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¿Mujer como madre o sujeta de derecho?: la polarizada visión del rol femenino para esta segunda vuelta presidencial BRAGA Créditos: Aton Chile

¿Mujer como madre o sujeta de derecho?: la polarizada visión del rol femenino para esta segunda vuelta presidencial

Natalia Espinoza C y Rayén Carvajal
Por : Natalia Espinoza C y Rayén Carvajal Periodistas El Mostrador Braga / Braga@elmostrador.cl
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Si algo quedó claro tras esta carrera presidencial durante la primera vuelta, es que no basta con anunciar ser “pro mujer” ni proclamar que se velará por los derechos de las mujeres para que el movimiento feminista adhiera a una candidatura. El avance de las temáticas de género y disidencias sexuales está en tela de juicio, para las analistas políticas que abogan por la perspectiva de género, como la académica del Instituto de Asuntos Públicos (INAP) de la Universidad de Chile, Paulina Vergara Saavedra, para quien Gabriel Boric tiene posibilidades de salir triunfante de esta histórica segunda vuelta si consigue los votos de centro y de la izquierda. Mientras que, en el caso de Kast, sobre quien considera que ha mostrado una agenda conservadora, relegando a la mujer a un rol más bien maternal, necesitará los votos de la derecha más progresista. 


Tras una agitada jornada de altas temperaturas, la segunda vuelta del próximo 19 de diciembre se dará entre candidatos totalmente polarizados: Gabriel Boric de izquierda y José Antonio Kast de extrema derecha. Esto marca la historia de nuestro país, porque será la primera vez, desde el retorno a la democracia en 1990, que la Presidencia no se disputará entre partidos tradicionales de centroizquierda y centroderecha.

¿Cómo afectará en materia de derechos humanos, equidad de género, respeto por la diversidad, la elección de alguno uno de estos candidatos? Para responder esta pregunta es que conversaron con El Mostrador Braga la jefa del Área de Psicología Social Comunitaria de la Universidad Alberto Hurtado, María Alejandra Energici; la cientista política de la Red de Politólogas y docente de la Universidad Diego Portales, Beatriz Roque; y la académica del Instituto de Asuntos Públicos (INAP) de la Universidad de Chile, doctora en Ciencias Humanas, Políticas y del Territorio, Paulina Vergara Saavedra. 

Para las expertas, existe una gran diferencia entre ambos abanderados, ya que el programa de J. A. Kast supone para las analistas un retroceso importante para la igualdad de género y los derechos de las mujeres, pues en sus propuestas el líder del Partido Republicano considera a la mujer “solo como un miembro de la familia y eso es siempre una función reproductiva”, asegura Energici, por lo que se “limita la participación social de las mujeres ampliamente”, puntualiza. 

Propuestas principales de los candidatos en materia de género

En el caso de Gabriel Boric, las políticas públicas en que se considera a la mujer están descritas en una sección larga y específica, en donde se determina que será un “gobierno feminista”, que tenga una perspectiva de género que envuelva todas las iniciativas. 

En el ámbito económico, propone la recuperación de 500 mil empleos femeninos a través de un plan de reactivación económica. En este sentido, plantea favorecer la integración de mujeres en situación de discapacidad actualizando la Ley de Inclusión Laboral. También estipula establecer una coordinación con el Ministerio de Agricultura, para que la inserción laboral femenina sea descentralizada e incluya a todos los rincones del país. Por lo mismo, plantea implementar un Sistema Nacional de Cuidados (SNC) que fomente la corresponsabilidad parental en las tareas de crianza y cuidado. 

A diferencia de su contendor, Boric ofrece fortalecer el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, sobre todo en torno a medidas en contra de la discriminación por género y orientación sexual.

Con respecto a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, apoya la iniciativa del aborto legal, seguro y gratuito en conjunto con un fortalecimiento de la Educación Sexual Integral en las aulas, bajo la consigna “educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir”. 

En relación con las mujeres privadas de libertad, apoyaría la Ley Sayén, para postergar el cumplimiento de penas privativas de libertad y prisión preventiva para mujeres embarazadas.

La protección de los derechos de las disidencias se haría a través de una modificación a la ley de identidad de género, la cual incluiría una casa de acogida para víctimas de violencia y cupo laboral. También se integrarán como población de estudio en la encuesta Casen y el Censo.

Según el análisis de Energici, el programa de Boric tiene una agenda de género que mantiene las demandas que el movimiento feminista ha posicionado. “Tiene cierto reconocimiento hacia la función que cumplimos las mujeres dentro de la sociedad. Reconoce que somos las que principalmente nos hacemos cargo del cuidado, cómo eso afecta a nuestras oportunidades laborales y busca de alguna forma hacerse cargo. También tiene un reconocimiento hacia las disidencias”. 

Por otro lado, en el programa de Kast las políticas públicas en donde se considera a la mujer están enfocadas en una visión de ella como miembro de un núcleo familiar, más que en un sujeto político independiente. Sus propuestas se encuentran en el apartado “Atrévete a Proteger a las Familias”. 

