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La era digital también es machista Yo opino

La era digital también es machista

Amy Franklin Casanova
Por : Amy Franklin Casanova Estudiante de periodismo de tercer año de la Universidad Alberto Hurtado.
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La sociedad cada día avanza en el desarrollo de nuevas tecnologías, lo que ha evolucionado en traspasar las bromas de forma verbal a una digitalización, una de estos medios son los memes que en ciertos momentos cae en mofas machistas. Lo que promueve ideas determinadas que llegan a imponer estereotipos.

El concepto de meme tiene diferentes apreciaciones sobre su definición según cada cultura, en el libro “El gen egoísta” de Richard Dawkins dice que los memes son una construcción cultural de la información, que cambia con el paso del tiempo.

En nuestra cultura chilena los memes son formatos de fotografías en el que se hace alusión a “chistes” de diversas cosas, situaciones, personas, momentos, etc. Son difundidos por plataformas virtuales como redes sociales o páginas web y van generando una red de alcance cada vez que alguien lo reenvía o ve, a mayor visualización tiene más influencia.

Los adolescentes, adultos jóvenes, adultos e incluso personas de la tercera edad, comparten estos memes con su familias o amigos sin cuestionarse la aceptación de la información que envían. Aunque estemos en un siglo que se “cuestione todo” y la intensidad con que el movimiento feminista crece, el machismo y misoginia son cosas que están presentes en redes sociales.

Para explicar lo anterior ocuparé distintas imágenes que analizaré de perfiles específicos de memes de Instagram:

Esta publicación corresponde a un video en el que se muestran hombres con terno, aunque la imagen inicial es la sombra de una mujer con orejas de conejo, fortaleciendo la cultura machista, aun cuando se hace referencia a hombres aparece una mujer como foto central, para llamar la atención y así su audiencia la vea.

Corresponde a distintas imágenes de hombres vestidos de terno. Refuerza los estereotipos de qué nos gusta ver, utilizando la imagen sexual de la mujer.

Además, determina la vestimenta que deben tener los hombres para verse bien, cuando los ternos corresponden a una clase social que se asocia a ejecutivos o persona con cierto cargo laboral, no todos los hombres trabajan de terno o simplemente tienen uno en su closet.

La siguiente publicación muestra las “debilidades que tienen la mujer frente a los hombres”, lo que es una apreciación subjetiva de gustos.

No todas las mujeres sientes atracción hacia los hombres, esta foto excluye a las diversidades de afinidades personales que existen.

Las debilidades que tiene una persona son particulares, según las vivencias, expectativas, gustos, etc. Por otra parte, se asocian las debilidades a otra persona, cuando son características personales de un individuo, no frente a otro.

“Si no te dieron un balonazo en la cara en recreo, fracasaste como mujer”, esta afirmación asegura que las mujeres no juegan a la pelota. Cuando realmente no es así, la Encuesta Adimark-GfK de fútbol chileno 2019 dice que un 2% de las mujeres juega futbol, aunque 40% de ellas menciona interesarse por el deporte. El jugar futbol históricamente ha sido un deporte por y para hombres, lo que no implica que las mujeres no juguemos a la pelota, sino que la inversión económica que se hace en los equipos masculinos es mucho más que en los clubes femeninos.

La brecha salarial demuestra la falta de expectativas en el futbol femenino, la jugadora noruega, Ada Hegerberg, gana 300 veces menos de lo que recibe Messi, cuando son jugadores comparables en su desempeño, según 20 Minutos ES.

La encuesta realizada por la ANFP el 2018, sobre los equipos femeninos, donde se consultó a 23 de los 26 clubes. El 78% de los clubes asegura que no les paga remuneración a sus jugadoras, sino que reciben beneficios directos de la ANFP.

Tampoco a todos los hombres les gusta jugar o ver fútbol, cayendo en los estereotipos de que existen deportes determinados por género.

La red social de Instagram funciona a través de algoritmos que filtran ciertos datos para el mejor uso, ya sea localidad, personas cercanas, intereses personales, búsquedas que hemos realizado en google, etc. Sin embargo, esto genera sesgos de los contenidos que recibimos, porque nos aparecen solamente lo que queremos ver.

Estas plataformas ocupan algoritmos que son estudiados, de los antecedentes que se almacenan en la base de datos, más conocida como Big Data, en la que se tiene toda la información de una persona o empresa.

El Doctor en Ciencias de la Información, J.M Flores asegura que “un importante sector de la sociedad considera que el Big data encierra más peligros que beneficios”, afirmación que se enfoca en las desventajas que hay por el conjunto de datos que se guardan a grandes niveles y cantidades, que se puede relacionar por la falta de privacidad de estos datos, apunta a sesgos y define opiniones.

 [cita tipo=»destaque»]Cada día, se hace más importante cuestionarnos cuáles son las páginas, perfiles y cuentas que seguimos en las redes sociales o revisamos comúnmente, ya que alguna de estas pueden reiterar en las prácticas machistas que históricamente se han querido abolir. [/cita]

Ser parte de Instagram permite el seguimiento de las páginas que sean de nuestra afinidad, incluso podemos re publicar sus contenidos mediante nuestras historias, lo que promueve la ideología y las creencias del o la administradora del perfil.

Aunque ocupar las plataformas digitales sea “vital” para el estudio, informarse, entretenerse, comunicarse e incluso analizar datos, es bueno detenerse a pensar que tan “vital” es esto en nuestras vidas, hemos perdido el contacto físico, por la comodidad de hacer una video llamada o se ha desplazado la valoración de un libro de papel.

Estamos insertos en la inmediatez de las cosas en que valoramos menos lo que tenemos, todos los aparatos electrónicos son desechables, lo que puede llevarnos a ver las relaciones intrapersonales también como algo sustituibles.

Cada día, se hace más importante cuestionarnos cuáles son las páginas, perfiles y cuentas que seguimos en las redes sociales o revisamos comúnmente, ya que alguna de estas pueden reiterar en las prácticas machistas que históricamente se han querido abolir.

Sin darnos cuenta, afirmamos que los “chistes” que plantean son buenos, cuando el trasfondo es profundo y es necesario analizar lo que seguimos, vemos y publicamos. Apoyamos implícitamente las ideas que promueven, por ende estamos difundido los estereotipos que aluden.

Entonces, ¿qué haces tú para combatir el machismo en tus redes sociales?

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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