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Enemigas de su propio cuerpo: La lucha de mujeres que combaten trastornos alimenticios y estereotipos culturales BRAGA Créditos: Foto de Polina Tankilevitch en Pexels

Enemigas de su propio cuerpo: La lucha de mujeres que combaten trastornos alimenticios y estereotipos culturales

Rayén Carvajal y Rocío Romero
Por : Rayén Carvajal y Rocío Romero Estudiantes periodismo UDP
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Paulina y Daniela son mujeres de diferentes edades que tienen algo en común, ambas han batallado a lo largo de su vida contra trastornos alimenticios y los estereotipos corporales presentes en la sociedad. A través de sus relatos cuestionan, desde diferentes puntos de vista, la violencia simbólica que las jóvenes sufren a temprana edad a causa de la industria del entretenimiento.


Paulina Gallardo (32) siempre se sintió diferente a sus compañeras de colegio. Era “más alta y más gorda”, lejos de lucir como su ídola, Britney Spears, un ícono de los 2000, quien con pantalones a la cadera y trajes de látex color rojo, aparecía constantemente en los programas de MTV que ella veía durante sus años escolares.

Un día, a una temprana edad, mientras veía uno de sus programas musicales favoritos en la televisión, le comentó a su mejor amigo de ese entonces, que deseaba ocupar la misma polera corta y apegada que la conductora de televisión lucía a la perfección. Tras esto, su amigo le comentó que ella se vería mejor y podría usarlo si fuera delgada. Desde ese entonces -sumado a otras experiencias con cercanos- Paulina comenzó a sentirse insegura con su cuerpo, desarrollando paulatinamente y a lo largo de los años, trastornos de ansiedad y bulimia, sobre todo cuando entró a estudiar literatura en la universidad, carrera que tuvo que abandonar durante un tiempo debido a su salud mental.

Más de catorce años tras esta experiencia, Paulina relata que no le importa lo que la gente opine de ella, ya que ahora es capaz de usar todo tipo de ropa y mira con nostalgia a su yo más joven, pensando que era muy dura consigo misma. De hecho, ella comenta que le gustaría volver al pasado y decirse lo linda que era.

Por ese motivo escribió “Las razones de mi hambre” una novela de autoficción que relata la etapa de fragilidad de Blanca, una joven de 18 años, que al igual que Paulina en su adolescencia, sufre de trastornos de la conducta alimentaria.

Paulina Gallardo, escritora, periodista y docente.

De acuerdo a cifras de la Subsecretaría de Salud Pública, entre 2014 y 2018, las atenciones y derivaciones con especialistas en salud mental del sector público -en relación a trastornos alimenticios– incrementaron un 68%, de 860 a 1.449 casos. Del total de pacientes, la mayoría son mujeres adolescentes. Además, según registros de la cartera de Salud, en este periodo 1.260 personas fueron hospitalizadas por patologías relacionadas con la nutrición, como la anorexia, bulimia y otros trastornos en la ingesta de alimentos.

Fuente: Subsecretaría de Salud Pública / Gráfico: Rocío Romero y Rayén Carvajal

Paulina, al igual que muchas mujeres que se ven afectadas por esta situación, ha sido víctima de violencia simbólica. Según la página oficial de La Rebelión del Cuerpo -organización enfocada en concientizar sobre los estereotipos de género

y su efecto en las mujeres- este es un tipo de violencia invisible y es la base de la violencia de género, que se puede encontrar en la cosificación de las mujeres, la falta de

diversidad de roles y los cuerpos en los medios, y en la invisibilización de las mujeres en la historia. Según un estudio realizado por la misma organización, esta situación afecta la autopercepción de una gran cantidad de jóvenes y mujeres, como se ve reflejado en la siguiente infografía.

https://lh6.googleusercontent.com/wLvPI9DHKA1kf8Oqr0KHp_MlkKwXCtHz1jSZUYqQIxDBsKSq1EOBhcBZ2_jLAJTdfnXGrEm9PvroBPtUFhkIyRj4EhyBL5XzfzyBOBpUvqduRL0N5abb7iSASPh-ovWi-eTbuZw

Fuente:  La Rebelión del Cuerpo / Infografía: Rocío Romero y Rayén Carvajal

Violencia simbólica y los medios de comunicación

Según Ana Gallardo (36), psicóloga especialista en trastornos de la conducta alimentaria y directora de Body Positive Chile -centro de estudios y atención psicológica con enfoque de género y cuerpo- este tipo de violencia se caracteriza por la internalización de quienes sufren este tipo de actos.

Es decir, los estereotipos que la cultura y los medios de comunicación implantan en las personas, generando baja autoestima y -en los casos más graves- problemas permanentes con la comida, afectan de manera violenta e invisible a las personas. Respecto a esto, Guillermina Mamrut, activiste gorde de nacionalidad argentina, considera que en parte, esto sucede debido a que el sistema ve a las personas como objeto de consumo.

