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El condón femenino, un método de protección autónoma Bella y Sana

El condón femenino, un método de protección autónoma

Este sistema de barrera es ideal para fomentar la autonomía de cada mujer, ya que tiene la ventaja de no depender de sus parejas, ya sean hombres o mujeres. 


Según expertos, existe poca difusión y acceso al condón femenino en comparación con el masculino, lo que tendría que ver con la mirada social que existe con respecto a la vida sexual de las mujeres. Esa mirada no solo reproduce estereotipos machistas, sino que, además, se traduce en la invisibilización de ellas en las políticas públicas asociadas. Según las últimas cifras del Ministerio de Salud, los casos nacionales de VIH aumentaron durante los últimos 6 años en un 66% y se esperaba que para fines del 2017, hubieran 5.200 nuevos contagios. Estos números desoladores, que apuntan a Chile como el país en que más aumentado la prevalencia de la enfermedad en Latinoamérica, hicieron plantear a parlamentarios y a instituciones de la sociedad preocupadas del tema, la necesidad de instaurar medidas que ayuden a atajar de este mal tan difundido.

Una de las medidas que se han propuesto fue la de la diputada Karol Cariola, quien junto al Movimiento de la Diversidad Sexual y a la organización Rompiendo El Silencio, presentó un proyecto de ley que busca la masificación del uso del preservativo femenino. La diputada reelecta ha manifestado el compromiso de levantar la iniciativa junto a la bancada feminista, a punto de ingresar al congreso el 12 de marzo.

Ese sistema de barrera tiene la ventaja de permitir a las mujeres protegerse en forma autónoma y liberarlas de tener que ejercer presión en sus parejas para que utilicen el condón masculino, en el caso de las parejas heterosexuales. También las protege no sólo del VIH, sino también de otras enfermedades de transmisión sexual como el virus del papiloma humano (VPH). En todo el mundo, el cáncer cervical es el cuarto tipo de cáncer más frecuente en mujeres, y se estima que 270.000 mujeres mueren anualmente por su causa.

“De aprobarse, esa iniciativa permitirá que las mujeres avancen en ser cada vez más autónomas en tomar decisiones y prácticas que las conduzcan a tener una vida sexual sin riesgos. Sin embargo, también hay que señalar que, resulta fundamental que estos insumos formen parte de la canasta pública de salud, tal como lo es el preservativo masculino, para que la promoción de su uso esté alineada con la posibilidad real de acceder a ellos”, señala la directora ejecutiva de la Asociación de Protección de la Familia (Aprofa), Débora Solís, quien plantea además que es el Estado el que debe asumir el cuidado autónomo de las mujeres como una política pública con todo lo que eso implica.

A pesar de los beneficios que tendría la masificación del uso del condón femenino, este producto tiene en la actualidad muy poca difusión y un acceso muy limitado por parte de la población ya que es muy difícil encontrarlo en las grandes cadenas de farmacias y no se reparte en el sistema de salud pública. Se puede conseguir sólo vía on line y en la tienda de Aprofa. “La poca difusión y acceso que tiene en comparación con el masculino tiene que ver con la mirada social que existe mayoritariamente con respecto a la vida sexual activa de las mujeres como sujetos pasivos que son receptoras de las decisiones que toman los varones. Esa mirada no solo reproduce estereotipos machistas, sino que, además, se traduce en la invisibilización de ellas en las políticas públicas asociadas”, opina Débora Solís.

Amor, placer y protección

El funcionamiento del condón femenino es similar al masculino pero su diferencia recae en que es interno, ya que se introduce en la vagina o en la vía anal creando así una barrera que evita, en el caso de relaciones por vía vaginal, un eventual embarazo y enfermedades de transmisión sexual. También pueden usarse en el caso de relaciones por vía anal en relaciones tanto hetero como homosexuales.

El preservativo femenino es tan eficaz para prevenir VIH como el masculino, pero además tiene ventajas propias. Entre ellas, el que se puede colocar horas antes de la relación sexual y le entrega mayor control a la mujer para protegerse.

 

La Directora Ejecutiva de Aprofa recalca lo negativos que son los mitos que afirman que “no es de machos usar preservativos”, que “la relaciones sin condón significan que se está más enamorado” y que “existen sólo condones para hombres”. La realidad es que “en la medida en que la pareja conversa sobre el método de barrera a utilizar y decide cuidarse, aumenta la confianza, la complicidad y obtienen mayor disfrute y goce en sus relaciones sexuales”, dice.

También señala que el hombre “debe ser capaz de romper con el estereotipo y usar siempre preservativos con o sin pareja única, para cuidarse y cuidar a sus parejas sexuales” y que la mujer debe saber que existe un preservativo femenino que no sólo la protege, sino que le entrega mayor autonomía en sus encuentros sexuales.

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