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“La mamá de mi segundo ex me regaló un traje sexy para modelarle al hijo, yo tenía 15 años”: Lectoras comparten sus experiencias más icónicas con regalos sexistas BRAGA Créditos: Foto de KoolShooters en Pexels

“La mamá de mi segundo ex me regaló un traje sexy para modelarle al hijo, yo tenía 15 años”: Lectoras comparten sus experiencias más icónicas con regalos sexistas

Estar atento a los detalles es una clave para entregar un regalo a la medida de los gustos y necesidades de las personas. La idea es romper con los estándares, que también se replican en el lado contrario, porque los sexismos también afectan a los hombres, como señala Valentina, “concuerdo en lo de las amas de casas, pero encuentro que lo que se les regala usualmente a los papás/hombres igual es estereotipado, fome y no personalizado: calcetines, lapicera, billetera, corbata, camisa, vino, tabaco. Y eso sería. Es como si ambos lados hubiesen perdido su identidad como seres individuales y únicos, y se volvieran sus trabajos y sus roles estereotipados”.


“Mi mamá hace muchos años dejó de depilarse, porque casi no se le notan los pelitos, y yo y mi hermana hace un par de años también dejamos de rasurarnos. El otro día llegó mi papá con una máquina afeitadora nueva en la caja y dice ‘tomen, para que se depilen las piernas’, siendo que muchas veces conversamos en la sobremesa por qué dejamos de hacerlo”, cuenta Kai, lectora de El Mostrador Braga.

Y es que, desde artículos para la casa, hasta cosas para los niños, “flores para la menarquia, ropa de cama para mi cama matrimonial, ropa para mi guagua”, son algunos de los testimonios que nuestras lectoras compartieron con El Mostrador Braga, cuando les preguntamos, cuáles han sido las elecciones de sus cercanos cuando se trata de dedicar un regalo especialmente pensado para ellas, ¡las respuestas sorprenden!

Parece ser muy común aún, en pleno 2020, que, para fechas especiales como navidad, cumpleaños, día de la madre, las elecciones tengan que ver con el hecho de “ser la mujer y madre de la casa” o “ser una niña”, más allá de las preferencias o características personales percibidas por nuestros seres queridos, amigos cercanos o incluso nuestros padres.

¿Está presente la estandarización de género por sobre las características particulares al momento de pensar en un presente? Este es el ejemplo que Natalia, una de nuestras lectoras compartió, un relato donde la decepción por un regalo de navidad se convirtió en su primer éxito feminista en la infancia:

Cuando yo era chica, en primero básico iba en un colegio mixto, a fin de año a los niños les regalaron un skate, ¡un skate a todo cachete! Y a las niñas nos regalaron una muñeca ‘¡una guagua con mamadera y todo!’ y yo me acuerdo que me sentía súper ofendida, tenía seis años y le fui a reclamar a la profe y le pregunté ¿por qué a los niños les regalaban algo bacán como un skate y a nosotras nos regalaban una guagua fea? reclamé, reclamé, hasta que me cambiaron la guagua por una tabla de buggy para la playa y nada, ese fue mi primer gran éxito feminista en primero básico.

Estereotipos de género en los regalos presente en todas las etapas

La estandarización de los regalos de mujer y hombre es una historia antes contada, no es extraño escuchar historias de la infancia que repliquen esta experiencia, como es el caso de Rocío, que comenta “cuando chique pedía juguetes ‘para niños’ que nunca me llegaron y en su lugar me regalaban barbies, maquillaje y cosas así porque yo era una niña y tenía que comportarme como tal” o el caso de Vale, que nos cuenta “cuando era chica en el jardín infantil me celebraron el cumpleaños, y en la bolsa de regalos apareció una plancha de ropa de juguete y yo la quedé mirando como ‘¿Qué es esto mamá?’ y mi mamá la devolvió. Desde allí siento el sexismo desde la infancia, y me alegro de que mi mamá me dejo claro que eso no estaba bien”.