En el ámbito económico, pretende fomentar la participación laboral de las mujeres en sectores productivos altamente masculinizados, a través de mesas de trabajo con el sector privado e instituciones como el Sence.

Otro punto dice relación con la implementación de un programa de capacitación laboral para mujeres privadas de libertad.

Una de sus propuestas más controvertidas a lo largo de su campaña política, fue la de fusionar el MinMujer y EG con el SernamEG y el Ministerio de Desarrollo Social, para crear el “Ministerio de la Familia”. A través de esta cartera pretende abordar las necesidades de las mujeres respecto a desarrollo personal y violencia, pero no se detallan en profundidad más especificaciones programáticas. Aspecto que, para Energici, supone la invisibilización de la mujer como sujeta de derechos, “no reconoce prácticamente derechos de la mujer, limita la participación femenina (…) a la función dentro de la casa, porque básicamente acepta esta unión del Ministerio de la Mujer a un Ministerio de la Familia, que insisten en que no es una desaparición del Ministerio de la Mujer”.

En torno a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, establece la derogación de la Ley de Aborto en tres causales si consigue la mayoría parlamentaria. Respecto de la educación sexual integral y la distribución de material educativo como Nicolás tiene dos papás, asevera que respetará la “libertad de enseñanza de los padres”, por lo que este tipo de contenidos no serán promovidos.

En cuanto a temas relacionados con la brecha de género, menciona un “plan de participación política integral de mujeres”, mediante el cual se promueva una mayor representación femenina en cargos de carácter político y social.

La comunidad LGBTIQ+ no es mencionada en ningún punto de las propuestas de J. A. Kast, por lo que no se establecen iniciativas que promuevan una sociedad más inclusiva, menos discriminatoria y/o respetuosa con la diversidad ni sus demandas, como la filiación, el matrimonio igualitario, entre otros aspectos, factor que, de acuerdo con la experta María Alejandra Energici, “es muy preocupante porque se pasa, se vuelve a invisibilizar un grupo que ha trabajado históricamente y sobre todo en los últimos años por su visibilización. Entonces, a mi juicio, llega a ser violento”.

Para la politóloga Roque, este programa es “sin lugar a dudas un retroceso para las mujeres, para la democracia, para quienes creemos que hay que tener una institucionalidad fuerte que nos permita tener la posibilidad de seguir avanzando en la consecución de derechos, tanto para las mujeres como disidencias sexuales”. Esta tajante aseveración la sostiene, entre otras razones, en el incumplimiento de compromisos internacionales que Chile ha ratificado, como la Convención Belem do Para.

En tanto, la académica del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile reflexiona que no basta con ser mujer o hablar de la mujer para que el movimiento feminista adhiera a una campaña, porque es un movimiento que vota de manera diversa. 

Para la segunda vuelta, proyecta que los candidatos tendrán que clarificar bien sus programas para buscar apoyos en la derecha e izquierda, respectivamente. Esto no es menor, porque en materia de género, “aunque Kast ha mostrado una agenda totalmente antigénero y más bien conservadora, ahora necesitará de los apoyos de esos votos que existen en la derecha más progresista”, analiza. En este sentido, plantea que será un desafío para el abanderado lograr atraer esos votos sin perder los apoyos de los sectores más extremos.

En el caso de Boric, su programa que es claramente más afín a temáticas de género y disidencias sexuales, debe conseguir los votos de centro. “Estadísticamente, existe una opinión pública más favorable a avanzar en derechos LGBTIQ+ en materias como matrimonio igualitario. No así el tema del aborto y educación sexual integral, que siguen siendo tabú”, puntualiza.

Para la experta, el que alcance la Presidencia es quien tendrá la responsabilidad de implementar la nueva Constitución junto al Parlamento. Y ahí se juega un tema mayúsculo con respecto a derechos fundamentales. “El avance de Kast genera preocupación y miedo para los avances en materia de género y disidencias, porque la experiencia en Europa (Polonia, Hungría) y América Latina con Bolsonaro, han dado muestras de retrocesos en la materia”, asevera.

El movimiento feminista chileno es uno de los más poderosos de América Latina, pero no es homogéneo según Vergara, y en un momento histórico donde la pandemia, crisis social y económica mundial también inevitablemente inciden en el escenario político nacional, “no se ha ocultado para nada que Vox y otros movimientos de extrema derecha asesoran a parlamentarios, constituyentes y otros políticos del sector de la extrema derecha en Chile. Estamos viendo desde hace años que la extrema derecha ha ido avanzando con nuevas estrategias, entre las cuales cuestionar los avances en género ha sido uno de esos ejes”, examina la académica.

Finalmente, las expertas coinciden en que nos encontramos con una situación donde hay dos candidaturas que son muy disímiles entre sí: una de ellas ha demostrado que no tiene interés en respaldar los derechos de las mujeres como sujetas de derecho, mientras que hay otra más bien socialdemócrata, que “contempla e incorpora de manera transversal, en su programa de gobierno, la perspectiva de género y el feminismo”, analiza Roque.

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