“Las personas temen a engordar porque nos insertaron un chip en donde unos cuerpos son válidos y otros no. Quienes no cumplimos esos estereotipos no encajamos, nos convertimos en seres indeseables para gran parte de la sociedad. Vivimos en un mundo patriarcal, en donde si no sos sujeto de consumo, tu corporalidad no es válida. Solo cumpliendo con ese canon de belleza podés “encajar” en este mundo”.

Guillermina Mamrut, activiste gorde independiente.

Romantización de los trastornos de la conducta alimentaria en la cultura

Daniela (20) es estudiante de pedagogía en inglés y, al igual que Paulina, desarrolló una profunda baja autoestima que le desencadenó bulimia y anorexia desde los nueve años. Según dice, su lucha interna con su cuerpo siempre estuvo presente en su vida, ya que creció con una mala percepción de sí misma. Esto debido a que sufrió bullying en el colegio y desde muy temprana edad sintió que valía menos que sus compañeras.

Daniela también relata que lo que sentía era más bien una presión a nivel social, ya que siempre observaba que las personas delgadas recibían más aprobación y más protagonismo en los medios de comunicación. De esta forma, paulatinamente su aspecto y los cánones impactaron mucho en su identidad, ya que relata que siempre tuvo admiración por los personajes que veía en la televisión, “yo siempre fui muy buena para leer y ver películas, y no me sentía identificada con los personajes. Me chocaba no tener ese cuerpo”.

Por otra parte, ella considera que los medios culturales y de espectáculo, además de promover estereotipos físicos -en gran parte inalcanzables- también han ayudado a lo largo de las décadas a romantizar y glamorizar los trastornos de la conducta alimentaria.

“No te muestran la parte fea, o sea, no muestran que cuando uno baja mucho de peso te deja de llegar la regla, te salen pelos en el cuerpo por todos lados porque necesitan cubrirte para que no pases frío. Eso las películas jamás lo van a mostrar, nunca mostrarán que una persona de verdad quede mal después de hacer ciertas cosas. Estás cansada, tienes aspectos físicos que cambian y no es simplemente ser delgada (…) Es importante que los trastornos alimenticios sean tratados como una enfermedad y no como algo que hay que romantizar”.

Daniela, estudiante de pedagogía y víctima de violencia simbólica.

En relación a esto, Paulina Gallardo, autora de “Las razones de mi hambre”, considera que sí puede lograrse un cambio a través de los medios de comunicación, en específico en la cultura y el espectáculo. Esto es debido a que, según su perspectiva, las y los jóvenes están luchando por una sociedad en la que todas las personas tengan la libertad y confianza de ser quienes son.

El rol de las redes sociales contra la violencia simbólica

Gran parte de la lucha contra los estereotipos culturales se ha ejercido a través de las redes sociales, por lo que cada vez es más común el activismo a través de las pantallas. Ana, directora de Body Positive Chile, comenzó a generar consciencia online para lograr un cambio en la percepción corporal de las personas, y también para que las y los profesionales ejerzan un correcto tratamiento en relación a estos temas, debido a que según ella, la gordofobia también se ve internalizada en los discursos de las áreas de la salud.

“Me di cuenta que la gordofobia estaba muy marcada en mí y en mi bienestar. Además, vi cómo se promovían estereotipos de cuerpo y género a través de la salud mental. Entonces fue ahí cuando dije “tenemos que poner un alto”, porque nosotros como profesionales de la salud también podemos ser gran promotores de la violencia simbólica que existe hacia los cuerpos femeninos. Eso fue lo que me impulsó a tomar la iniciativa de crear Body Positive Chile”. 

Ana Gallardo, psicóloga experta en trastornos de la conducta alimentaria.

En relación al activismo, Paulina y Ana han tratado en conjunto las temáticas de trastornos alimenticios y gordofobia a través de las redes sociales. Ambas tienen esperanza en las nuevas generaciones y consideran que estas son capaces de romper los paradigmas culturales y los esquemas corporales a través de diversas plataformas. Hace dos meses, a través del Instagram de Body Positive Chile, las dos conversaron respecto a la comida, los estereotipos y el amor, entre otras cosas.

https://lh6.googleusercontent.com/IVDrjNqtyQNAPy8LlG4MCgHUigFGRcLXE82kwsqqXetKyDgHYkjLGhcxDIoA-FApLxpkcsJNp6HQV7dhMlQZh4uLbZcmuZQ8KKrfxfoUCwf4Hz43JHjrFJKgaoeBzQ

Ver la conversación

“Le tengo mucha fe a todas las generaciones que vienen, porque siento que están apareciendo modelos a seguir y figuras que están cambiando los estereotipos. (…) Me encanta lo que está pasando ahora, que estemos entendiendo que todos podemos ser diferentes y está bien”, reflexiona Paulina, con una sonrisa en su rostro.

  • (*) Las autoras son estudiantes de la Universidad Diego Portales. Este trabajo lo realizaron en el curso de Redacción Digital, dirigido por la periodista Yanara Barra.
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