En este sentido, los padres son quienes tienen la tarea de reforzar las preferencias de sus hijas e hijos por sobre los estereotipos de género en la infancia. Por otro lado, tal vez sería positivo cuestionar el significado de un regalo, ¿es acaso un presente, un objeto que debe ser funcional de acuerdo a los roles asignados en la cultura?

María Fernanda, comenta acorde a una experiencia observada en su hogar, “yo he visto varias veces que las mamás reciben cosas para la casa como utensilios de cocina, generalmente, mientras que los papás reciben cosas para ellos. Siempre me llamó la atención eso (…)  todos reciben cosas que les gustan y las dueñas de casa cosas de cocina o electrodomésticos.  A menos que una persona disfrute mucho cocinar no le regalaría esas cosas, por suerte la cosa está cambiando”.

En este sentido, el rol que históricamente se ha asignado a la mujer en el espacio privado, se ha replicado esta vez asociada a sus gustos, “cuando salí de cuarto medio, mi mamá hizo un pequeño almuerzo; mi vecina me regaló un set de paños de cocina y un hervidor, porque ya estaba grande ‘toda una mujer’ y ya estaba en edad de poder meterme a la cocina sola”, cuenta Betz y agrega, “ahí mismo se enteró que yo ya sabía cocinar pues estudié gastronomía y desde los 12 cocinaba. Me pidió una disculpa, según ella como no lo sabía y no vio qué más regalarme pensó que me podía ser útil porque ya estaba en edad de cocinar cuando mi mamá no estaba en casa”.

Y es que justamente la cocina es el lugar que la cultura se ha encargado de reforzar y publicitar para celebraciones como navidad. “A mí para una navidad en el año en que me casé, la abuela de mi ex me regalo recetas de cocina. Sabían de hace cinco años que no me gustaba cocinar, pero era una mujer casada jajaja”, cuenta Andrea, relato que es apoyado por Giannina, quien expresa “cuando fui mamá, mi papá me regaló una arrocera para mi cumpleaños, nunca antes me regaló algo así y aún no vivía sola” o el relato de Aracely, “hace muchos años atrás, mi papá le regaló una batería de cocina a mi mamá para el día de la madre, mi mamá se enojó mucho y nunca más se le ocurrió hacer esos brillantes regalos”, dijo.

¿Son algunos hombres menos detallistas?

Los regalos sexistas no sólo son una realidad en la infancia y en la vida de las mujeres adultas que llevan a cargo una casa, están también presentes en las relaciones afectivas, pololeos, relaciones de pareja, matrimonio e incluso relaciones padres – hija. Esto denota aquello que también ha sido validado culturalmente sobre que “los hombres son menos detallistas que las mujeres”, ¿es esta frase un mito o una realidad?

En este contexto, Giselle comparte: “Mi papá siempre le regalaba para las navidades, una plancha, una juguera o una batidora a mi mamá, hasta que crecí y ahora yo le digo qué regalarle, ahora queda como rey”.

Estar atento a los detalles es una clave para entregar un regalo a la medida de los gustos y necesidades de las personas. Para romper con los estándares, que también se replican en el lado contrario, los sexismos también afectan a los hombres, como señala Valentina “concuerdo en lo de las amas de casas, pero encuentro que lo que se les regala usualmente a los papás/hombres igual es estereotipado, fome y no personalizado: calcetines, lapicera, billetera, corbata, camisa, vino, tabaco. Y eso sería. Es como si ambos lados hubiesen perdido su identidad como seres individuales y únicos, y se volvieran sus trabajos y sus roles estereotipados”.

Reflexionar sobre cómo invertimos materialmente en nuestro cariño sería un lindo llamado para las fechas de fiestas como navidad y otras, encontrar en un presente la oportunidad de demostrar las horas invertidas de cariño por nuestros cercanos, observando sus gustos o las cosas que las y los representan, además, sería una buena oportunidad para construir una conciencia sobre la equidad de género, que expanda sus horizontes hasta alcanzar el terreno de los detalles y rompamos con el hábito de regalar “flores para celebrar la menarquia, ropa de cama para mi cama matrimonial en navidad porque soy la mujer de la casa y a mi marido un perfume. Ropa para mi guagua en mi cumpleaños porque soy la mamá”.

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