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Liliane Maury Pasquier, la mujer que dijo ‘no’ al sexismo en los parlamentos de Europa BRAGA Foto vía @PACE_President

Liliane Maury Pasquier, la mujer que dijo ‘no’ al sexismo en los parlamentos de Europa

La parlamentaria del Consejo de Europa declara que es hora de combatir con covicción el sexismo en todos los ámbitos de la vida: “Yo no quiero eso aquí y el resto dirá lo mismo: no en mi trabajo, en mi oficina, en mi universidad, en mi empresa, en mi escuela”. Además, lanza dardos contra el partido español Vox: “Lo sigo con inquietud, porque este partido se aproxima desgraciadamente a los europeos de extrema derecha”.


Desde su puesto como presidenta de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (APCE), la suiza Liliane Maury Pasquier ha enarbolado la bandera del feminismo para desterrar el acoso sexual y la discriminación de todos los parlamentos europeos.

Esta legisladora socialista (nacida en Ginebra en 1956) acaba de lanzar una campaña en la Cámara europea con el hastag #NoEnMiParlamento en contra del sexismo, el acoso y la violencia contra las mujeres.

“El sexismo no tiene [lugar] en los parlamentos y el acoso sexual tampoco, porque es contrario a los valores que defendemos”, declara en una entrevista con Efe.

Un estudio llevado a cabo en las cámaras de los 47 Estados miembros de la APCE, que ella califica de “espeluznante”, recoge que el 80% de las mujeres que trabajan en parlamentos, sean o no políticas, han sufrido acoso sexual en su vida laboral, según reveló ese informe difundido el pasado octubre.

Reconoce su inspiración en el movimiento #MeToo y confía en que la campaña sea un compromiso: “Yo no quiero eso aquí y el resto dirá lo mismo: no en mi trabajo, en mi oficina, en mi universidad, en mi empresa, en mi escuela”.

Y reitera que “no es solo un problema de parlamentarios, sino de la sociedad. La idea es apropiarnos de este compromiso contra el sexismo y la violencia sexual, yo me lo tomo así y cada cual debe hacerlo en su lugar de trabajo”.

Conocedora de la irrupción de Vox en Andalucía y de su postura a favor de derogar la ley andaluza contra la violencia de género y la promoción de la igualdad, afirma: “Lo sigo con inquietud, porque este partido se aproxima desgraciadamente a los europeos de extrema derecha”.

Y apunta: “No es solo una cuestión de España, sino también de Alemania, Hungría, Polonia… Con partidos que proponen restringir el derecho al aborto, que ya está limitado en estos países”.

Maury Pasquier añade que “hay partidos políticos que basan sus programas en un retroceso en materia de igualdad y quieren una marcha atrás, que considero atroz, en la lucha contra la violencia hacia las mujeres”.

Por eso, asegura, “la lucha feminista es hoy tan necesaria como antes y no podemos pararnos aquí, porque no hemos alcanzado el objetivo”.

Para ella, “hay progresos alcanzados en los últimos decenios en los derechos de las mujeres a disponer de sus cuerpos, al acceso a la anticoncepción y al aborto, incluso en términos de igualdad, pero todavía hay cosas pendientes”.

Así, cita como ejemplo de esas tareas la equiparación salarial, el acceso igualitario al empleo, la elección del modo de vida y la libertad para formar el tipo de familia que se desee.

Y asevera que “todas las mujeres, todos los hombres y todas las personas que se reconocen transgénero o ‘queer’ deben poder vivir su vida según sus convicciones y competencias”.

Reelegida el lunes como presidenta de la APCE, se felicitó por el hecho de que “la proporción de mujeres en numerosas delegaciones nacionales de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa es más elevada que en los parlamentos nacionales”.

De hecho, según las estadísticas de la APCE, las mujeres representan el 34% de los miembros, mientras que son el 25,92 % en los parlamentos nacionales, según la Unión Interparlamentaria.

Elogia las manifestaciones del pasado 8 de marzo por la igualdad de género y contra la violencia sexista, pero alerta de que “no hay que hacerse ilusiones, porque son manifestaciones espectaculares, pero luego se corre el riesgo de que no pase nada”.

“Invito a las mujeres y hombres que lo apoyan a estar atentos, porque, tan pronto como la presión se relaja, las cosas se dejan de lado. El compromiso debe vigilar que las reivindicaciones se pongan en marcha en el Parlamento y el Gobierno”, dice.

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