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Climaterio: mitos y verdades sobre la terapia de reemplazo hormonal BRAGA Créditos: Foto de Polina Zimmerman en Pexels

Climaterio: mitos y verdades sobre la terapia de reemplazo hormonal

El síntoma más común del climaterio son los sofocos o bochornos, calores intensos y repentinos que toman por sorpresa a la mujer, provocando una incómoda sensación de calor extremo. Junto con los sofocos, vemos que la falta de estrógenos también es responsable de cambios en el ánimo, alteraciones en el sueño y labilidad emocional (cambios bruscos de estados de ánimo). Es como que el organismo sufre un ‘reajuste violento’, similar al síndrome de abstinencia, al dejar de producir la hormona que ayuda, precisamente, a regular estas funciones.


El ciclo hormonal de las mujeres, que se hace evidente a partir de la menarquia (primera regla), comienza su declive en la etapa del climaterio, pero, aunque con irregularidades, no «muere» con la llegada de la menopausia. El cese de la menstruación (menopausia) producto de la decreciente producción hormonal no debiera significar una condena a vivir con una chimenea encendida en medio del pecho u otro tipo de efectos secundarios.

El climaterio es parte del ciclo endocrino en el que finaliza la producción de hormonas femeninas y que, del mismo modo que las adolescentes aprenden a regular su ciclo menstrual con la ayuda de anticonceptitvos orales, las mujeres en etapa climatérica pueden hacerlo, pero con otro fin: permitir a su cuerpo no experimentar, o aminorar, el impacto de la supresión hormonal.

La menopausia es la última menstruación de la mujer, y suele ocurrir entre los 45 y 55 años, cuando los ovarios dejan de funcionar. La ovulación, que se corresponde con la mitad del ciclo menstrual y donde un óvulo se encuentra en posición para ser fecundado, viene con una fuerte producción de estrógenos que, en el caso de producirse la fecundación, forman parte importante del inicio de un embarazo. Por lo tanto, junto con el cese de la producción de hormonas, la mujer ingresa en el período climatérico y queda expuesta a los eventos propios de la deprivación estrogénica, toda vez que los estrógenos cumplen una función muy relevante en el cuerpo de la mujer.

El síntoma más común del climaterio son los sofocos o bochornos, calores intensos y repentinos que toman por sorpresa a la mujer, provocando una incómoda sensación de calor extremo. “Junto con los sofocos, vemos que la falta de estrógenos también es responsable de cambios en el ánimo, alteraciones en el sueño y labilidad emocional (cambios bruscos de estados de ánimo). Es como que el organismo sufre un ‘reajuste violento’, similar al síndrome de abstinencia, al dejar de producir la hormona que ayuda, precisamente, a regular estas funciones”, comentan desde el laboratorio farmacológico Gedeon Richter.

“Si no se considera el contexto de la menopausia, estos síntomas podrían ser fácilmente confundidos con patologías cardíacas o trastornos del ánimo como cuadros depresivos”, agregan. Un dato importante si se toma en cuenta que la esperanza de vida de las mujeres en Chile se proyecta en 82,1 años (INE). “Esta cifra significa que las mujeres viven casi más tiempo sin producir estrógenos de manera natural que el tiempo entre el inicio de la menstruación y la menopausia. Si una mujer inicia su menstruación a los 12 años y su menopausia se declara a los 50, significa que vivió 38 años produciendo hormonas; y si proyectamos que vivirá hasta los 82, estará 32 años sin estrógenos y sufriendo síntomas que alterarán su calidad de vida”, añade el laboratorio.

Entre los clásicos mitos en torno al consumo de hormonas en el climaterio, está que éstas producen efectos adversos como generar cáncer. “La terapia de reemplazo hormonal no tiene como efecto secundario el cáncer, sino al contrario: los pacientes con cáncer hormono-dependientes (como cáncer de cuello uterino o de mamas) no pueden recibir este tratamiento”, explican. Del mismo modo, hacen hincapié en que la falta de estrógenos es un factor importante de riesgos, ya que sin estas hormonas circulando por el organismo hay un aumento en la posibilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares, ACV después de los 50 años, además de mayores riesgos de osteoporosis, demencia e incluso Alzheimer.

La terapia de reemplazo hormonal viene en diferentes formatos, como comprimidos orales, parches y hasta pulverizadores transdérmicos, como el medicamento Lenzetto, desarrollado en Europa por el laboratorio Gedeon Richter. “El estradiol es el compuesto activo y se administra con dos dosis diarias sobre la piel en zonas de fácil absorción, como la cara interior del brazo entre el codo y la muñeca”, detallan. Cualquiera de estos medicamento están disponibles en farmacias del país bajo receta médica y estricto control ginecológico.

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