustaban con colores fuertes o tradicionales. Y así fue haciéndose una idea.

Fue entonces cuando decidió que la debían llamar Miranda en esta larga y angosta faja de tierra. Sabía que Liuxin Xiao, su nombre de nacimiento, no iba a ser fácil para nosotros. Y se decidió por una conjugación del verbo mirar: “Estoy mirando todo el día, escuchando a mis clientes todo el día, a mis colegas. Es mi vida ahora, es muy importante para mí. Me gusta mucho que a las chilenas les guste Lilas”, cuenta la ejecutiva.

Miranda es jefa de diseño de esta tienda que ahora está en Providencia, pero que también exporta a todo Chile. Ella encuentra que no habla muy bien español, por lo que prefiere estar con Rodrigo, su mano derecha, para que traduzca lo que podría costarnos, aunque nunca necesitamos traductor. En un par de ocasiones usamos el inglés para entendernos.

“En China todo es muy rápido. Tienes que trabajar muy rápido, hacer todas las cosas muy rápido, las personas están ocupadas todo el día. Pero aquí en Chile es muy tranquilo, cuidan más la calidad de la vida. Los chilenos saben que deben tener trabajo, pero también cuidan la vida, la familia. No pueden vivir para trabajar. En cambio, para los chinos la cosa es trabaja, trabaja, trabaja. Y después familia”, cuenta.

Por eso, a Miranda no le preocupa lo poco que duerme. La diferencia horaria le impide tener una noche tranquila. Esta mujer de 26 años, perteneciente a una familia que trabaja para el gobierno y profesa la religión budista (aunque ella se declara atea), se dedica durante el día a estudiar el mercado chileno y, en las noches, a entregar instrucciones a los equipos que tiene a su cargo al otro lado del mundo. “Para los chinos hay que trabajar sin parar hasta los 45 años más o menos, para recién entonces poder descansar y pensar en otras cosas”, narra.

– Otras cosas, ¿cómo casarse?

– Nooo, no pienso ese tema (ríe). Tengo mi novio con el que tengo que volver a casarme. Estamos juntos desde hace ocho años más o menos. Pero lo conozco desde niño. Sus padres son colegas con mis padres. Nos enamoramos cuando entramos a la universidad. Él trabaja en la aduana.

– ¿Ha venido a Chile?

– No. Pero quiere venir a Chile y me gustaría que lo hiciera para conocer más de Chile y su cultura. Durante estos tres años sólo he estado en Santiago y Valparaíso.

«Es muy normal ver a Miranda frente al computador en pijama y café», cuenta Rodrigo. «Sólo piensa en arreglarse cuando tiene que salir por obligación», añade. «A mí siempre parece que me falta tiempo de trabajo. Yo no tengo un gusto por carteras ni nada. Soy una china 100%, pero tengo que olvidar todas las cosas sobre China, sobre mí, tengo que pensar 100% como chilena, como mis clientes», explica. Y agrega : «Llegué a Chile pensando en hacer carteras. Es mi sueño muy claramente. Poner en práctica lo que estudié, cómo conocer un mercado».

– ¿Por qué Chile?

– Cuando el dueño de Lilas vino a Chile le encantó este país. Le parece que Chile es un país muy lindo, muy de moda y así como los chilenos cuidan mucho la calidad de vida, las mujeres chilenas cuidan mucho su pelo, su ropa, su cartera, su imagen. Por otra parte, a él le pareció que no hay muchas marcas de carteras económica y de muy alta calidad para las chilenas. Los diseños de las marcas chilenas son muy simples y sólo de un estilo.

– ¿Qué distingue a la mujer chilena de la china?

– A las mujeres chinas les encanta todo muy cute, muy “bonito”. No tan elegante. Las mujeres chilenas, en cambio, son más elegantes y naturales que las mujeres chinas. Mis amigas chilenas cuando tienen 40 o 45 años se sienten muy orgullosas de su edad y sienten que pueden y tienen derecho a verse bien. Las mujeres chinas no hablan de su edad, no quieren asumirla.

– ¿Para qué tipo de mujer son las carteras que te gusta diseñar?

– Las carteras se enfocan a un tipo de edad, no todas, porque para hacer una cosa bien tienes que poner tu atención en una edad, después en otra. Queremos diseñar para las mujeres de oficina, desde 26 años hasta 46, más o menos.

– ¿En China también pasa que las mujeres trabajan y son más independientes? ¿Se habla de feminismo?

– Mucho. Hace 30 años China era una sociedad de hombres. Las mujeres sólo eran dueñas de casa y cuidaban a los niños. Ahora no. Ahora también hay muchas mujeres que ni siquiera quieren casarse. China es un país en el que tiempo pasa muy rápido, cada persona tiene que trabajar, eso de quedarse en la casa a esperar el dinero del hombre, no se usa. Incluso hay muchas mujeres que trabajan mejor que los hombres.

– ¿Has pensado en si quieres quedarte en Chile o devolverte a China?

– Tengo que volver a mi familia. Pero Lilas en Chile es parte de mi vida. Sé que tengo que volver, pero mi trabajo principal es cuidar el mercado chileno. Nuestra próxima meta es establecernos en internet. A nosotros nos parece que el internet es el futuro. Ahora en China el mercado de internet está muy fuerte. Nosotros queremos hacer algo como Ali Express, pero dentro de Chile, para que no se demore dos meses. Y además lo clientes no pueden tocar la calidad. Esta sería una forma nueva, que el cliente puede tocar la calidad, pedir servicios y también comprar por internet.

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