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Alcoholismo femenino en Chile: las cifras más altas de América Latina Yo opino

Alcoholismo femenino en Chile: las cifras más altas de América Latina

Daniela Barría
Por : Daniela Barría Socióloga y Magister en Trabajo Social y Políticas Sociales de la UDEC, Máster en Antropología y Etnografía de la Universidad de Barcelona. Experta en estereotipos femeninos de belleza, medios de comunicación y vida cotidiana de las mujeres.
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Las mujeres chilenas son las que más beben y las que más seguido tienen episodios de borrachera en América Latina. Aunque las cifras son claras según el último estudio de Senda, y que esta primera frase es lapidaria, el tema sigue siendo poco difundido, poco hablado a nivel familiar o en los círculos sociales más cercanos a la mujer y, en consecuencia, sigue siendo un tema tabú que se trata de invisibilizar por el estigma social que trae consigo el reconocer que una mujer de tu familia es alcohólica.

En éste último punto me quiero detener, no sin antes dar un vistazo rápido a la cifras a nivel nacional del último estudio de Senda Previene: “El uso de alcohol es particularmente crítico en el grupo etario de 20 a 39 años, donde el 25% de las defunciones son atribuibles al consumo de alcohol (…) En los últimos cinco años han aumentado los episodios de consumo excesivo, pasando de un 4,6% a un 13,0% en el caso de las mujeres (…) En 1994 un 50,6% de hombres y un 31,0% de mujeres declararon consumo de alcohol en el último mes, a diferencia del año 2014 donde el 55,3% de hombres  y el 42,5% de mujeres reportaron beber alcohol el último mes…”. Estos datos, junto al triste número uno en el ranking de los países más bebedores de América Latina y de mayor consumo por episodio que el resto de los países de la región, deja bastante claro el panorama del uso y abuso que hacemos de esta droga lícita en el país.

Si bien las cifras asustan, es a nivel de la vida cotidiana de las mujeres donde nos hacen falta estudios cualitativos para conocer en profundidad cómo afecta el hecho de ser una bebedora, saliendo un poco de los prejuicios y estigmas que todos conocemos y que se relacionan a discriminación social y maltrato. En Chile un hombre es bebedor pero una mujer es borracha. Esto va acompañado a una mala reputación en la gran mayoría de las veces, que varía de acuerdo a la edad de la mujer: “Es borracha, es fácil, la puta del pueblo, es mala madre, no atiende las labores de su casa, es una mala mujer”. Lamentablemente en el caso de las mujeres es mucho más sancionado socialmente, no el hecho de beber en sí, sino el hecho de embriagarse, pasando de un simple “una mujer borracha se ve mucho más fea que un hombre” hasta frases como “deberían quitarle a los hijos porque seguro es mala madre”.

Las mujeres bebedoras, a diferencia de los hombres, tienen un problema que tratan de ocultar por la carga social que involucra el hacerlo público, carga muchas veces injustificada. Existen algunas tesis realizadas en el último tiempo, lamentablemente no en Chile, que demuestran que las mujeres bebedoras no descuidan sus roles sociales; de hecho, por el miedo a ser discriminadas, se esfuerzan el doble que los hombres por cumplir con su trabajo, el cuidado de sus hijos y por mantener una “imagen” que no las perjudique. No así los hombres para quienes el beber, aunque es un problema, no acarrea un estigma e incluso en muchos lugares de Chile el bebedor es percibido con gracia: “el borrachito del pueblo” o “ él que aguanta más, nunca se le nota y toma mucho”, cuestión que es símbolo de hombría, del “supermacho”. Esto último en una mujer es todo lo contrario.

Algunos organismos públicos han realizado estudios a nivel local entre el año pasado y el año en curso que muestran casos como el de Osorno, ciudad de Chile donde las mujeres beben más que los hombres. Si bien corresponden a cifras alarmantes, siguen siendo datos estadísticos y desconocemos los efectos que esto tiene a nivel cotidiano, el impacto psicosocial y emocional que tiene en estas mujeres y la realidad del resto del país. Esta información es primordial para diseñar políticas públicas al respecto.

Es urgente pasar de las cifras al conocimiento de casos, ya que muchas veces se trata de mujeres víctimas de abusos y violencia, basta sólo recordar que un grupo no menor fueron víctimas de femicidio en los últimos años, muriendo en manos de sus parejas una noche de fin de semana.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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